El Comité Pro Salud Mental En Primera Persona somos un grupo de usuarios de Acefep que entendemos el empoderamiento como una pieza básica de la recuperación.
A través de la participación, el intercambio de experiencias, y la toma de decisiones, intentamos dar con las claves que nos lleven al entendimiento de nuestra situación vital.
En este ejercicio, tomamos conciencia de que somos nosotros los protagonistas de nuestros procesos de superación, y que solo si tomamos el control podremos dar con el fin último de la realización social.
Nosotros aceptamos el reto de preparar las habilidades, y de hacer cuantos esfuerzos sean necesarios, pero al otro lado debe haber una sociedad conocedora, que acepte la diversidad en la función mental y te ofrezca una oportunidad.
A tal fin, hemos diseñado la campaña “Ceuta, Ciudad sin Estigma”, para dar forma a la conciencia colectiva sobre los procesos que rodean a la salud mental.
A pie de calle hemos completado cien entrevistas a amables ciudadanos, con la intención de examinar y tomarle el pulso a la imagen que tiene la sociedad sobre nuestro colectivo. También si es consciente de las barreras o estigmas que frenan de hecho nuestra progresión social.
Al evaluar los resultados observamos que la inmensa mayoría acepta de manera positiva a las personas con problemas de salud mental, entienden que deben hacerse ajustes para que la inclusión sea efectiva, y que en el caso de experimentar un trastorno mental en el entorno familiar se actuaría con total normalidad.
El estudio es revelador e introduce una contradicción: ¿cómo es posible que la conciencia individual hacia los problemas de salud mental sea de afrontamiento positivo, y sin embargo, la circunstancia real sea de estigma, rechazo y aislamiento?
La interpretación que hacemos desde el Comité de porqué la suma de la conciencia individual no da como resultado la conciencia colectiva es debido a que falta un lenguaje social sobre salud mental que estructure, conecte y llene los intersticios de la dispersión conceptual.
El estigma, o visión negativa, está tan arraigado por los prejuicios históricos y por la desafortunada imagen que muchas veces proyectan los medios de comunicación masivos, que solo con una ambiciosa campaña de sensibilización en red podría vencerse al estigma y poner la naturaleza individual en conexión.
El mal es el estigma, y el antídoto es la conciencia colectiva; introducir la realidad de la salud mental en la cultura social (algo así como sucede en el caso de la conciencia sobre seguridad vial).
En un primer momento, habría que marcar a fuego cuatro circunstancias: los problemas de salud mental no son una rareza, son un proceso natural; la salud mental es cosa de todos; la salud mental es un bien precioso y por tanto hay que cuidarlo activamente; y por fin, lo más importante: si alguien se ve afectado puede recuperarse y llegar a tener una vida normalizada e independiente.
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