Categorías: Opinión

El ceutí que gobernó Chile (I)

Ceuta ha sido siempre un vivero fértil de vocaciones militares. Por ejemplo, como bien se sabe, el antiguo Regimiento de Voluntarios de Ceuta estuvo en principio formado exclusivamente por ceutíes, y se justificaba que fuera así por el hecho de que era una forma de que los militares que aquí sirvieran tuvieran el mayor arraigo posible y más interés en la defensa a ultranzas de la ciudad. Y nadie mejor que los propios ceutíes para querer hacer carrera militar en su propia tierra, quedarse en ella y defenderla con el valor y el heroísmo de los que han dado buena prueba a lo largo de la historia los ceutíes. Por eso fue dicho Regimiento una Unidad de élite, muy profesional y especializada, en la que se formaron relevantes soldados que hicieron honor y dieron honra a Ceuta y a España. Ahí está para acreditarlo el que quizá fuera su hijo más ilustre y bizarro, el Teniente D. Jacinto Ruiz de Mendoza, héroe de La Guerra de la Independencia. Quizá no sea casualidad que a la entrada a Ceuta por el Puente del Cristo hubo colocada una placa durante mucho tiempo que decía: “Muertos, sí, vivos, no”.
Pero hubo - y hay todavía - otros muchos relevantes "caballas", tanto militares como civiles, que han destacado y prestado excelentes servicios a Ceuta, y también a España, desempeñando puestos importantes dentro y fuera del territorio nacional. En la actualidad, por sólo citar un caso como ejemplo, ahí está el del General de Ejército D. José Faura Martín, nacido en Ceuta, que fue Jefe del Estado Mayor del Ejército, y uno de los JEME más destacados que ha tenido el Ejército español tras la democracia y que puso más empeño en que los militares se adaptaran a la democracia, con la frase: “Los militares, no somos intérpretes de la Constitución”. Y, luego, entre los muchos ceutíes que se distinguieron en el pasado, tenemos al personaje del que me voy a ocupar hoy. Se trata de Francisco Antonio García Carrasco, que fue Capitán General y Gobernador de Chile en el período 1808-1814.
Nacido en Ceuta, con sólo 16 años ingresó voluntario en el Ejército, donde estudió y destacó en Matemáticas, por lo que el rey lo agregó al Cuerpo de Ingenieros militares el 21-07-1776, y fue profesor de oficiales de la Academia militar aquí en Ceuta. Es de aclarar que, por entonces, los oficiales de Ingenieros, antes de recibir los despachos, debían poseer el título académico de Ingeniero o Arquitecto civil. Como Ingeniero militar, García Carrasco trazó los planos de la población de Monte Ancho, y dirigió la construcción del Muelle de Málaga. En 1795, pasó a Buenos Aires y estuvo a cargo de obras militares realizadas en Montevideo. En 1796 se trasladó a Chile con el grado de teniente coronel. Y en 1798 recibió el nombramiento de Comandante (Director) del Cuerpo de Ingenieros en Chile, donde estuvo a cargo de varias comisiones y trabajos tales como revisión de las cuentas de las obras de la Casa de la Moneda y la reforma de las fortificaciones de Valparaíso y Concepción. Ascendido a general, quedó en expectativa de que se le asignara un nuevo destino.         
A principios de 1808 sucedió que falleció el Presidente y Capitán General de Chile, Luis Muñoz de Guzmán, quien, según varios historiadores, por espacio de seis años gobernó el país con gran prudencia y acierto que hicieron mucho honor a su persona y que harán siempre grata su memoria. La provisión de dicha vacante cuando se produjera debía recaer en el militar de más alta graduación que se hallase destinado en Chile, en virtud de lo dispuesto en la Real Orden de 23-10-1806, sobre subrogación en el mando de la Capitanía General, promulgada por el rey Carlos IV. Era la primera vez que se hacía uso de dicha disposición real para cubrir la vacante, porque la norma que hasta entonces había regido disponía que, ocurrida la muerte del Capitán General-Gobernador que hubiera venido ostentando el mando, debía de cubrir la vacante, con carácter provisional, la Real Audiencia. Pero, como norma de nueva vigencia y aplicación que no se hallaba sólidamente asentada, dicha Real Orden suscitó una serie de dudas a un Tribunal sobre quién debía ocupar la Presidencia provisional. Se hallaban entonces destinados en Chile los siguientes generales: Pedro Quijada, que era el más antiguo y le correspondía el mando, pero, debido a una dolencia, se hallaba postrado e imposibilitado En Concepción estaba destinado Francisco Antonio García Carrasco, de Ceuta, ascendido por Real Despacho de 24-11-1806; Luis de Álava, de Artillería; en Valparaiso el Conde de la Conquista;  Mateo Toro Zambrano, que era general de milicias y estaba excluido del mando a priori por la indicada norma.
Después de consultar el ceutí con el Consejo de Guerra, residente en Concepción, dirigió un escrito a la Real Audiencia alegando que se creía con mejor derecho para la sucesión en el mando. Y, con fecha 20-02-1808, García Carrasco recibía la siguiente comunicación:  “En la mañana de hoy ha amanecido muerto el Excmo. señor don Luis Muñoz de Guzmán, Capitán General y Presidente de la Real Audiencia de este reino, lo aviso a V. S. para su noticia como Regente del tribunal a falta en esta capital de oficial de graduación, que deba suceder en estos mandos conforme a lo declarado en este día, por el real acuerdo. – Dios guarde a V. S. muchos años. – Santiago, 11 de Febrero de 1808. – Juan Rodríguez Ballesteros. – Señor Comandante del Real Cuerpo de Ingenieros”. A pesar de que intervinieron algunas contestaciones y dificultades, todas se conciliaron brevemente, de manera que el día 22-04-1808, el Cabildo de la capital quiso darle muestras inequívocas de su estimación y aprecio, recibió a García Carrasco en la capital chilena, dándole posesión del gobierno con toda solemnidad y formalidades de estilo; pero, además, como el cargo lo desempeñaría con carácter provisional, se acordó en Pleno pedir al rey de España que lo confirmara confiriéndole el cargo con carácter definitivo tras la obligada interinidad con que en principio se le había asignado; cuya propuesta iba acompañada de un extenso currículum en el que se hacían ver al rey la serie de méritos, capacidades y circunstancias que en el ceutí concurrían, que lo hacían muy acreedor del cargo. Y así, el rey lo confirmó.
