Aunque siguen sin ser para tirar cohetes (uno de cada tres ceutíes, el 32,2%, con entre 18 y 25 años no ha terminado la segunda etapa de la Educación Secundaria Obligatoria y no sigue formándose), el abandono escolar temprano ha seguido una espectacular evolución positiva durante el sexenio que va de 2005 a 2011. Según los últimos datos del Ministerio de Educación, las ciudades autónomas ya no son el farolillo rojo a nivel regional del país en este indicador.
La tasa de abandono escolar temprano bajó en Andalucía durante el mismo periodo solamente 5 puntos (del 37,9% al 32,5%), por lo que la Comunidad Autónoma vecina tiene ahora la peor ratio del Estado.
El volumen de personas con entre 18 y 24 años que no se han titulado en Formación Profesional ni Bachillerato ni sigue ningún tipo de formación disminuyó en España del 30,8% al 26,5%, pero se mantiene por encima del 30%, además de en Andalucía, en Baleares (30,7%), Canarias (31,5%), Castilla-La Mancha (31,6%), Murcia (30,7%) y La Rioja (30,2%), así como en las dos ciudades autónomas de Ceuta y Melilla (32,2%), aunque en estas últimas es en las que se ha registrado una mejor evolución.
La Unión Europea (UE) se ha fijado reducir este indicador hasta el 10% en 2020 y España hasta el 15% en su territorio, aunque hay dos autonomías, Navarra (12 %) y el País Vasco (13%), que están ya por debajo de ese nivel según los datos incluidos en las variables educativas que se recogen en la Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadística (INE), así como en la Encuesta Comunitaria de Fuerza de Trabajo (Labour Force Survey) de Eurostat.
A pesar de todo, la tasa conjunta de alumnos españoles que abandonan las clases definitivamente al terminar la ESO sigue siendo el doble de la europea.
En 2011, la media de toda la UE era del 13,5 %, con los extremos estadísticos situados en Malta (33,5%) y Eslovenia (4,2%); Portugal tenía 23,2%; Italia, 18,2%; Grecia, 13,1%; y Alemania, 11,5%.
Según algunas interpretaciones, la crisis económica hace que el sistema educativo retenga a más alumnos y recupere a otros con formación escasa que dejaron los libros durante la bonanza económica atraídos por un mercado laboral que animaban la Construcción y el Turismo.