Categorías: Opinión

El banco

Llevo un tiempo ocupando un espacio público. Casi inamovible siento como las miradas de los que pasean me ven, pero sin embargo no se acercan a mí. Siento como si me ignorasen. No entiendo porque aquellos que se sienten agotados no se atreven a posar sus traseros para descansar y dejar que sus fatigados pies tomen un descanso y se relajen. Al menos unos minutos. Por este motivo me siento frustrado. Sé que soy frio o caliente según el tiempo y la hora que sea, también soy un poco rugoso, duro y muy estático.
Siento como pasan los días y me voy deteriorando por las inclemencias del tiempo. Algunos gamberros  me dañan, pintando mi rugosa superficie. Ni siquiera las mascotas sueltas se acercan, ni para utilizarme de retrete. Olfatean el aire a distancia y se alejan buscando un lugar apartado de mí.  
Así son mis días en este lugar tan transitado y concurrido. ¿Si estoy situado en la arteria principal de la ciudad, por qué soy el único ignorado? Siempre me hago las mismas preguntas ¿Por qué en los demás las gente se sienta, descansa, se ama, hablan e incluso trasnocha? ¿Por qué?
Bueno, la verdad es que no estoy tan desocupado y que esta mala racha no fue siempre así. Tuve mejores momentos. Eran años en los que la gente me utilizaba; fueron años que recuerdo con pesadumbre. La pena que siento no es por mí, sino por quien ahora me hace compañía. Nunca me di cuenta de que vosotros, los humanos también abandonáis a vuestros semejantes. Que sois un poco crueles con los de vuestra misma variedad.
Quien lleva meses acompañando mi soledad es una mujer que parece perdida, y por lo visto no tiene a donde ir. La oigo entre susurros hablar sola, se maldice y maldice a alguien en particular. No sé que motivo la trajo aquí, pero se siente sola y decepcionada, por algo que le ocurrió, no tengo duda.
La vida a veces te juega malas pasadas y sin embargo siempre encontráis a alguien que os consuele. Pero a esta chica todos la ignoran… ¡que pena…! Ni los mas miserables se merecen ser apartados de esta manera, y a esta cabeza agitada no le hacen caso. “Está loca”… Murmuran. “Qué peste…  que se vaya a su país… es lo único que nos faltaba… con lo bonito que esta el centro… y ahora esto…  Si yo pudiera la llevaría lejos y la dejaría tirada para que no encuentre el camino de regreso.”
Bueno todo no es así. Hay quien le trae bolsas con comida, ropa, la invitan a un café y quien le da dinero. Ella no dice nada, solo la expresión de su cara refleja agradecimiento. Dos muchachos se acercaron a ella para ver que le pasaba y darle ayuda pero ella la rechazó.
Siempre me tenía ocupado guardándole sus pertenencias. Se alejaba paseando y luego volvía, hasta que comenzó a ocupar a los demás bancos que se encontraban a cierta distancia de mí, a lo largo de la gran vía.
Lo inundaba todo con su pestilencia. Porque soy inerte y no siento, si no hasta yo mismo hubiese salido corriendo, ya que muchas veces hacia sus necesidades bajo mi cobijo que no es de gran resguardo.
Hace tiempo que no se nada de esta mujer. Se la llevaron un buen día y no regresó jamás. Se dieron mucha prisa en limpiar la zona. A mí y a los demás bancos nos dieron un baño por todo lo alto. Hacía tiempo que no me trataban tan bien.
Tras un par de meses después de este incidente dos chicos se sentaron y se pusieron a charlar entre ellos. Cuál fue mi asombro cuando comenzaron a recordar a esa alma perturbada que vivía en este  banco y a quien le ofrecieron ayuda.
“Hace tiempo que no la veo…”
“Pues la he visto en la frontera… y da más pena que cuando estaba aquí. Ahí sí que esta perdida y abandonada.”
“Qué pena… si se hubiese dejado ayudar por nosotros… puede que ahora ya estuviese como nosotros… tratados y  con una vida normalizada…”
“¡En fin! Que le vamos a hacer la vida es así y nosotros hicimos lo que supimos… ¡si algún profesional la hubiese tratado!”
Se levantaron y comenzaron a caminar. Mientras debatían por la adversidad de esta chica.
Ahora la gente pasea cerca de mí y se sienta a descansar, charlar, jugar, hacer carantoñas y todo lo posible que se puede hacer conmigo. Pero yo, aunque inerte y sin sentimientos, recuerdo la cara de esa muchacha perdida que un día me escogió como morada y confidente de sus vigilias.
Si vosotros que podéis, veis a alguien perdido no os alejéis ni os alarméis; sonreídle y acercaos a ver que podéis hacer por esa persona. Como esos dos chicos que puede que en algún momento de sus vidas pudiesen estar en la misma situación. Peor aún, imaginaos si vosotros caéis en el abismo de la indiferencia y en la sin razón. Cerrad los ojos e imaginaos en la situación. “Sacad de la locura a vuestros semejantes  y  floreceréis como la mejor especie, evidente”.

Entradas recientes

Un informe sobre terrorismo con alusión a Ceuta, la 'Cesto'

Un informe elaborado por el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo de Vitoria recoge…

15/08/2024

Uche se estrena como goleador en San Mamés

Chrisantus Uche ha debutado de una forma magistral en Primera División. Sorprendía el entrenador del…

15/08/2024

Buscan a tres amigos tetuaníes desaparecidos en el mar

La cuenta de desaparecidos no hace más que aumentar. Coinciden en lo mismo: son jóvenes…

15/08/2024

El Pablo Escobar de Marruecos sale de prisión

Munir Rramash, conocido barón de la droga y conocido como el Pablo Escobar del norte…

15/08/2024

El 7 de septiembre será la "igualá" de la Cofradía de San Daniel

La Venerable Cofradía de San Daniel y Compañeros Mártires, Patrón de Ceuta se encuentra inmersa…

15/08/2024

El CD Puerto, campeón del torneo de verano en Tetuán

El CD Puerto de Ceuta ha concluido este jueves en Tetuán un torneo de fútbol…

15/08/2024