El colador de la frontera

¿Estamos seguros con el tipo de control que se ejerce en la frontera del Tarajal?, ¿quién no ha puesto encima de la mesa alguna vez el debate sobre la efectividad del sistema vigente?

¿hasta qué punto se puede permitir que el segundo paso de toda España en cuanto a volumen de tráfico, detrás de Barajas, funcione con un número deficiente de agentes y disponga de un escáner que lleva estropeado dos años?, ¿es posible cuantificar la cantidad de droga que entra en la ciudad por este paso para abastecer el consumo en Ceuta y el del resto de Europa?
La voluntad política que pretende imprimir el delegado del Gobierno, Francisco Antonio González Pérez, choca con una realidad aplastante. Y esa realidad es la que va a exponer la Asociación Unificada de Guardias Civiles -AUGC- en un informe que ya está preparando sobre el tema. Ceuta es la comunidad de toda España en la que más droga se interviene, y la que atesora mayor número de detenciones sobre este tipo de delitos. No lo dice la AUGC, lo dice el último informe que sobre tráfico de drogas ha elaborado el Centro de Inteligencia contra el Crimen Organizado. De acuerdo con estos datos Ceuta y Madrid se llevan la palma en detenidos por delitos contra la salud pública. “La tasa media nacional de detenciones en el mes de enero ha sido 21 detenidos por provincia”, indica el informe, “en el caso de Ceuta, muestra la mayor tasa provincial de detenciones”, añade. “Ceuta, Melilla y Málaga muestran una mayor tasa de denuncias por tenencia o consumo público”, apunta, refiriéndose a las tan repetidas sanciones a la Ley 1/92.
En plena crisis los decomisos de hachís se disparan. La Guardia Civil ha decomisado ya en este año más de la mitad de todo el montante de 2011. Se superan las seis toneladas, pero ¿cuánta cantidad de droga es la que entra? Ni la Benemérita ni la Policía Nacional pueden responder a esta pregunta. Se sabe que es mucha la que llega a Ceuta y la que se intenta introducir en Europa. Se sabe lo que se decomisa, pero esa cuenta habría que multiplicarla para llegar a la cifra final. Todo, eso sí, tiene un punto de pase: la frontera.
La reina del ir y venir del hachís tiene su otra cara. Siendo la que sirve de pasadizo para el tráfico de hachís a pequeña y gran escala, es, a su vez, un ejemplo evidente de tercermundismo. Faltan medios, el escáner que debe servir para controlar lo que pasa lleva estropeado dos años, no hay mujeres guardias civiles dedicadas al reconocimiento de aquellas féminas que son susceptibles de ser utilizadas para el tráfico de hachís... La ciudad número 1 en las estadísticas de tráfico de drogas tiene este escaparate.
Un informe del CNI llegó a presumir en su día que entre las más de 35.000 personas que a diario cruzan el Tarajal, podría haber miles de ellas dedicadas a la introducción de pequeñas cantidades de hachís. ¿Quién las controla? Belloteras, hombres y mujeres que llevan menos de un kilo de hachís adosado a su cuerpo... ¿quién controla esto?, ¿sería compatible unos registros exhaustivos con la generación de largas colas?, ¿se producirían las llamadas de altos cargos que se quejan porque la muchacha no ha llegado todavía a casa?, ¿en qué papel quedaría la voluntad política del cambio anunciada por González Pérez?
“Tenemos a la Guardia Civil que mayor número de incautaciones de droga lleva a cabo y cada vez tenemos menos agentes y menos medios”, se lamenta la AUGC.  Donde antes había dos guardias registrando los vehículos ahora hay uno y en el puerto donde mayor salida de estupefacientes se produce quitan un guía de perros. “Se hace el mismo servicio, o más, con menos personal. Los guardias civiles están siendo sometido a trabajar en unas condiciones lamentables y con falta de personal. Donde antes había tres ahora hay uno y además ante cualquier deficiencia en el servicio no se duda en sancionar. Todos los guardias de frontera, puerto y perímetro trabajan unas 18 horas más, al parecer ser guardia en Ceuta esta penalizado con el trabajo”, apunta la asociación.
