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El aseo y las comidas entre los musulmanes en tiempos remotos

Una de las prescripciones entre los musulmanes son la limpieza corporal y las delimitaciones alimentarías, todavía respetadas en algunos lugares. Tanto los hombres como las mujeres estaban obligados a realizar cada semana el aseo corporal y para ello todavía hay unos establecimientos que son llamadas Jhammanas, formados por unos aposentos debidamente acondicionados para que por las mañanas hasta mediodía los utilicen los hombres y por las tardes las mujeres para llevar a cabo su aseo. El otro de estos preceptos es la alimentación y la prescripción nutritiva, sujetas a sus ordenanzas religiosas, ya que para los musulmanes existen ciertos productos que los tienen  prohibidos para sus comidas por más que en el Corán no se mencionen termínate su absoluta prohibición. En los países calidos, la carne demasiado carnosa o grasosa, como la del cerdo, es por excelencia indigesta y propicia a producir enfermedades cutáneas. Por esta razón y siguiendo la huella de Moisés, aconsejo Mahoma a sus sectarios que no las usaran como alimento habitual
El Corán dice sobre esto lo siguiente: Está prohibido por Dios como los alimentos muertos con su sangre, la carne de puerco, todo lo que muere bajo la invocación que de otro nombre que no sea el de Dios, los animales ahogados, los aporreados, los que mueren en una caída, los sometidos a una fiera amenos que ser purificados y los que han sido inmolados en los altares de los ídolos. Pero en otro lugar dice el Libro por excelencia para los árabes: “hoy he perfeccionado vuestra religión y llegado al colmo de mis beneficios en vuestro obsequio”. “El que conociendo las necesidades de hombre quebrante nuestra disposiciones y normas, será absuelto, por que Dios es indulgente y misericordioso.
Tampoco se prohíbe el vino terminantemente en el Corán como una bebida en esencia mala, sino como peligrosa, y siguiendo este punto Mahoma da como ejemplo a Moisés que decía “Te preguntaras sobre el vino y sobre el juego; el alimento que han recibido las escrituras es licito y el vuestro lo es igualmente para ello indulgente, diles que tanto el uno como el otro hay mal y bien, pero que el mal excede al bien” y en otro pasaje del Corán si se lee “Oh creyente, el vino, los juegos de azar, las estatuas y las suertes de las flechas, son una abominación inventada por Satanás,  absteneros de ello y seréis felices. Satán desea excitar el odio y la enemistad entre vosotros por medio del vino y el juego, alejaos y recordar el recuerdo de Dios y de la oración.
En un país en que la agricultura estaba todavía en sus primeras iniciativas y que también se hallaba aislado casi de todo comercio, exterior, los habitantes en general han de ser frugales, y en efecto, en Marruecos, prescribiendo los ricos, tan solo las festividades o banquetes, todos los demás tenían como base, casi siembre el cuscus, que consiste en una masa de harina, agua y sal, que amasan en el fondo de un gran barreño hasta que queda reducida a unos granitos mas o menos grandes.
Hecha esta operación, se traslada la pasta a un puchero de boca ancha, llamado Quessa, cuyo fondo esta lleno de agujeros pequeños, el cual se coloca sobre una olla o marmita en la que hay carne, aves, verduras, huevos y otros comestibles, todo esto preparado según los medios económicos de cada cual. Con calor que se desprende de esta marmita se cuece el cuscus, que después sazonado con manteca, caldo o leche, mezclándose todo este contenido en una olla
Los marroquíes generalmente no usan cucharas ni tenedores en las comidas, comen con la mano derecha que lavan previamente, cogen puñados de cuscus y de las otras viandas y así de esta forma se lo llevan a sus bocas. Como es natural se manchan trajes y barbas, ofreciendo por tanto un espectáculo algo molesto para el que no esta acostumbrado a ello. Además todos comen en el mismo plato o fuente cuando hay que partir alguna vianda, uno hace una señal y empiezan a comer las carnes que les ha caído en suerte, tan solo las comidas que tienen mucho caldo utilizan cucharas el pan no lo parte con cuchillo ni instrumento alguno, sino que lo hacen con las manos en  pequeños trozos.
En las comidas, al final toman muchas frutas variadas, a las que son muy aficionados. En relación con las bebidas, no se emplea otras que el agua o algún refresco, siempre sin alcohol. Aunque el Corán en las poblaciones costeras en sus puertos, al estar en contacto con los europeos, algunos marroquíes no se muestran muy escrupulosos en guardar las recomendaciones del Corán, manifestando algunos su predilección por el vino.

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