El control del porteo ejercido entre España y Marruecos, augurado en recientes declaraciones sobre la fecha final del bautizado como comercio atípico, se ha traducido en la entrada de 2.899 mujeres por
‘Tarajal II’ y el tránsito de solo cien coches patera. Es el último dato ofrecido por la
Delegación del Gobierno arrojado entre las relaciones comerciales de ambos países, que viene a ratificar lo que ya adelantaba este periódico: toda la mercancía terminará pasando por la plataforma construida en pleno polígono para satisfacer la salida de bultos de una mercancía concreta y un peso determinado. Los coches patera terminarán dejando su espacio, después de la agresiva campaña desarrollada en su contra en el reino alauita a base de multas, decomisos y sanciones. No hay vuelta atrás. La tónica va a ser esta hasta reconvertir el espacio fronterizo en un puente más o menos regular de tráfico de mercancía en carritos. Los porcentajes están demostrando la reorientación del negocio a esta vía, después de que se hayan alcanzado picos históricos de tránsito por el ‘Tarajal II’ que podrían incluso haber sido mayores, de no ser por los férreos controles establecidos en terreno marroquí para que no entren todas las mujeres u hombres que hacen cola en busca del tique. Los datos se han triplicado ya que muchos de los usuarios de vehículos han tenido que hacer uso de este comercio a pie para poder subsistir. En el aire queda ahora el uso de la explanada construida incluso a mayor tamaño precisamente para acoger el mayor número de coches de porteo posibles. En estos días su ocupación es mínima debido a la ausencia de los ‘patera’ aunque su utilidad sigue siendo importante debido a los bloqueos, sin explicación alguna, que de manera aleatoria sufre la propia frontera del Tarajal.