Categorías: Opinión

El ceutí que gobernó Chile (II)

En el artículo anterior, sobre el ilustre ceutí Francisco Antonio García Carrasco, que fue Gobernador de Chile, se contenía una errata mía que es preciso subsanar. Y es que el mismo fue Gobernador de Chile desde 1808 a 1810, y no hasta 1814 como allí expuse por haber confundido el año de su cese; por lo que queda rectificada la fecha y pedidas disculpas en tal sentido. Y también hacía constar que fue necesario conciliar contestaciones y dificultades para que el ceutí fuera nombrado Gobernador, habida cuenta de que había ciertos sectores de la aristocracia, estamentos oficiales y de la propia sociedad chilena que se oponían a su designación; por lo que se hace preciso profundizar ahora algo más para que  puedan hacerse una idea de las intrigas, antagonismos y fuerte lucha por el poder que se dio, en principio, hasta que un Juez resolvió que la mayor legitimidad para desempeñar el cargo la ostentaba García Carrasco; circunstancias éstas que, a priori, hicieron confluir una fuerte oposición contra su nombramiento, y que también después de tomar el mando tendrían un peso específico en su forma de gobernar, al haber tenido que ejercer en medio de tanta predisposición en su contra y con numerosas dificultades que luego condicionarían su mandato.
La primera en oponérsele fue la Real Audiencia, en primer lugar porque la nueva normativa promulgada por el rey Carlos IV eliminaba la automática sucesión por el Regente de dicha Institución tras producirse la vacante de Gobernador, habiendo antes ejercido la misma una intervención decisiva en el nombramiento de los anteriores Gobernadores. Tan es así, que el mismo día del fallecimiento del anterior Gobernador, Muñoz de Guzmán, la Institución nombró y tomó juramento del cargo a su Regente, Juan Rodríguez Ballesteros, haciendo con ello caso omiso de la disposición real. Pero al comunicar éste, el mismo día, su toma de posesión a los tribunales, jefes políticos, del ejército y gobernadores de Valparaíso y Concepción, protestaron los generales Luis de Ávila y Mateo de Toro, aspirando ambos al cargo, excepto el general Pedro Quijada, que por hallarse impedido renunció expresamente al cargo. Y también formuló su protesta el general ceutí, enviando al nombrado, Rodríguez Ballesteros, la siguiente comunicación: “Yo me hallo en el caso de deber entrar en la sucesión del mando vacante de este Reino, sin más acto que el hecho efectivo de la muerte de su anterior propietario”.
Sometida la cuestión tan controvertida de dicho nombramiento al Fiscal jefe, emitió un informe al Gobernador ya nombrado en el que le decía que “su elección había sido violenta y contraria a la Real Cédula de 1806”. Pero, además, a favor de García Carrasco vino a ejercer una influencia decisiva el hecho de que el Secretario del Gobierno, Judas Tadeo Reyes, tomara partido en su favor, al informarle por escrito sobre la “incuestionable legitimidad de su derecho y el despojo hiriente que le había hecho la Real Audiencia”. Y es que ocurría que dicho Secretario mantenía unas relaciones muy borrascosas con el general Luis de Ávila, a quien creyó que iban a nombrar. Pero, si no, es posible que no hubiera accedido al gobierno el ceutí, incluso casi a petición suya, ya que si bien antes había reclamado la vacante, cuando ya fue sabedor de la pugna por el cargo y la fuerte oposición que sobre él se cernía, escribió a Rodríguez Ballesteros diciéndole: “Aun estamos a tiempo de transarlo todo amigablemente para que en el ejercicio de nuestras respectivas funciones procedamos con el acuerdo, armonía y buena correspondencia que tanto recomienda Su Majestad y que tanto interesa a su real servicio; entonces tendré yo la oportunidad de aprovecharme de sus luces y conocimientos para el buen desempeño de las que me son peculiares”. Finalmente, reunido en Pleno el Cabildo, por fin, se accedió por mayoría al nombramiento de García Carrasco tras deliberar ampliamente sobre los informes jurídicos emitidos, incluso habiendo solicitado al rey que lo elevara a definitivo cuando ya la Real Audiencia se vio superada por la vía jurídica; tomando posesión del Gobierno de Chile el 20-04-1808.