Pero hubo algunos sectores que no vieron con demasiado agrado el nombramiento, en palabras de algunos historiadores, “debido a liviandad y pérfida de los hombres que no caminan por la senda recta de la sinceridad y verdad”. Más, luego, una vez confirmado por el rey en el cargo de Capitán General-Gobernador, pronto se pondría de manifiesto que, si bien García Carrasco estaba adornado de excelentes dotes de mando y acrisoladas virtudes militares, se tenía en la capital cierta reticencia a su persona ya que tenía fama de demasiado recto y autoritario para la población civil, hasta el punto de tachársele de déspota; luego, existía un fuerte antagonismo con la sociedad santiaguesa y la aristocracia criolla que lo miraba con desdén,  y los españoles en Chile tampoco lo querían, porque se había aislado del pueblo junto con algunos amigos íntimos de la clase militar, como Martínez de Rozas, personaje sospechoso para los peninsulares y antipático para los santiaguistas. O sea,  fallaba en la gobernación de los asuntos políticos, acusándosele de no tener mano izquierda y derecha para gobernar con la templanza y el necesario equilibrio que deben ser inherentes a los políticos de clase, teniendo muchas dificultades para hacer frente a los antagonismos de la sociedad chilena.
Y es por ello que, aunque tuvo fervorosos y entusiastas partidarios, también tuvo bastante detractores. Refiere el historiador Francisco Antonio Encinas: “Francisco Antonio García Carrasco era un hombre ilustrado, dentro su tiempo y de su ambiente, la afinidad de ideas o de inclinaciones le ligó a intelectuales de la época, y especialmente, a Miguel de Lastarria y a Juan Martínez de Rozas, en los que buscó la compañía de sus compañeros de armas, se consagró a su trabajo, pero sin frecuentar a la aristocracia santiaguina, al contrario que su antecesor”. Al verlo encerrado en sí mismo con su círculo de amigos próximos, fue muy criticado, sobre todo, porque se confió demasiado a su asesor jurídico, Juan Martínez de Rozas, militar muy conservador, al que terminó nombrándolo su secretario privado. También por su íntima amistad con el secretario del Gobierno, Judas Tadeo Reyes, que contrastaba con el anterior en el sentido de que era muy innovador, sin reparar en las consecuencias que de sus reformas se derivarían y, de esa forma, ambos asesores daban constantes muestras de enfrentamiento y colisión que dejaban al pueblo atónito y desconcertado. Y vino a colmar el vaso su excesiva confianza depositada en Rita, antigua asistenta suya de color, ya muy mayor, pero que disponía todo lo que habría de hacerse en palacio y ejercía sobre él una enorme influencia, lo que era muy mal visto por la población.
Más a lo anterior hay que añadir que era muy aficionado a las peleas de gallos, con ejemplares que él mismo criaba en palacio y con los que luego participaba en dichas peleas, cuyo comportamiento y actitud le hacía caer en bastante desmerecimiento de la aristocracia chilena y de la misma población, que entendían que ello resultaba impropio e indecoroso del cargo que ostentaba, por el hecho de tener que ver entre la multitud de apostantes y dentro de la jerga propia de gente de baja condición social a todo un Capitán General-Gobernador que a menudo se confundía con el pueblo en tan reprochables asuntos, en los que, además, adquirió el defecto de bautizar, con sentido peyorativo, a muchos de los gallos que criaba con el nombre de políticos o personalidades que le eran desafectos, circunstancia ésta que, lógicamente, le creó mucha oposición y malestar popular. Se le tenía, además, como militar peninsular adocenado, imbuido de la idea de la superioridad de los españoles europeos sobre los españoles americanos, que reputaba reprochable el orden de cosas existentes en América. Todo ello, junto a otros desaciertos y demás circunstancias que serán tratadas en la próxima entrega, le acarrearían el disgusto de la Corte de Madrid. (Continuará el próximo lunes).

Entradas recientes

Tangana en el CETI: un detenido y al menos un herido

Agentes de la Policía Nacional han tenido que intervenir en el Centro de Estancia Temporal…

28/05/2024

Ceuta siempre responde a la campaña de donación de sangre

El Centro de Transfusión, Tejidos y Células de Cádiz se ha asentado en el Teatro…

28/05/2024

Asistir a 300 personas a diario en Gaza, el próximo reto de Ceuta

Una ambulancia para atender a 300 personas al día en Gaza. Es el próximo reto…

28/05/2024

La Policía alerta sobre las estafas en alquileres vacacionales

Con la llegada de la temporada estival son muchos los vecinos de Ceuta que se…

28/05/2024

Hamza Maimon, protagonista estrella con los niños de Dynamis

No se tiene a un jugador de Primera División de fútbol sala y a un…

28/05/2024

Aprobado el Plan de Empresa del Puerto de Ceuta

El Puerto de Ceuta se pone manos a la obra con su próximo Plan de…

28/05/2024