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“El Consejo no se va a quedar nunca sin gobierno”

Jesús Bollit encabeza un equipo que lo completan otras tres personas –Pedro Martínez, Carlos Orozco y Miguel Barbancho– y que se va a encargar durante los próximos meses y de manera temporal del funcionamiento de la Mesa Permanente del Consejo. En una entrevista con este medio, Bollit habla de la situación actual y de las líneas de

trabajo que va a poner en marcha. Se expresa con la convicción de que esta situación forma parte de la vida de una organización de la importancia y la actividad de esta y no de enfrentamientos.
–Se queda al frente del Consejo con un equipo de otros tres hermanos mayores. Supongo que es una responsabilidad.
–La responsabilidad es siempre. Las circunstancias han llevado hasta este punto el tema y ha sido un acuerdo del Pleno del Consejo, de los 18 hermanos mayores, y mediante una votación, que es como hacemos las cosas, de forma democrática, hemos salido los cuatro hermanos mayores. Que haya una persona que se nombre, como soy yo, no quiere decir nada, es porque jurídicamente para seguir con todos los asuntos de cuentas y tener un representante formal a efectos de todo lo que hay que hacer por parte del Consejo, había que sacar un nombre y un DNI, sobre todo. Pero los cuatro hermanos mayores tenemos el mismo nivel de decisión y de compromiso. No hay uno por encima de los demás, sino que estamos todos en el mismo nivel, lo que pasa es que el que el que más votos saca es el que pone el nombre y el apellido como representante de las hermandades, de una forma accidental totalmente. Se asume, como se dijo antes de la votación, el trabajo extra de intentar llevar el Consejo para que no pierda el ritmo ni haya vacío de poder ni ningún tipo de inquietud por parte de la gente de Ceuta, que de alguna manera vea que peligra, que no ha sido así nunca, la celebración de actos que lleva consigo el Consejo. Se asume este trabajo de una forma natural. Se ha llegado a esto por circunstancias y porque no hay nadie que haya dado el paso hacia adelante de formar un equipo. Creo que la época no era ideal, era verano, y la gente más o menos piensa en otras cosas, en sus vacaciones, con sus cosas. Y ya a partir de septiembre empieza uno a quedarse más en su ritmo de día a día, su trabajo y sus historias. Ha ocurrido y ahí está solucionado el problema. Somos personas mayores y maduras todos los que incluimos el pleno del Consejo, incluida la Mesa saliente, es decir, que no hay discusiones de ningún tipo, y debíamos dar respuesta los hermanos mayores a un problema que se había suscitado de una forma inesperada.
–¿Cómo se eligió a las cuatro personas?
–Por votación. Primero estuvimos hablando un ratito y la única forma de hacerlo era comprometiéndose a que el que saliera votado se hacía cargo. Se votaron a cuatro y cada uno podía votar a los hermanos mayores que quisiera. Ahí no ha habido ninguno que haya dicho “yo me hago cargo del Consejo”, ni yo tampoco, claro. En la votación se podían elegir a cuatro personas y los más votados han sido los cuatro que han salido.
–¿Le apetece adquirir esta responsabilidad?
–Durante toda mi vida he sido una persona responsable donde he estado. Esto si no llega a ser de esta forma hubiésemos tenido, no un problema sino una incidencia que no hubiese sido deseable, que no hubiese nadie que se hubiese hecho cargo del Consejo, y hubiera habido un vacío de poder total. Entonces, con todas las de la ley, tanto la Vicaría como el Obispado de Cádiz podía haber actuado de oficio para ver qué es lo que hacía con el Consejo, teniendo en cuenta que no somos como puede ser el de Tarifa, Los Barrios o Vejer, que no menosprecio a ninguno de ellos, sino que el tema está en que es una ciudad con otra idiosincrasia, otra forma de entender las cosas y, sobre todo, somos un Obispado, Ciudad Obispado que es más antiguo en historia, el Obispado de Cádiz. Entonces no sería una respuesta consecuente con el nivel de responsabilidad que tenemos los hermanos mayores en el Pleno. Había que darle una solución y se ha dado una provisional y se intentará buscar de aquí a un tiempo determinado un equipo de personas que no sean hermanos mayores, porque estos tienen sus obligaciones con las hermandades. Esto es un trabajo adicional que se nos echamos encima, porque nos ha tocado, cuatro hermanos mayores. Y se asume con toda la responsabilidad del mundo. Que nos guste o no es diferente. A mí personalmente ahora no me viene bien por mi situación familiar y personal de mi trabajo. Si no tuviese nada que hacer en el aspecto de mi actividad profesional, pues no tendría ningún inconveniente de, por lo menos, ayudar a buscar el equipo. Lo que quiero que quede claro es que aquí no hay ninguna persona única, sino un equipo de cuatro que va a estar apoyado por un grupo de catorce más, que son los hermanos mayores, y de un director espiritual, que es el Padre Francisco, que está involucrado desde el principio con este relevo inesperado de la Mesa Permanente del Consejo.
