El ampliar la baraja, ¿otra vía?

El empate a cero cosechado ante el Écija no ha cambiado la mala situación de un Ceuta condenado a luchar hasta el último suspiro del campeonato por la permanencia una realidad alejada de unos objetivos que pasaron a  convertirse en utopía demasiado pronto.
El fútbol del Ceuta ha dejado sensaciones positivas a lo largo de esta campaña, aunque nunca con el máximo rendimiento convertido en efectividad. Precisamente ésta es una de las preocupaciones actuales de Sergio Lobera, consciente de que la zona baja demanda saber jugar con ciertas circunstancias que quizás no maneje su equipo ante enemigos acostumbrados a la pelea por la supervivencia.
Todo ello bajo la realidad de una búsqueda de soluciones que no llega en lo que concierne a lo extradeportivo. El presidente de la entidad caballa, José Antonio Muñoz, se reunió el martes con responsables de la AFE con el fin de mediar en la situación existente y exponer vías de desarrollo. Pero éstas deberán esperar a otra cita, la semana próxima, para seguir buscando resquicios de dudas y justificaciones de cara a solventar algo que está marcando de forma directa el rendimiento de los futbolistas del Ceuta en esta competición doméstica.
Los jugadores, mientras, tratan de aislar sus mentes para pensar en un Roquetas que se juega la vida en la categoría y no quiere dejar pasar la ocasión de meter en problemas a un potencial candidato como el Ceuta. Lobera lo tiene más difícil que nunca. Sabe que su sistema atrevido es menos propenso al éxito ante este tipo de rivales, que esperarán su momento para aprovechar las dimensiones del terreno de juego y llevar el duelo a sus intereses.
La propuesta del cuadro ceutí sigue siendo una apuesta por el despliegue técnico. En cualquier escenario y ante cualquier rival. Eso sí, la efectividad nunca acompañó a los hombres de Lobera en todo lo que va de temporada, una realidad que se antoja difícil de justificar cuando toca enfrentarse a rivales para salvar los muebles de la categoría.
La presión de los otros equipos sumidos en mayores necesidades a nivel de clasificación, puede ser una ventaja para un cuadro caballa que sabe que tiene un colchón de puntos sobre algunos adversarios para hacer valer la obligación del contrario de buscar con más ahínco la victoria. Ya demostró este plantel que, esperando y con espacios a su favor, puede hacer mucho daño con hombres rápidos como Guzmán y Diego Segura en punta de lanza de un ataque sin dinamita.
“Cada partido exige determinados jugadores en consonancia al esquema necesario y a las circunstancias”. Sergio Lobera no dudaba durante la temporada que los hombres más experimentados son los más capacitados para salir de las malas dinámicas. En este caso, también es consciente que un cambio de aires puede ser favorable cuando otros condicionantes están en juego a la hora de medirse a un rival de mayores necesidades.
Una demostración es la demanda de minutos de jugadores como Gerard, que sigue entrando en minutos aislados y pide más oportunidades para ganarse papeletas sobre el terreno de juego.
El técnico caballa podría introducir cambios en su once en una semana que refleja la necesidad de cambiar una dinámica demasiado consolidada. Una de las premisas podría ser variar un centro del campo que no termina de carburar con Ekedo como pivote, mientras que el principal inconveniente de dar entrada de inicio a Gerard es la dependencia excesiva del equipo de jugadores como Guzmán o Diego Segura.
Pese a ello, Lobera ya dirige las sesiones de entrenamiento con la mente puesta en vislumbrar qué cambios deben producirse para que no sólo la imagen varíe, sino sobre todo una dinámica de resultados ya preocupante.