“El 90% de la mercancía sale de almacenes clandestinos”

Varios empresarios del polígono del Tarajal recurrieron en la mañana de ayer, una vez más, a los medios de comunicación. Muchas son sus quejas

“¿La solución? Sacar el Puente del Biutz del polígono para que las colas salgan de las puertas de los polígonos. ¿Cómo? Eso no lo tenemos que decir nosotros. Ellos tienen ingenieros, arquitectos... quienes tienen que elaborar el modo están en la Plaza de los Reyes, no aquí”. Estas palabras nacen de la boca de Mohamed Ahmed, presidente de los empresarios del polígono del Tarajal. Las refrendan diversos comerciantes, tan o más indignados incluso que él. A las puertas de sus naves, aseguran, cada vez hay más gente cada mañana. Más hombres y mujeres que, como de sobra es sabido, cargan sus espaldas de decenas de kilos de comida o ropa y aguardan varias horas de cola para, a través del paso del Biutz, ganarse la vida llevando mercancía al país vecino.
Más porteadores deberían significar mayores ingresos para sus bolsillos. Pero no, todo lo contrario. “El 90 por ciento de las mercancías que ves no son de aquí, salen de almacenes clandestinos que hay tanto en el Príncipe como aquí mismo e, incluso en algunos casos, descargan directamente del Puerto a las calles y, de ahí, en coches y furgonetas para Marruecos”, aseguran los comerciantes, lamentando que en ningún momento se sabe de dónde sale ni de quién es la mercancía. Se quejan de que nadie hace nada contra esta competencia desleal. De que, mientras ellos no dejan de pagar impuestos, son las víctimas directas de una picaresca que va a más.
Hablan una y otra vez de cierre. “Esto cada día va a peor, es una olla a presión”, comentan. Recuerdan la vital importancia económica que tiene el Tarajal para las arcas locales y “no nos entra en la cabeza” que desde la Ciudad no se les cuide. También hablan de una nula inversión. “Nosotros somos los tontos que estamos mes a mes pagando impuestos, un montón, ¿y qué recibimos a cambio? Nada. La gente que no sabe bien qué significa todo esto piensa que es lo peor, una basura y, ciertamente, así lo parece. De lo que no tienen ni idea es del dinero que esto genera para la economía local”, protestan. No es la primera vez que lo hacen pero, aseveran, no les queda otra. Porque cada vez que se reúnen con la Delegación del Gobierno o con la Ciudad Autónoma para abordar los asuntos que a cada una de las instituciones competen, salen con muchas promesas que nunca se cumplen.

¿El orden? Una utopía
“Aquí se atenta todos los días contra un derecho básico, el de libre circulación de las personas”, afirman, “y hay que andarse constantemente con cuidado porque el descontrol muchas veces es tal que si no andas atento te llevas un porrazo”. Y es que en el ámbito de orden y seguridad las críticas son variadas. De un lado contra los grupos del Cuerpo Nacional de Policía que, aproximadamente cada 15 días, cambian. No salen de su asombro cuando, cada vez que viene un nuevo grupo, son los ‘ayudantes marroquíes’ quienes explican a los agentes cómo deben de organizar el tráfico de personas “y luego son esos mismos los que les organizan los tumultos y las aglomeraciones”. Aparte, se quejan de que las restricciones en el paso de personas y vehículos cada vez son mayores y por lo general no responden a una norma fija. Que abren y cierran calles al tráfico constantemente y, más en concreto, apuntan hacia la Fase 1 (la más cercana al paso del Biutz y a la frontera del Tarajal) como punto clave de estas aperturas y cierres intermitentes. “Últimamente les ha dado por no dejar pasar allí más que a los porteadores, incluso a nosotros, que somos trabajadores, nos solicitan que acreditemos eso con el contrato de trabajo o la nómina”, afirman, “por eso ahora esas naves que antes siempre estaban llenas de gente comprando ahora están casi vacías”.
Por otro lado, lamentan, la Ciudad tampoco se compromete de ningún modo a mejorar este plano del orden ya que en múltiples ocasiones se ha solicitado presencia de la Policía Local, “igual que hay agentes en los mercados, ¿por qué no van a estar aquí?”, que jamás se lleva a efecto. Creen que la presencia de agentes municipales contribuiría positivamente. Entre otras cosas, vigilarían esos almacenes clandestinos, esas aperturas y cierres de naves sospechosas, la venta ambulante que se produce constantemente en la zona, estarían encima de los porteadores para que, como ocurre a diario, las calles del polígono no se fueran un vertedero de cartones y embalajes e incluso favorecerían el tráfico. Y es que en este punto también hay lamentos. “La Policía Nacional nos dice que ellos no están para regular el tráfico, pero llamas a la Local y no vienen”, comentan.
Un caos, una olla a presión que ya no saben manejar. Las propuestas para hacer presión se suceden. El problema es poner de acuerdo a todo el mundo. “Yo he llegado a proponer, incluso, parar todos los contenedores en el Puerto, que aquí no entre nada. Pero para que esas medidas surtan efecto debemos de ir todos a una”, dice uno de esos comerciantes que, asegura, lleva dos meses sin apenas vender nada. Múltiples problemas que se entrelazan mientras el tiempo continúa pasando y, cuando piensan que han tocado fondo, se dan cuenta de que todavía el pozo puede ser más profundo.

Imágenes más que conocidas

Hombres y mujeres que cargan a sus espaldas, como si fueran mulas, bultos que en superan por varios kilos su propio peso corporal. Las escenas que se ven cada día en las diferentes fases del Tarajal no son nuevas. Lo novedoso es seguir el camino de la mercancía pues, al contrario de como era habitual, en las puertas de las naves que todavía continúan abiertas apenas hay tumulto de personas. Simplemente los porteadores llegan y, ya con sus bultos, se colocan en la cola. ¿De dónde ha salido la mercancía? Está ahí, en la calle, dispuesta para ser cargada y transportada al otro lado del Puente del Biutz. Más colas pero menos ventas.

Dos porteadores heridos, uno de ellos trasladado al hospital, en un nuevo tumulto

Entre las 09.00 y las 11.00 horas de la mañana, las colas se hacen más densas y la tensión se incrementa. Hasta tal punto que no es raro el día en el que se registran heridos. Ayer, tal y como muestra esta imagen cedida por un trabajador indignado ante lo sucedido, dos porteadores resultaron heridos después de una aglomeración. Fuentes del CNP aseguraban después que en sus registros consta el traslado al hospital de uno de esos dos hombres que se ven en la fotografía, con un fuerte traumatismo en la cabeza. Asimismo también tuvo que ser llevada al recinto hospitalario una mujer tras sufrir, según consta en los informes policiales, una caída mientras aguardaba en la cola. “Nadie denuncia después porque, cuando se ha hecho, enseguida han tomado represalias de alguna manera”, comenta un empresario asegurando que los golpes y los tumultos son diarios. De todos modos, reconocen la complicada labor de los agentes policiales ya que “entre ellos la mayor parte de las veces no se respetan, se tratan de colar unos por delante de otros, tratan de engañar a los policías... Aquí hay de todo, así que tampoco se puede defender a los porteadores al 100 por cien”.