El 061 atiende una media de 6 llamadas diarias desde las naves y la frontera

Las ambulancias asistieron ayer, al menos,  a una porteadora por un golpe y presa de un ataque de desesperación por el cierre del Biutz.

De 2006 a 2014, los grupos de la Unidad de Intervención Policial del Cuerpo Nacional (CNP), destinados a los polígonos del Tarajal, costaron al erario 20 millones de euros. En la última sesión plenaria, la Ciudad Autónoma cifró en seis millones de euros anuales su inversión en el mantenimiento. Y la sanidad, dada la brusquedad que envuelve el comercio transfronterizo, completa el listado de servicios públicos que, cada mañana, se ve implicado en los incidentes que acontecen en las naves.
El Servicio de Urgencias y Emergencias Sanitarias del 061 –dependiente del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria, Ingesa– tiene constancia de la violencia con que se desarrolla el comercio atípico. Según pudo conocer este periódico, el 061 recibe de lunes a jueves entre cinco y siete llamadas telefónicas desde la ‘zona caliente’ que conforma la frontera del Tarajal y los polígonos por este motivo, las cuales filtra y cataloga.
Tras la valoración de distintos factores, como la gravedad o el contexto social del paciente, se encarga de avisar al médico de cabecera de la persona a tratar o bien se envía un transporte sanitario. La mayoría de casos que atiende el 061 en esta zona son golpes fruto de las avalanchas y cortes en las reyertas que se suceden en los polígonos y alrededores cuando cae la noche o a la luz del día. Ante múltiples heridos y si el resto de vehículos no están disponibles, recurren al refuerzo de Cruz Roja, como ocurrió en la avalancha de mujeres ocurrida la semana pasada.
Las ambulancias efectuaron ayer, al menos, una salida al recinto comercial que atrae a diario a miles de personas. Hasta el acceso a la Puerta Norte, en la rotonda del Tarajal, se desplazó la Unidad Médica de Emergencias ante el aviso de que una mujer permanecía tumbada en el suelo, en compañía de otra porteadora, durante largo rato y con signos de inconsciencia.
Al llegar, el equipo sanitario se encontró con una mujer yacente con un golpe en el brazo y una pequeña herida, de las cuales fue atendida, pero su diagnóstico tampoco requería de evacuación al Hospital Universitario, como pudo comprobar este periódico. Más bien sufrió un ataque de desesperación al comprobar que el Puente del Biutz cerraba sin posibilidad de cruzar un bulto de mercancías, motivo por el que se derrumbó sobre la calzada.
Por contra, la asistencia a un porteador con una brecha en la cabeza fue denegada porque las ambulancias se encontraban ocupadas en ese momento y el marroquí podía caminar por sí mismo, de modo que se le recomendó que fuera a Urgencias del Hospital. Sin desmerecer a ninguno de los pacientes que llegan a sus manos, el 061 prioriza los servicios al concurrir varias emergencias o evaluar la gravedad antes de salir.

Noureddine Es-Safi
“Sufrí este golpe en una actuación de la Policía Nacional”

Padre de cinco hijos, el marroquí Noureddine Es-Safi cruza la frontera del Tarajal todas las mañanas, o bien duerme en la zona de influencia de los polígonos del Tarajal, con el objetivo de “cruzar mercancía” por el Biutz “para sacar adelante a su familia”, explicó ayer sin formar en la fila de hombres y con una venda rala, empapada en sangre, rodeándole la cabeza. “Sufrí este golpe en una actuación de la Policía Nacional”, lamentó este camalo mostrando la brecha, antes de rechazar cualquier forma de violencia. Sobre las 7:00, estimó Es-Safi, sintió un “porrazo” y cayó al suelo. Excepto por el vendaje que le dieron “unos muchachos”, nadie se ofreció a telefonear a una ambulancia hasta las 10:30 de la mañana, aseguró el herido. 

Porteadoras en la playa
“Dormimos aquí para esta noche ponernos en la cola”

Con temperaturas más bajas que en verano, decenas de mujeres descansaban ayer en la playa del Tarajal envueltas en cartones, un residuo que emplearon en la construcción de una jaima junto a un módulo de madera. Como explicaron ellas mismas, “dormimos aquí para esta noche ponernos a la cola y ser las primeras mañana”. Otros camalos denunciaron de forma pública que cada noche padecen las extorsiones de un grupo de individuos que identifica como vecinos de una barriada cercana. Los porteadores reiteraron que esta banda les obliga a desembolsar unos diez euros por hacer noche en los polígonos. La Policía Nacional ya ha efectuado varias detenciones por los robos a los que se ven sometidos. 

Nuevas retenciones en la carretera nacional que constriñen el tráfico rodado

El embotellamiento en la N-352 –en dirección a la frontera del Tarajal–, y el consecuente estrangulamiento de esta parte de la red viaria del campo exterior, volvió a repetirse ayer por la tarde. El deambular de los coches marroquíes dedicados a las mercancías y la insuficiente infraestructura vial son dos de los factores detrás de estas retenciones que amargaron la tarde a los conductores, en especial, a transportistas, servicios públicos y los vecinos de las barriadas colindantes.
Quienes quedaron atrapados en las colas se quejaron de la “ausencia de Guardia Civil” en la carretera nacional. En colapsos anteriores, la Comandancia de Ceuta explicó que las patrullas se sitúan en los puntos adecuados, como son los cruces, donde podían regular el tráfico ya que, en el resto de la carretera, la circulación deja de fluir.
Los residentes del Príncipe Felipe, en numerosas ocasiones, han protestado porque los automóviles de los porteadores estacionan en la carretera que conduce a su barriada, provocando atascos como el de ayer, en el que los vehículos pesados que transportan mercancías a los polígonos también acabaron bloqueados.