El pasado día ocho de noviembre fue para mi una fecha en el calendario donde mostraba algo muy doloroso en mis pensamientos, en el corazón. No era un día normal y corriente era la onomástica fatídica de la muerte de mi padre, Don José Benedicto Núñez.
Estuve todo el día muy dolorido recordándole como fue durante el largo tiempo que tuve el privilegio de estar con el. Pero mis ojos estaban constantemente sembrados de lágrimas que todos mis familiares más cercanos me dijeron que debería de intentar olvidar. Pero yo no soy de esas personas.
Tengo unos sentimientos que siempre derivan en la melancolía. Aunque me crean muy fuerte pero no lo soy. Más bien parezco una mujer en época sensible. Y llegó la noche y como de costumbre mi querido perrito, que por cierto no es mío pero como todos los padres saben por el capricho de nuestros hijos tenemos que hacernos cargo de un gran “perraco” que luego nadie tiene las fuerzas de tener que sacarlo a la calle porque tira más que una piara de bueyes.
Estando en la calle dándole su nocturno paseo me encontré con un amigo del barrio que se dio cuenta que lo estaba pasando mal y me dijo: “José no te preocupes tu si quieres puede hablar con tu padre por unos momentos. Aunque para ello debes de creer un poco en las ciencias del más allá.
Yo le respondí que para eso no debería de profundizar mucho porque a mi me gustaba muchísimo estos temas y que ¿cuándo lo podíamos hacer?
Me respondió que esta misma noche lo podíamos realizar y que conocía a una persona viejeta que seguro que estaría encantado de hacerlo. Quedamos para después de la cena sobre las once de la noche y que él me llamaría por teléfono para justificar la salida nocturna a mi mujer y que no me pusiera ninguna pega.
La idea para labrar una coartada perfecta era que tenía que ayudar a una persona en un determinado asunto que era urgente. Y así hicimos llegó la hora y como siempre me pasa estuve súper nervioso hasta que llegó el momento.
Cogí el coche para disimular y en la esquina me estaba esperando mi amigo. Dejé el coche y en pocos minutos estábamos en la casa de una persona que la verdad la conocía de toda la vida y no me creía que tenía estos poderes que me iba a demostrar en el trascurso de unos minutos. Me dijo que estuviera tranquilo que no iba a suceder nada del otro mundo y que me sentara en una silla que había en el salón.
Que me relajara, pusiera los pensamientos en blanco y que si hiciera falta reposara mi cabeza en el respaldo de la silla. Y así fue lo que hice. Mientras tanto mi amigo se quedó en la estancia de pié y fue quien me relató en primera persona todo lo que pasó durante la experimentación.
“Tu estabas en la silla con la cabeza echada para atrás, incluso te digo que roncabas más de una vez y con una fuerza tremenda, la persona mayor estaba al lado tuya sentada en otra silla y con una mesa grande donde puso un montón de papeles en blanco y sacó un bolígrafo cerró los ojos y a los veinte minutos aproximadamente empezó a escribir, pero con los ojos cerrados que fue una cosa muy curiosa ya que a mí particularmente me cuesta mucho hacerlo con los ojos abiertos, ¿cómo diablos podría hacerlo con los ojos cerrados este hombre?, tendría que tener un vicio tremendo.
Todo esto trascurrió durante un periodo de aproximadamente una hora y diez minutos más o menos. Escribía, se paraba miraba hacia el frente y parecía que decía algo en voz baja pero yo no era capaz de escuchar lo que decía y mira que estaba bastante cerca.
Después se despertó poco a poco soltó el bolígrafo y se dirigió hacia donde tu estabas y empezó a llamarte por tu nombre “José, José”, hasta que reaccionaste. Y el final fue lo que tu sabes que te dio una serie de folios con palabras dentro que tu cogiste y nos marchamos hacia la calle”.
Después de este relato queda lo que ponía el texto, que como es natural daré una serie de datos los más interesantes ya que los demás son muy personales y no puedo revelarlos, por discreción personal.
Lo más interesante que decía era: “No tenéis que preocuparse por mi aquí se está muy bien. Estos seres superiores son unos anfitriones de primera categoría. Nos hablan de todo lo que han hecho durante el tiempo que estuvieron en la Tierra para que nosotros tengamos lo que ahora mismo estáis disfrutando. Que tenemos que portarnos lo mejor posible. Lo principal es dejar una huella donde estáis ahora mismo, eso equivale a hacer el bien con todos nuestros semejantes.
Todos tenemos una misión principal que hacer allí, en nuestro valle de lágrimas, como lo calificó. Tenemos que respetarnos los unos a los otros, ya que todavía quedan muchísimas generaciones por venir aquí. Y siempre serán muy superiores en todo ya que serán mucho más perfectos. No nos tenemos que preocupar por nada de lo que nos pase en esta vida todo está programado y nos daremos cuenta cuando lleguemos a esta dimensión. Lo principal es vivir el día a día sin molestar a nadie. Digamos no a las preocupaciones, los males, y todo lo negativo ya que son pruebas que durarán el tiempo que estimen oportunos nuestros vigilantes. Y si os estoy viendo durante todo el día lo que hacéis y me preocupo por que no os pase nada. Estad tranquilos yo os espero aquí”. Yo la verdad que después de todo esto estoy mucho más tranquilo pero la verdad que mis interrogantes son mucho más grande. ¿Ustedes que opináis del asunto?.
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