–Primero se produjeron las dimisiones y después no se presentó ni una sola candidatura al proceso electoral... ¿Podemos hablar de crisis en el Consejo?
–No. Creo que se ha hecho una bola demasiado grande de un problema que nunca había ocurrido pero que puede suceder en cualquier lugar, organismo o entidad. Cuando es un relevo más o menos pactado, es decir los dos mandatos, porque los presidentes pueden estar dos mandatos de cuatro años, presentándose a una reelección como los hermanos mayores, viendo en el horizonte unos meses antes se va buscando el tipo de relevo para que no haya esa disfunción de lo que ha ocurrido aquí, que al ser una cosa inesperada creo que no había nadie preparado mentalmente para decir que asume la responsabilidad del Consejo. Cuando era la Junta Local, antes de los años 90, antes de Pepe Montes, que fue Cosío, funcionaba de otra forma, una vez al año antes de Semana Santa, pero hoy en día, desde hace más de 20 años, funciona como un organismo o entidad que tiene un trabajo continuado durante todo el año, muchas actividades que no se ven y que al final la guinda del pastel de esas actividades es toda la Cuaresma y la celebración de la Semana Santa. Entonces, el trabajo que eso lleva no es el de antes cuando se reunía dos veces al año sino continuado y que requiere esfuerzo. Eso lo ha hecho la primera Mesa que estuvo, que fue la de Pepe Montes, después la otra que estuvo ocho años, que fuimos nosotros, Juan Carlos Mata, Diego Pérez...Y ahora esta Mesa, que lo ha hecho muy bien.
–¿Cuál ha sido el problema?
–El problema ha sido presentar una dimisión tan inminente, de una forma tan inesperada, máxime cuando había renovado Juan Carlos su mandato por unanimidad de todos los hermanos mayores dos años antes, con lo cual faltaban un par de años, creo.
–Entonces, no ha habido tiempo para que alguien se fuera haciendo a la idea de asumir la responsabilidad...
–Claro, a parte, a nivel de ciudad, el presidente del Consejo hoy en día no es lo que significaba hace 25 o 30 años. Ahora mismo tiene obligaciones, no es que sea ni más ni menos, sino que tiene obligaciones a las que debe acudir, con las hermandades y con alguna cosa más. Hacer algo sin recibir nada a cambio, de una forma altruista por completo, es bastante complicado. Existe mucha gente que lo hace pero te cuesta trabajo encontrar a la gente para las hermandades y para las juntas de gobierno, porque es compromiso y hoy en día se vive con algo menos de compromiso firmado, que yo te ayude cuando pueda se hace, pero no de una forma obligatoria. Es una cosa que ha ocurrido y se le ha dado una solución e intentaremos, dentro de las posibilidades que tengamos, que somos los cuatro gente con trabajo de mañana y tarde, llevarlo lo mejor posible estos meses que vamos a estar al frente del Consejo.
–Es un hecho que en estas elecciones nadie ha querido presentar su candidatura. El objetivo a corto o medio plazo es que haya una candidatura, ¿qué tiene que cambiar en el Consejo para que alguien se anime y forme su candidatura?
–Creo que nada, y que la impresión que tienen ustedes es la de la crispación, del problema... Nada de eso. Al ser 25 personas en una sala tratando temas pues hay diversidad de opiniones, divergencias, gente que piensa en blanco, marrón, azul, negro o verde. Ya está.
–¿Pero hace falta ilusionar a la gente para que forme una candidatura?
–Hace falta primero que tenga un sentido de responsabilidad total y absoluto, porque llevar el Consejo adelante ahora mismo requiere de personas responsables y que sepan cuál es la misión del Consejo, que es dinamizar y encauzar alguna cosa de las hermandades, no todas porque cada una tiene su idiosincrasia y su forma y estilo de hermandad, dentro de unos límites. Pero tiene que tener responsabilidad, ganas de trabajar e ilusión por aportar algo. Tenga en cuenta que cualquier presidente y equipo que entre nuevo aportará, aunque el trabajo está hecho ya porque el organizativo que venía de antes esta Mesa lo ha terminado de rematar, en plan interno, que lo ha hecho muy bien, con mucha cabeza y mucho tiento. Entonces hay que seguir en esa línea que se había marcado desde un principio desde hace 25 o 30 años, que no se ha variado, y cada uno ir aportando lo que pueda (...).
–¿Considera que si el Consejo sigue su curso alguien se va a ilusionar para formar una candidatura?
–Una de las misiones primordiales que tenemos la Mesa accidental Permanente que estamos ahora, es buscar un equipo de aquí a después de Semana Santa o al Corpus, más o menos.