Pero, tras jurar el cargo, vendría luego el peso de la dura carga que se había echado el ceutí sobre sus hombros. El primer problema que le surgió, a los pocos días de la toma de posesión, fue la elección del Rector de la Real Universidad de San Felipe, que debía efectuarlo el día 30 de abril. Era un asunto de puro trámite que no debía haberle supuesto ninguna dificultad porque se repetía cada año de forma normal. El rector cesante, Juan José del Campo Lantadilla, llevaba ya tres años en el puesto, además de ejercer el cargo de fiscal de la Real Audiencia, y solicitó a García Carrasco que le prorrogara el mandato por otro año más; accedió a ello García Carrasco, pero ahí comenzó la batalla sin cuartel que la Real Audiencia le tenía reservada, acusándole de que el nombramiento era contrario a la ley, puesto que uno de los doctores, Vicente Martínez de Aldunate, se opuso a la confirmación, por creer que le asistía mejor derecho. El Cabildo en Pleno acudió personalmente a palacio para formularle una queja. Pero el Gobernador despachó el asunto de malas maneras, de la forma más contundente y expeditiva, gritándoles: “¡Ustedes salgan de la sala; váyanse, no tienen que hacer aquí; la orden del señor Presidente es que oigan, y se vayan!”. Y tan bruscos modos enojaron mucho a la clase intelectual.
El segundo problema lo tuvo con ocasión de la difícil y débil posición de España tras la invasión napoleónica. Pronto surgió en todas las colonias españolas en América una creciente ola de independentismo, en virtud de la cual casi todas las posesiones se confabularon, de una u otra forma, con miras a la secesión. Así las cosas, el Gobernador ceutí, dándole demasiada importancia a ciertos rumores que corrían por la capital de Chile, en el sentido de que se estaba planeando un movimiento revolucionario en el que se decía que podían estar implicados tres relevantes miembros de la sociedad chilena, Bernardo de Vera, José Antonio Rojas y Juan Antonio Ovalle, de los que corrió la noticia que preparaban una supuesta Junta de Gobierno revolucionario, pues el día 25-05-1808 el Gobernador mandó detenerlos y encerrarlos en la prisión de Valparaiso. La medida causó honda conmoción y gran indignación entre la población chilena, oponiéndose a ella el Cabildo de Santiago. A los detenidos se les abrió un proceso judicial que finalizó declarándose la absoluta inocencia de los imputados. Entonces, el mismo virrey de Perú, Fernando de Abascal, presentó una Memoria de Gobierno, en la que calificaba a García Carrasco de “ineptitud para el mando, que había acreditado con la más escandalosa apatía en los momentos más críticos de efervescencia de las opiniones”.
Otro problema de grueso tamaño lo tuvo por la aprehensión del “Scorpio” el 13-10-1808, que era una fragata inglesa que fue apresada por las tropas del Gobernador en la bahía de Quilimari, tras haber sido traicionado y asesinado su capitán con el fin de apoderarse de un cargamento de contrabando que llevaba a bordo. Enseguida se vertió la insidia entre la población de que en la operación estaban implicados el propio Gobernador y su Secretario e íntimo amigo Juan Martínez Rozas, que se decía habían entrado en trato con un comerciante apellidado Faulkner, para vender la carga en beneficio propio; con lo que, aun creyéndose que ello no fuera cierto, pero la sola circulación de la noticia hizo tambalearse el prestigio de García Carrasco y de su asesor. Fue, por ello, promovido un proceso en la Real Audiencia destinado al esclarecimiento de los hechos, para así poder depurar responsabilidades, si las hubiere, o probar su absoluta inocencia. Con ello, no cabe dudas, se empañaron gravemente su labor y prestigio al frente del Gobierno.
