El combate del dinero y las controversias

El Combate del Siglo entre Floyd Mayweather y Manny Pacquiao ha dejado tras de sí un escenario plagado de interesantes cuestiones. La victoria del estadounidense ha sido fuertemente repudiada, sobre todo, por la mayor parte de los neófitos del boxeo que han surgido a raíz de la expectación levantada por este enfrentamiento.

Evidentemente, es difícil hacerle entender a un espectador ajeno al boxeo que el ganador del combate ha sido el contendiente que ha optado por una estrategia evasiva, y no aquel que ha buscado el intercambio de golpes una y otr vez. Pero así es: en este deporte cuentan únicamente los puntos, y ahí la táctica defensiva y de contraataque aplicada con la veloz, precisa e inimitable destreza de Floyd es insuperable. Como se preveía, el duelo no fue espectacular en lo ofensivo, probablemente una de las razones que ha provocado que los desapegados se alejen aún más de esta disciplina, una auténtica lástima si consideramos la enorme ocasión que ha tenido el boxeo para conciliar a una gran cantidad de potenciales seguidores. Los jueces dictaminaron el triunfo de Mayweather por 118-110 (Dave Moretti) y doble 116-112 (Burt A. Clements y Glenn Feldman), siendo esta decisión muy controvertida desde el momento en el que concluyó el combate. Desde luego, el 118-110 de Dave Moretti, que se interpreta como un dominio casi absoluto sobre el rival, no fue una decisión para nada acertada a tenor del desarrollo del enfrentamiento. En caliente, las narraciones de una parte sustancial de los medios de todo el mundo señalaban la posibilidad de un nulo o una victoria para cualquiera de los contendientes dada la igualdad. Con la perspectiva de las horas y l os días, la mayoría de los analistas ha considerado que lo adecuado hubiera sido un empate o una victoria por uno o dos puntos para Floyd, pero en ningún caso un 118-110. Tras la lucha, hubo quien se escudó en las estadísticas globales para defender el triunfo de Mayweather, tal y como hiciera Roach, entrenador de Pacquiao, después del tercer duelo contra Juan Manuel Márquez. No obstante, esta es una trampa más efectiva que certera, ya que la liza es evaluada asalto a asalto, no en base a los golpes generales. El postcombate ha sido aún más polémico, pues en los últimos días se han ido conociendo ciertas informaciones sobre una lesión que castigó el hombro derecho de Manny Pacquiao antes del duelo, durante el mismo y tras él, cuya gravedad no debe de ser baladí puesto que la recuperación se ha estimado en un año desde su intervención quirúrgica. Pese a que se había solicitado permiso para la utilización de medicamentos durante los entrenamientos y había sido aceptado, no pudo recurrir a ellos en el combate definitivo, pues la lesión debió notificarse oficialmente el día del pesaje, y el representante legal de Pacquiao, Michael Kroncz, no informó de ello en la documentación requerida, cometiendo una infracción que podría costarle a “Pacman” severos problemas legales. Si bien Kroncz ha comentado al respecto que el error se debió a una negligente interpretación del formulario médico, se rumorea que el equipo del filipino no habría querido comunicar su lesión para evitar así que llegara a oídos del equipo rival. Una tontería, en mi opinión, pues estos detalles se acaban conociendo dada la gran cantidad de personas que rodean a estas estrellas. De hecho, Mayweather castigó, sorprendentemente, el hombro derecho de Pacquiao, actuación que ahora podemos imaginar a qué propósito respondía. No cabe duda de que desde el punto de vista económico el Mayweather –Pacquiao se ha convertido en una referencia hasta ahora inusitada dentro del boxeo, pero bien es cierto que en casi todo lo demás el resultado no ha sido realmente satisfactorio debido a unas cosas y otras. Lo ideal, y no sé si un tanto utópico, sería que Floyd pospusiera su retirada, ahora fijada en la lid que le espera en septiembre, y luchara contra Pacquiao cuando esté recuperado. Sería un gran negocio y, tal vez, un enfrentamiento mejor, pero no creo que Mayweather vaya a arriesgar su récord invicto por otro montón de millones de dólares más, por mucho que se apode “Money”.