–¿Y cómo se lleva a cabo este proceso?
–Hablando.
–¿Pero se tienen que convocar elecciones?
–Eso es después. La convocatoria de elecciones se tiene que hacer de forma oficial, pero si ya tienes a alguien con el que has hablado y está de acuerdo y quiere aceptar esa responsabilidad, se abre un proceso de elecciones y se puede presentar ese u otro que quiera. Nosotros no vamos a buscar a una persona sino a gente que creamos que tiene capacidad para llevar hacia adelante el Consejo. Diferente es que después cuando se planteen las elecciones y se abran porque haya un equipo, aparezca otro diferente y entonces es una votación. Es decir, el sistema que se utiliza es totalmente democrático, no hay imposiciones de ningún tipo (...).
–¿Cuáles son las principales líneas de actuación que van a emprender a partir de ahora?
–Las mismas que había antes y teniendo en cuenta que somos una Mesa accidental. Sería una temeridad por parte nuestra empezar a hacer cambios. Pues lo que había antes de llegar Juan Carlos, él lo ha seguido y matizado con su Mesa, pues seguir el mismo camino. Hay cosas que hay que ahondar en ellas y se van a empezar a hacer, pero eso no quiere decir que no haya hecho la Mesa anterior nada de eso, sino que, como en todo, no llegas a todo porque la dedicación no es exclusiva, sino el tiempo que puedes hacerlo. Y le han dedicado muchísimo tiempo, horas y esfuerzo, como las mesas anteriores, ni más ni menos, porque el que lo quiere hacerlo bien le lleva muchísimo tiempo. También hay un cambio de director espiritual, que fue en el mismo Pleno del día 11, que fue el Padre Francisco, el párroco de Villajovita. Un director espiritual nuevo tiene una nueva forma de ver las cosas, es joven y quiere hacer cosas. Las líneas están trazadas desde hace ya mucho tiempo.
–¿Es el principal objetivo buscar un equipo?
–Que no haya un vacío de poder, que es lo que se ha conseguido con esta solución provisional, y para que sea definitiva es buscar a un grupo de personas cofrades, responsables, que entiendan y que no sean dirigidos por nadie sino que sean autónomos por completo (...). Porque hay hermanos mayores antiguos que pueden cumplir esa misión. Entonces, si eso se lleva a cabo habremos resuelto la papeleta.
–¿Está pensando en alguien?
–Sí, yo tengo pensado ya, pero no se lo voy a decir (ríe). Esa es una de las cosas, y lo siguiente es que nadie note, eso no quiere decir que se menosprecie en absoluto a la Mesa anterior, que ha habido esa dimisión en bloque, sino que continúa con su calendario normal de pregón, carteles, revista, calendario, Cuaresma, cultos, conciertos... Todo igual, por lo menos hasta después de Semana Santa.
–Y una vez que se tenga el equipo, se abre el proceso.
–Claro, una vez que tengamos eso ya y pase la Semana Santa, porque está muy próxima y hay que hacer muchas cosas antes, o si puede ser antes no pasa nada. Pero lo que hay previsto es que sea después de Semana Santa cuando si hay un equipo de gente que se quiera hacer cargo del Consejo, sin detrimento a que después salga alguien más para las votaciones, se volverá a abrir el periodo de presentación de candidaturas en su momento y si hay un equipo se presentará, se votará por parte de los hermanos mayores, presentará la documentación necesaria y después el obispo y el delegado episcopal ratificarán la decisión del Consejo.
–¿Entonces no hay prisas para que esté solucionado antes de Semana Santa?
–No, porque ese vacío de que no había ningún equipo o persona que representara, en este caso de una forma accidental y provisional al Consejo, ya está ocupado. Eso no quiere decir que nos durmamos en los laureles, porque yo tengo mi hermandad y Miguel, Carlos y Pedro tienen las suyas y con eso ya tenemos suficiente, esto es una carga añadida y la llevamos con toda la responsabilidad del mundo. Ayer –por el pasado lunes– nos reunimos y la predisposición de los cuatro es fantástica para hacer todo lo que podamos para que no se note ese vacío de poder. Lo mejor que puede pasar es que dentro de tres días encontremos a alguien...
–Y se agiliza todo.
–Claro, se agiliza o se viene con nosotros y se queda un tiempo y vamos buscando un equipo (...).
–Le entendí que piensan ‘reenganchar’ a antiguos hermanos mayores...
–No antiguos hermanos mayores, sino gente que ha tenido responsabilidades de una hermandad y que tiene criterios de dónde está. Porque el criterio que tiene que funcionar aquí es cristiano, sobre todo. El Consejo es parte de la Iglesia y lo primero que tienes que tener claro es dónde estamos, y estamos al frente de hermandades que son asociaciones de fieles de la Iglesia, y el Consejo aglutina a todas las hermandades. Entonces somos una parte fundamental de la Iglesia, no podemos abstraernos a eso. La responsabilidad es buscar una persona que tenga ese perfil y podamos funcionar bien, normal.