Ello fue aprovechado por ciertos grupos radicales, que eran los que verdaderamente estaban implicados en la proyectada  Junta de Gobierno revolucionaria a imitación de la que ya había sido formada en Buenos Aires, pero que ni habían sido perseguidos ni detenidos, con tal de no crear nuevos problemas. Esta falta de decisión del Gobernador creó una enorme tensión y gran alarma social entre la población, que decidió salir toda en manifestación de protesta contra el Gobernador hasta Santiago. Y la Real Audiencia, volvió a aprovechar la ocasión para demostrar a García Carrasco su gran animadversión, incitándole a que presentara la dimisión de inmediato. De manera que, abrumado por el curso de los acontecimientos, éste decidió renunciar al Gobierno de Chile el 16-07-1810, aunque el mismo día de su cese el Consejo de Regencia había dispuesto que cesara en sus funciones como Gobernador Presidente y Capitán General, siendo reemplazado por la Real Audiencia. La Real Orden que dispuso la separación de Carrasco del reino de Chile, era del siguiente tenor: “El secretario de Gracia y justicia me dice con fecha de hoy lo siguiente: Por Justas razones ha creído conveniente el Supremo Consejo de Regencia que el Brigadier don Francisco Antonio García Carrasco cese en la Presidencia y Capitanía General del Reino de Chile de que estaba encargado, y recaiga el gobierno en todas sus partes en la Real Audiencia del mismo Reino. De Real Orden, lo traslado a V. S. para su inteligencia y cumplimiento. Dios guarde a V. S. Cádiz, 16 de julio de 1810”. Luego, sería reemplazado por su antiguo competidor por el mando, el general Toro Zambrano, que duró poco tiempo, porque después se gestaron sucesivos movimientos revolucionarios que desembocaron en la independencia definitiva de Chile de España en 1844. El ya ex Gobernador ceutí permaneció en Chile hasta 1811, y luego fallecería en España en 1813
Y con ello finalizo la historia resumida de la vida y obra de tan ilustre ceutí, que si bien tuvo poca suerte, porque se dieron cita en su contra toda una serie de adversos acontecimientos y él mismo no supo utilizar la entereza, la serena ponderación de juicio y el necesario equilibrio que toda acción de gobierno comporta, lo cierto es que llegó a gobernar todo un país en nombre de España, llegando a ser una de las figuras más relevantes entre los buenos hijos de esta ciudad, que paseó dignamente el nombre de Ceuta  por las lejanas tierras de América, razón por la que su vida y su obra entiendo que debe ser conocida por todos los ceutíes.

Entradas recientes

Localizado el cadáver de un inmigrante en Marruecos

Hallado un cuerpo sin vida de un joven enfundado en traje de neopreno y con…

17/08/2024

Hanan, la mujer que cuida a 500 perros y 600 gatos

Hanan es una ciudadana de Salé que cuida a 500 perros y 600 gatos que…

17/08/2024

La madre del fallecido en Jérica: “Se han llevado mi corazón”

“Se han llevado mi corazón”. Entre lágrimas, Fatima recuerda a su hijo Mohamed Lahiachi Kasen.…

17/08/2024

Condenado a prisión tras golpear a su pareja en la vía pública

La autoridad judicial ha condenado a 6 meses de prisión a un varón de Ceuta…

17/08/2024

La Estación Marítima toma forma

La nueva Estación Marítima de Ceuta comienza a tener forma. Ello no pasa desapercibido a…

17/08/2024

Adham, el joven tetuaní que murió al cruzar a Ceuta

Tenía solo 24 años. Se llamaba Adham Bouna y decidió junto con dos amigos emprender…

17/08/2024