“Aquella mañana de septiembre, lo recordamos bien, el skyline de Nueva York se recortaba nítido sobre un cielo limpio y claro. Pero algo estaba a punto de suceder, algo cuyo inicio real databa de unos cuantos años atrás”. Tal día como hoy hace dieciocho años, el 11 de septiembre de 2001, poco después de las 10.00 horas en Nueva York, sobremesa en España, el secuestro de aviones comerciales que fueron estrellados contra varios objetivos causaba la muerte de más de 3.000 personas, entre ellos 19 terroristas, y dejaban más de 6.000 heridos.
El ceutí Luis de la Corte, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid y experto en
terrorismo y experto en seguridad, escribió diez años más tarde después que “lo ocurrido aquella mañana de septiembre condicionaría en gran medida la siguiente década”.
También la siguiente. En todo el mundo. La mayor parte de la violencia de inspiración yihadista se ha concentrado en países habitados por mayorías de confesión islámica, pero desde la segunda parte de los años noventa Europa occidental ha sufrido más de 60 atentados con esa matriz de gravedad diversa, entre ellos la masacre del 11 de marzo de 2004 en Madrid, con un balance final de 193 víctimas mortales.
En el momento de los ataques que cambiaron el mundo, una pareja de ceutíes se encontraba hospedada en un hotel situado en la isla de Manhattan, muy cerca del lugar donde se erigían las ya inexistentes Torres Gemelas.
La pareja caballa no pudo salir del hotel en el que se alojaba siguiendo las instrucciones dadas a los turistas e incluso, según relató El Faro entonces, tuvo que acreditarse hasta para poder circular por el interior. “Aún así los servicios de seguridad les piden constantemente su identificación, lo que supone una buena muestra del clima que se está viviendo en Estados Unidos”, recogía la crónica de este diario. Otros ceutíes se vieron afectados por la suspensión de vuelos al otro lado del Atlántico.
En la Delegación, su titular de entonces, Luis Vicente Moro, estuvo “en todo momento” pendiente de las noticias que transmitía la CNN “siguiendo las traducciones de su esposa” y “cerca del denominado ‘teléfono azul’ que enlaza directamente con La Moncloa para poder seguir cualquier instrucción” del Gobierno de Aznar.
Casi veinte años después, la ciudad, como el resto del país, está en nivel de alerta antiterrorista 4 (alto) y se ha convertido en una de las regiones en las que las Fuerzas de Seguridad acumulan un mayor número de operaciones (16) y detenidos (33) por hechos vinculados con el terrorismo yihadista desde 2012.