–Las dimisiones se produjeron, según indicaron, por la falta de apoyo de la Autoridad Eclesiástica y el clima de relaciones en el seno del Consejo, donde, indicaba Aznar en una entrevista con este medio, había hermanos mayores con falta de espíritu cristiano. ¿Tiene usted esa percepción?
–Yo pienso que no. Lo que pasa es que lo veo de una forma diferente, partiendo de la base de que la verdad es que a Juan Carlos, Javi, Fernando, Arturo, Fernando Galindo y Pedro les aprecio mucho y les considero muy buena gente, pero creo que quizá esa falta de espíritu cristiano al que se refería era esas diferencias que teníamos de criterios en temas normales del Consejo. ¿Que no haya tenido apoyo eclesiástico? Pues es posible, no lo sé, es que yo ahí no entro porque eso es tema suyo y creo que las declaraciones que hizo a El Faro cuando dimitió fueron claras.
–¿Pero usted no tiene esa percepción?
–Yo no lo asumo, en absoluto (...). Yo desde mi experiencia de los ocho años de presidente he tenido situaciones muy parecidas y creo que depende del carácter de cada uno, de cómo lo tome. Eso no quiere decir que yo sea el bueno ni él sea el malo, en absoluto, sino que cada uno lo entiende de una forma. Sí es verdad que ha habido ciertas tensiones, pero de temas sin importancia entre comillas, normales y corrientes del Consejo... Las cosas tienen que ocurrir porque tienen que ocurrir y ya está.  Eso ha sucedido de una forma inesperada, yo desde luego no lo esperaba (...). Cada uno decide lo que decide, dice hasta dónde llega y yo no soy quién para opinar sobre si la decisión ha sido correcta o no.
–¿Son buenas las relaciones entre los hermanos mayores y el vicario?
–Sí... No son ni buenas ni malas, son normales. No ha habido relaciones de tensión, lo que pasa es que nosotros estábamos acostumbrados a otro tipo de vicario, porque llevaba 16 años aquí y era uno más de nosotros... Claro, ahora una persona nueva, que no está aclimatada, que tienes que empezar a conocerla... Es decir, que todo eso lleva tiempo. Creo que ‘Curro’, el antiguo vicario, que conocía cómo era cada uno de arriba a abajo, nos miraba muchas veces y nos entendíamos. Y era igual de duro o más que puede ser este, lo que pasa es que había mucha más relación, contacto y roce, que con este hombre, que lleva aquí poco tiempo realmente.
–¿Es cuestión de tiempo?
–Sí, a parte ha sido un cambio de vicario, de obispo, de estructura y muchas cosas. Entonces, todo eso hasta que se asienta pues pasa un tiempo, eso está claro, y quizá ha habido malos entendidos e historias, que no digo que no los haya habido porque es posible.
–¿Lo hizo bien Aznar  durante su mandato?
–Muy bien, él y la Mesa. Eso no es trabajo de una persona, es del grupo de los seis o siete que eran, y lo han hecho muy bien (...).
–Usted no tiene pensado presentar candidatura...
–No, en absoluto, eso lo he dicho desde un principio. Y esto es un ejercicio de responsabilidad de todos los hermanos mayores, porque al que le hubiese tocado hubiese tenido que acarrear con el tema.
–Y entre los otros tres elegidos, ¿hay alguno que quiera liderar el Consejo?
–No, tenga en cuenta que nadie quiso presentarse, se dio la oportunidad de que el hermano mayor que quisiera fuese nombrado como presidente con unas elecciones por cuatro años, y nadie salió porque cada uno está con su hermandad ahora mismo y eso no entraba en los planes de nadie. Eso hay que entenderlo.
–¿Entonces la falta de presentación de candidaturas puede ser por la premura y porque no entraba en los planes de nadie presidir ahora el Consejo?
–Claro, entre otras cosas, creo yo. Pero fundamentalmente por esos motivos, y porque era verano y la gente en esta época cambia el ‘chip’. Ahora, con tiempo, tranquilidad y sin premura, teniendo ya asegurado que se va a ir dando hasta Semana todos los pasos que hay que dar y son los que se han dado siempre, con esa tranquilidad se puede buscar de una forma más tranquila y normal a alguien o a un equipo que se pueda hacer cargo del Consejo de Hermandades. Lo que sí le aseguro es que no se va a quedar nunca sin gobierno, eso se lo puedo asegurar sin ninguna duda. Siempre habrá alguien que salga a remar y hacer que esto vaya hacia adelante.

Bollit es hermano mayor de la Hermandad del Triunfo y ya fue presidente del Consejo de Hermandades

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