Más allá de las quejas laborales del colectivo en cuestión, están las que afectan a todos los ciudadanos. Esas son también las que se plantea en su informe la AUGC. Las instituciones se preocupan en garantizar, o al menos intentarlo, que la droga no llegue a la península. Pero ¿y a Ceuta?, ¿qué porcentaje de seguridad se destina a garantizar que no entre tanto hachís u otras sustancias por la frontera que también puede surtir a la población ceutí?
Hace años la asociación de panaderos se sumó a estas preguntas en torno a la seguridad garantizada en la ciudad, llegando a cuestionar si las fuerzas de seguridad serían capaces de interceptar una pistola escondida dentro de una barra de pan. Ahora cabría preguntarse cómo lo harían si el escáner lleva estropeado dos años. Algo que es conocido por todos los ciudadanos y que, incomprensiblemente, no se arregla. Se ha denunciado en más de una ocasión. También se ha hecho lo mismo sobre el funcionamiento del escáner situado en el puerto de Algeciras. Todos conocen esta deficiencia pero nadie interviene, la administración competente mira hacia otro lado mientras la seguridad queda en entredicho.
Las alarmas saltan cuando las fuerzas de seguridad conocen, a través de sus confidentes, de la llegada de un lote de armas de la península a Ceuta. Han conseguido pasar todos los filtros. ¿Y la droga? Lo mismo. ¿Cuánta droga es posible introducir a través de la otra frontera, la del Tarajal?
La asociación lo denuncia. No hay controles, no hay agentes suficientes y, para colmo, las fuerzas presentes se dedican a enfrentarse entre ellos. Así sucedió el pasado viernes. Mientras los guardias civiles estaban realizando los controles que son de su competencia sobre los vehículos y personas ya filtrados anteriormente por la Policía Nacional, agentes de Vigilancia Aduanera, dependientes de la Agencia Tributaria, montaban un tercer control. ¿Por qué motivo? Eso es lo que pregunta la asociación. “Los guardias civiles nos trasladaron cómo miembros de Aduana registraban a ciudadanos que antes habían registrado ellos mismos. Los propios agentes han sido testigos de ese cacheo”, denuncian. AUGC considera que con las deficiencias que tiene la frontera podían gastar su energía cacheando a otros y no faltando el respeto a los guardias civiles y a los ciudadanos que ven cómo son sometidos a un doble cacheo en presencia de los guardias civiles que antes los habían registrado. “No vamos a consentir este tipo de prácticas”, sentencia la AUGC. “Si realizan este tipo de actuaciones porque sospechan de cómo hacen el trabajo los guardias que lo digan, que investiguen, que hagan lo que crean oportuno... pero no vamos a consentir que se esté poniendo en entredicho nuestro trabajo y provocando un malestar en el ciudadano que se ve sometido a tres controles distintos”, añaden. “La falta de personal y las horas de exceso de trabajo de los guardias provoca una inseguridad no solo en los propios guardias civiles que prestan el servicio, sino en los propios ciudadanos. Mientras tanto otros no llegan a las horas”, sentencia.
AUGC prepara ya un informe denuncia sobre la seguridad. Informe que, ironiza, “primero se negará, pero después como en cada una de las cosas que hemos denunciado se tendrá que asumir como una verdad absoluta”. En la peculiar hemeroteca de la asociación quedan sus denuncias sobre tráfico de embarazadas para surtirse de los recursos sanitarios, introducción organizada de los MENA para ocupar plaza en el centro de ‘La Esperanza’, o el mítico informe 109 sobre el tráfico de hachís usando de plataforma el puerto deportivo que dio lugar a la Operación Marinas.

