El CNP ha intervenido once armas, entre ellas un subfusil, en el último año

El lenguaje políticamente correcto choca con la realidad. El intento por dibujar a martillazos una ausencia real de inseguridad se enfrenta a los resultados puramente estadísticos que recogen cada año las fuerzas de seguridad y publicitan con motivo de la celebración de sus patronos.

Es ahí cuando sale a la luz intervenciones que quedaron perdidas en la hilera de servicios policiales y que, unidas, arrojan una visión que no puede ser ocultada.
La presencia de armas en Ceuta se ha convertido, de siempre, en una auténtica obsesión policial. Los decomisos de armamento se producen. De hecho la Policía Nacional ha intervenido once armas de fuego en los últimos once meses, entre ellas un subfusil ametrallador de la marca UZI, varias pistolas, revólveres y armas de gas. Un balance en el que no se incluyen las simuladas, utilizadas cada vez más para la comisión de atracos y dotadas de tal perfeccionamiento que resulta imposible que la víctima pueda diferenciar a simple vista si se le apunta con un arma real o no.
Este es el balance que se ve, el que se incluye en las estadísticas, el que forma parte de los informes que a diario envía la Jefatura Superior a la Delegación del Gobierno. Pero hay otro: el que no se ve, pero se sabe que existe. Negar el almacenamiento de armas en los denominados zulos es tirarse piedras contra el propio tejado de la evidencia. Los policías no lo niegan, tampoco lo hace el resto de fuerzas de seguridad. El problema radica en su localización y en la necesidad de afinar lo suficiente como para conseguir que el juzgado dicte una orden de entrada y registro en las viviendas, locales e incluso naves industriales en donde se ha tenido sospechas de que pudieran servir de ocultación de armas.
La hemeroteca guarda servicios en los que o bien Policía Nacional o Guardia Civil han conseguido dar con zulos. Algunos rudimentarios, bajo las losas de una vivienda (en una del Príncipe hace diez años el CNP localizó otro subfusil y pistolas, pero el detenido quedó absuelto porque la entrada en su vivienda se hizo sin orden judicial, era por tanto ilegal); otros más especializados, en dobles fondos preparados; también los ha habido tan casuales que parecía se hubieran colocado en ese lugar para ser hallados, tal y como ha sucedido con agujeros practicados en medio del monte.
Los servicios de Información policiales han manejado sospechas de entrada de armas en Ceuta, incluso haciendo uso de embarcaciones semirrígidas para burlar los posibles controles en puerto o en frontera. Armas que, según sus informaciones, habrían sido distribuidas entre los grupos enfrentados por el control del territorio. Armas que se esconden y se cambian de sitio para abortar los operativos policiales, haciendo uso para ello de menores.
El pasado año el Cuerpo Nacional de Policía manejó buenas informaciones que apuntaban a la existencia de zulos en viviendas de Ceuta y Algeciras. Se montó un dispositivo especial que se activó a la misma hora en uno y otro punto. En Ceuta no se encontró nada. Aquella madrugada los agentes irrumpieron en una vivienda que les había sido marcada como lugar en donde presuntamente localizarían armamento de todo tipo. No encontraron absolutamente nada. Lo mismo sucedería en una intervención solicitada vía judicial para registrar un local que servía de almacén en plena barriada del Príncipe Alfonso. El resultado fue negativo.
¿Hay armas en Ceuta? Los resultados así lo demuestran, ya no solo por las intervenciones conseguidas en el último año sino, también, por las no conseguidas pero sí sospechadas, truncadas por la utilización perversa de grupos de menores que resultan inimputables penalmente y que son los enlaces elegidos para mover pistolas de un lado a otro, evitando de esta manera su localización.
Los hechos trágicos ocurridos en los últimos meses, en los que han fallecido jóvenes víctimas de disparos, lo demuestran; así como la hilera de sucesos en los que ha existido empleo de arma de fuego y que se han saldado sin detenciones o, de haberlas, sin la localización de las armas utilizadas.
Las investigaciones judiciales y policiales llevadas a cabo en Ceuta en los últimos años apuntan al empleo común de la misma pistola para la práctica de distintos crímenes. Los agentes de la Policía Nacional nunca pudieron dar en el transcurso de los distintos operativos con esas armas.
Los detenidos por el CNP en posesión de un arma de fuego han sido condenados a penas superiores al año de cárcel. Las sentencias quedaron dictadas de forma aislada, es decir, nunca se ha podido vincular judicialmente unos casos con otros, ni tan siquiera cuando se ha demostrado por los informes elaborados por Balística que ha existido conexión entre determinados episodios protagonizados por pistoleros. Delincuentes que, se ha comprobado policialmente, beben de las mismas fuentes y se intercambian las armas para perpetrar los delitos.
Once meses, once armas. El CNP cierra su balance sin poder responder a la pregunta del millón: ¿qué tanto por ciento representa este armamento en relación a lo que realmente hay en la ciudad?

En el Sardinero
Detenido con una pistola ‘Crucero’, calibre 9 mm. parabellum

El pasado 27 de julio se intervino en la calle Adoratrices esta pistola, de cartucho corto, sin munición. En otras intervenciones llevadas a cabo en distintos periodos, el CNP se hizo con armas de gas, también consideradas de fuego. Así sucedió el 7 de octubre de 2014 cuando se detuvo a un individuo en el barrio del Príncipe Felipe con un revólver de gas plateado modelo bell-6018. Poco después, el 13 de octubre, se localizó a un marroquí en la plaza de los Reyes con una pistola de gas de la marca Berreta de 9 mm. sin cargador y un revólver de gas Olimpic calibre 38.

Uso de menores
Interceptado con una pistola de gas, marca Retail de 9 mm.

El 21 de enero de este año la Policía detenía a un individuo en el Príncipe Alfonso en posesión de esta pistola de gas, de la marca Retail, de 9 mm. y un cartucho. Este tipo de armas ha sido muy utilizada en la comisión de atracos, de hecho en estos últimos once meses el CNP se ha hecho con al menos cuatro armas de este tipo, cuya posesión también está penada. En septiembre, los días 2 y 16, se produjeron aprehensiones de pistolas de gas sin cartuchos. El día 2 se detuvo a un menor de 14 años en el Príncipe Felipe con una; el 16, a otro joven en Príncipe Alfonso con otra. Ambas sin munición.

Intervención en Príncipe Alfonso
Pistola marca Ekol, modelo Volga, calibre 9 mm. parabellum

El 13 de abril de este año se detenía a un joven en posesión de este arma, sin munición, con cartucho corto. Fue acusado de tenencia ilícita de armas, al igual que el resto de detenidos en posesión de este tipo de armas. La pena por tenencia de arma de fuego puede elevarse hasta el año y medio, pero también se penaliza el uso de las pistolas detonadoras y de gas, así como las simuladas en cuanto se les ha dado el uso para la comisión de actos delictivos. Se ha detectado uso genérico de este tipo de armas entre menores, el problema es la imposibilidad de diferenciarlas de una real.