El autor del atropello en el que murió Jennifer, condenado

Un año después de la muerte de la pequeña Jennifer, tras ser atropellada en un paso de peatones ubicado en Miramar, el conductor del coche que causó aquella imprudencia fue condenado por el magistrado del juzgado de lo Penal número 2.

A preguntas de su señoría, El Ghazi E.M., de 32 años y natural de Marruecos, asumió su responsabilidad en los hechos. Es decir, que la tarde del 27 de julio de 2013, cuando circulaba en su vehículo Mercedes, realizó una maniobra antirreglamentaria adelantando a unos coches que habían frenado ante el paso de cebra. Fue eso lo que provocó que se llevara por delante a la pequeña, de 7 años, que falleció a las pocas horas en el Hospital Universitario.
El Ghazi se acogió a la figura jurídica de la conformidad para, tras asumir  los hechos, confesarse culpable de un delito contra la seguridad vial en su modalidad de conducción temeraria, en concurso con un homicidio por imprudencia. Esto, traducido en pena, significa 1 año, un mes y 10 días de prisión; 3 años con prohibición de conducir y la pérdida del carné de manera definitiva. Como El Ghazi ya había cumplido esa pena de prisión, ayer mismo, tras la celebración del juicio, se le comunicó su puesta en libertad además de procederse a la entrega de su vehículo.
La responsabilidad civil ha sido asumida por la compañía aseguradora, teniéndose en cuenta tanto el dinero que le corresponde al padre y a la madre de la menor, 38.230 euros y 78.850, respectivamente. La compañía representante en España de la marroquí Dekra Claims había ya consignado con bastantes meses de antelación dichas indemnizaciones. Un trámite que permitió una agilidad en las gestiones judiciales que en otros casos de compañías extranjeras supone toda una traba en el procedimiento.
La sentencia que ha puesto punto y final a esta historia es firme, es decir, contra la misma ya no cabe recurso después de que tanto la Defensa del acusado como la Fiscalía y la Acusación Particular mostraran su acuerdo con la misma.
La pena acordada ayer modifica la que se presentó inicialmente en la calificación que llevó a juicio la Fiscalía. Así ha sido, después de que el acusado mostrara el reconocimiento de los hechos y se fijara entre las partes una conformidad en base a la cual la condena ha sido fijada en un término medio sobre la que inicialmente se pedía, que alcanzaba los 3 años.
En los pasillos del juzgado se dieron cita familiares de Jennifer así como todos los testigos que, de una u otra parte, actuaron o vieron el suceso en el que la pequeña perdió la vida.
Agentes de la Policía Nacional estaban citados por videoconferencia. Se trataba de los efectivos de la UIP que esa tarde venían de regreso de la frontera y se toparon con el siniestro. También se había citado a otro agente que fue quien recogió a la pequeña del suelo, así como a las personas que esa tarde estaban en el lugar y vieron cómo se produjo el accidente, bien porque estaban como peatones o bien conduciendo alguno de los vehículos que sí habían frenado en el paso de cebra por el que se disponían a cruzar la madre y la abuela de Jennifer así como la pequeña.
Notificada la sentencia y conociéndose la firmeza de la misma, el marroquí fue trasladado por la Policía Nacional a la prisión de Los Rosales para, una vez allí recibir el informe de puesta en libertad y la documentación.
El Ghazi fue detenido en el mismo momento de producirse el accidente mortal y trasladado a las dependencias de la Guardia Civil. Posteriormente, tras su puesta a disposición judicial, se acordó su entrada en prisión a la espera de la vista oral que ha terminado celebrándose justo un año después, con lo que toda la sentencia condenatoria ya la tiene cumplida.
Las lesiones sufridas por la pequeña fueron tan graves que a pesar de que los sanitarios de guardia intentaron salvar su vida, nada pudieron hacer debido a los múltiples traumatismos que sufrió al recibir el golpe seco del vehículo. La niña regresaba de la playa en compañía de su madre y abuela. Su muerte causó consternación en la ciudad.

No podrá conducir jamás un vehículo en territorio nacional

A la pena de cárcel y el pago de la indemnización, se le añade la retirada definitiva del carné de conducir. Por eso El Ghazi no podrá conducir más en territorio nacional, aunque eso no le exime de hacerlo en su propio país, a donde habría regresado ayer mismo tras su puesta en libertad. La pena acordada ayer por conformidad entre las partes, es decir, con el visto bueno de Defensa, Fiscalía y Acusación Particular, se acopla a lo que dicta el Código Penal, a las contempladas por delitos contra la seguridad vial que terminan con un homicidio imprudente. Casos como el de Jennifer, que se han saldado con muertes, han terminado con el dictado de condenas de este tipo que terminan causando gran impacto mediático.

Un año después, nada ha cambiado

La familia de Jennifer intenta vivir ahora con el dolor de haber perdido a la pequeña. Un duelo con el que hay que saber convivir, a sabiendas de que ya nada va a ser igual. Judicialmente hay sentencia firme, así que se da punto y final a la historia. En materia de seguridad, en cambio, nada ha mejorado.
La zona en donde atropellaron a la pequeña es considerada un punto negro viario. Allí no solo se ha producido la muerte de Jennifer, ha habido más accidentes, algunos de ellos de gravedad. De hecho, justo al lado, falleció otra persona hace años.
Los vecinos de Miramar Bajo han solicitado en cuantiosas ocasiones que se coloque un paso elevado similar al que existe en Juan XXIII. De momento nada se ha hecho. Hubo promesas de iniciar esas actuaciones, pero nunca se llegaron a plasmar siquiera en un proyecto.
24 horas de la muerte de Jennifer, vecinos de la barriada así como ciudadanos de otros puntos acudieron a una concentración convocada a través de las redes sociales para protestar precisamente por esa inseguridad. Aquella protesta duró el momento del impacto causado por la noticia. Hoy todo se ha olvidado.
La mala visibilidad, el desnivel de la carretera y el hecho de que la vía sea tránsito continuado de vehículos que acuden o  regresan de la frontera además de unidades policiales, convierten la zona en un punto de mucha presión de tráfico.  La vigilancia, por contra, es nula.
Con motivo del aniversario de este atropello mortal, la madre de Jennifer pedía justicia en declaraciones a este periódico. La reclamaba dolida por la pérdida de su única hija y sabiendo, además, que nada se ha hecho para erradicar la inseguridad en la zona.
Hoy aún, se sigue protestando a través de las redes sociales reclamando a la administración que cumpla su promesa y que perfilen un paso alternativo para evitar que puedan volver a producirse siniestros de gravedad como el que segó la vida de una niña de solo 7 años.