En detalles

entrada de hachÍs
Por la frontera
Aumentan los decomisos de hachís y también los detenidos por este tipo de delito. Las fuerzas de seguridad son incapaces de concretar cuánta es la cantidad de droga que puede llegar a entrar en la ciudad por este paso. Y no sólo se habla de hachís, también de cocaína. Marruecos publicitó el pasado año su particular balance cifrando en once los kilos de esta droga intervenidos cuando iban a entrar en Ceuta en distintas actuaciones.
vigilancia
Faltan unidades
Al margen de la falta de personal o las críticas sobre las infraestructuras existentes, en el paso del Tarajal no se dispone del servicio cinológico que sí funciona en el puerto. Así los controles y registros que se llevan a cabo de forma aleatoria sobre los vehículos que embarcan con destino a Algeciras, no se repiten de igual manera en el paso del Tarajal. El que fuera delegado del Gobierno con el PSOE, Jenaro García Arreciado, llegó a solicitar al por entonces director general Joan Mesquida, una explanada para poder llevar a cabo registros exhaustivos sobre vehículos que sean sospechosos. ¿Qué dijo Madrid? Le regaló naranjas de la China. ¿Por qué? Las buenas relaciones con los vecinos pudieron pesar en la negativa a este tipo de propuesta oficial.
población
Sin controles
La mayor parte de las detenciones que se llevan a cabo en la ciudad tienen que ver con las drogas. Es por ello que el balance de criminalidad siempre sitúa a Ceuta y Melilla como las más inseguras. En el fondo de esa interpretación está el elevado tránsito de hachís que se produce. La población residente se queda desatendida ante la ausencia de controles para vetar al máximo que Marruecos use Ceuta para abastecer los mercados europeos. Este año las cosechas se disparan, la droga que llega es incluso más pura, y las intervenciones se han triplicado respecto a otros años. El movimiento del hachís da trabajo a quienes caen en sus redes por culpa de la crisis.

“Pedimos el cese del responsable de Aduanas”

AUGC lo tiene claro. Piden el ceso del máximo responsable de Aduanas. Lo hacen ahora por la organización de controles paralelos a los que lleva a cabo la Benemérita, pero recuerdan también las trabas que ponen para que los servicios antidroga de los agentes sean mucho más efectivos. Y es que, tal y como ya denunciara la asociación, sólo a las personas detenidas por la Benemérita en el puerto se les practica las placas radiológicas allí mismo; los que son presentados por la Policía Nacional son rechazados por la ATS que dispone Aduanas por lo que los agentes deben trasladarlos al Hospital para la práctica de esta prueba. A pesar de las denuncias de la asociación, Aduanas mira hacia otro lado. AUGC considera que es una burla a la efectividad policial.

Redes organizadas a través del paso del Tarajal

Son contadas las informaciones en torno a redes desarticuladas tras dar vida al lucrativo negocio del tráfico de hachís tomando como escenario el paso del Tarajal. Una de las más mediáticas la llevó a cabo en enero de 2010 la Policía Nacional desmembrando una organización que se dedicaba a introducir hachís adosado al cuerpo. Fueron detenidos varios marroquíes que, cada día, se adosaban pequeñas cantidades de droga para introducirlas en Ceuta y llevarlas directamente a la vivienda del cabecilla, en el corazón del Príncipe. La Policía montó un "dispositivo de vigilancia discreta y seguimientos", que terminó el 13 de enero de aquel año con la detención de un ciudadano marroquí, de 63 años. Se le encontraron 1.074 bellotas, que arrojaron un peso total de 11.780 gramos de hachís, adosadas a sus piernas y cintura, así como en una mochila que portaba. En su declaración, el detenido informó a los agentes que "la droga la trasladaba al domicilio que había utilizado hasta entonces", por lo que se estableció un dispositivo de vigilancia de la vivienda, donde poco más tarde se procedió a la detención de A.F. y O.Y. de 22 y 24 años, respectivamente, ambos de nacionalidad marroquí y domiciliados en Ceuta, que cada mañana repetían la misma práctica. La pregunta que cada uno puede hacerse es si se está, hoy por hoy, en condiciones de negar que dicho tráfico sigue en alza sin control alguno.