“El cine permite concretar los fantasmas, convierte lo abstracto en real”

{jaimage crop="TC" /}En ocasiones sucede que la mente humana es incapaz de proyectar un acontecimiento de extraordinarias dimensiones, porque la imaginación se ve superada, porque los ojos no alcanzan más allá de nebulosas noticias, o, simplemente porque no se estuvo allí, en el lugar de la tragedia, a la hora ‘H’. Se sabe que el atentado del 11 de marzo de 2004 que consternó Madrid, y el mundo civilizado, fue una catástrofe, sí, pero faltaba una película para que le pongamos ojos al rostro del dolor. Se estrenó ayer, en Telecinco, y en ella, un ceutí, el actor Hwidar Abdelatif protagoniza a ‘El Chino’.
-Telecinco anuncia la película 11-M, que se ofrece en dos series, bajo el reclamo “para que nadie lo olvide”, ¿que no tiene que olvidar el televidente?
–El dolor de tantas personas, las lágrimas, la sangre derramada. Una tragedia así, que batió una plusmarca de dolor en este país, nunca se debe olvidar.
–¿Cree usted que, siete años y cuatro meses después, los españoles hemos olvidado aquella fatídica mañana?
–No lo creo, estoy seguro que si al azar preguntas a cualquier ciudadano de España qué ocurrió el 11 de marzo del año  2004, todos sabrán contestar de inmediato y a la perfección.
–Y si hubiera algún despistado, el cine puede ayudar a refrescar el pasado.
–Sin duda alguna porque el cine permite concretar los fantasmas y que dejen de ser abstractos para ser real.
-¿Es posible que rememorar el dolor pueda ocasionar en los familiares de las víctimas un sentimiento de pesar y una falta de respeto hacia  su privacidad?
–Mira, te voy a contar una anécdota, que sucedió en uno de los primeros días de rodaje. Estábamos grabando una escena donde teníamos que subir al trágico tren cuando, de pronto, irrumpieron los padres reales de una víctima del atentado, se nos acercaron, nos abrazaron  y nos dieron mucho ánimo y fuerza para continuar la película .
–Es para soltar alguna que otra lágrima.
–Es que, de hecho, después del abrazo la solté  y, desde ese momento, fortalecí mi compromiso como actor con una lealtad personal con la causa de las víctimas.
-Pero no todas las víctimas se acercaron para amparar el filme.
–Puedo entender que haya críticas porque considero que el dolor se interpreta de muchas maneras, y, es curioso, porque todas son respetables aunque sean antagónicas. Yo lo único que puedo asegurar es que tanto la idea principal, como el guión, como el tratamiento de los personajes han sido rigurosos con lo que realmente sucedió y esta postura supone ponerse del lado de aquellas personas que han sufrido el dolor directamente o de una forma más alejada: amigos, parientes lejanos, conocidos...
–De todas formas, puede haber un punto conflictivo porque, como sabrá, alrededor del 11-M se destapó una revuelo social, mediático, y, lo que es más grave, judicial acerca a la famosa autoría de los atentados, ¿usted qué valoración le da a este ambiente turbio?
–Lo miro desde el punto de vista más humano y racional posible, porque, aunque soy consciente de que se ha jugado mucho con la teoría de la conspiración, estoy seguro que un drama de tales demiensiones -fallecieron 191 personas y el número de heridos alcanzó la cifra de 1858, los datos más trágicos jamás registrados en España- superó al ser humano, incapaz de articular con normalidad y de obrar con sensatez hasta que pudo asimilar los daños causados.
–¿Y de la prensa generalista qué críticas espera?
–Opino igual que respecto a los familiares de las víctimas: cada persona asimilará a su manera el tratamiento que ofrecemos en la película.
-Cuéntenos algo sobre el personaje que usted interpreta, apodado ‘El Chino’.
–Interpreto un papel complicado porque está inspirado en la cruda realidad, grabar en la estación de Atocha a cincuenta metros del lugar donde explotaron los trenes es una sensación fortísimia, de las que te ponen los pelos de punta y te aceleran el corazón.
–De algún modo, usted representa a Ceuta, ¿siente además que defiende una religión que, para muchos españoles, con o sin acierto, quedó en entredicho tras el atentado?
–La religión no tiene que ser defendida, las creencias y los dogmas de una religión se defienden solos. Respecto a representar a Ceuta, me gustaría que si las críticas son buenas, el éxito fuera el de todo el pueblo ceutí pero si algo va mal, prefiero ser yo quien cargue con esa carga.
–A usted se le otorgó el Premio Goya por el mejor Cortometraje del año 2008 , ‘Salvador’,  donde fue su director: si usted hubiera llevado el timón de la película, ¿se  hubiera dado el mismo papel  que ha interpretado?
–Yo no me hubiera dado papel alguno (risas)...¡Bastante tendría con dirigir!
–Lleva un corto, una película, ¿lo próximo que se vislumbra es un libro acerca del 11-M?
–No, no creo, aunque mi catarsis ha sido refugiarme en el encanto del arte.
–Ayer se emitió el primer capítulo y esta noche los telespectadores podrán ver el desenlace, ¿es posible que un éxito abrumador alargue la saga?
–No le veo sentido, porque en estos dos capítulos se cubre el dolor de las víctimas, se cuenta muy bien lo que sucedió, es, en definitva, una cinta cerrada, redonda.
–Aunque no haya tercera parte, es muy posible que haya éxito, dése cuenta que, según los últimos datos publicados por el Estudio General de Medios (EGM), Telecinco es el rey de la noche: ¿esto asusta o es motivo de orgullo y de motivación?
–No hay una sensación mejor para un actor que recibir el cariño del público, porque es un acicate para seguir trabajando en próximos proyectos, lleno de orgullo, eso sí.