Los actos en la Plaza de África y el posterior desfile por la Gran Vía congregaron a más personas que el año pasado
La Plaza de África se encontraba a mediodía de ayer rodeada de ciudadanos que esperaban al inicio de los actos conmemorativos del Día de las Fuerzas Armadas (DIFAS). Este año, el número de asistentes ha sido sensiblemente superior a los centenares de personas que el año pasado también acudieron a presenciar el desfile de las distintas unidades por la Gran Vía y los actos previos de homenaje a los soldados caídos por España.
Minutos antes de las doce, miembros de las unidades militares con presencia en la ciudad aguardaban en formación, listos a la espera de la llegada del comandante general de Ceuta, Javier Sancho Sifre, para pasar revista. Antes, llegaron desde la Comandancia General los estandartes de las diferentes unidades y posteriormente hizo su entrada en la plaza la bandera de España a los sones del himno nacional.
A continuación hicieron acto de presencia el presidente Juan Vivas y el delegado del Gobierno, Nicolás Fernández Cucurull, como máximos representantes del poder político en Ceuta. Ambos, junto al resto de autoridades civiles de la ciudad, aguardaron la llegada del comandante general para empezar el acto.
A las doce en punto, con las campanas de la catedral sonando de fondo, dio comienzo el programa tras la bienvenida a los asistentes y el saludo a las autoridades por parte de Sancho Sifre. En primer lugar, se izó una gran bandera de España en el mástil ubicado junto al monumento situado en el centro de la plaza en recuerdo de los soldados españoles caídos en la Guerra de África. A continuación, allí y en presencia de militares ataviados con diferentes uniformes de época, se procedió a depositar una corona que llegó acompañada por los estandartes de las distintas unidades. Este acto de reconocimiento a los militares españoles de todos los tiempos muertos por la patria estuvo presidido por el comandante general, el presidente Juan Vivas y el delegado del Gobierno, Nicolás Fernández Cucurull. Los tres rindieron homenaje a los soldados caídos junto al monolito que domina la Plaza de África.
Disparos de salvas y un cerrado aplauso del numeroso público asistente cerraron esta primera parte del programa del DIFAS, que minutos después continuó con el desfile a lo largo de la Gran Vía. Allí, una multitud de personas provistas de banderas nacionales que habían sido distribuidas antes del inicio de los actos, aguardaban el paso de los efectivos de las diferentes unidades.
Una vez que las autoridades ocuparon sus respectivos lugares en el palco, se procedió al inicio del desfile, que abrieron efectivos pertenecientes a la Compañía del Mar. Tras ellos llegaron cuatro batallones, uno mixto de varias unidades, otro de Artillería, uno de Legionarios y uno más de Regulares, que cerraron el desfile. Estos dos últimos fueron los que le levantaron más expectación entre los asistentes a los actos. En especial, generaron entusiasmo los legionarios, que con su característica forma de desfilar a un ritmo de 160 pasos por minuto provocaron gritos de ánimo en algunos espectadores y apasionados ‘viva españa’.
Una vez finalizado el desfile, miembros de las distintas unidades que participaron en los actos formaron a lo largo de la Gran Vía, frente al palco de autoridades, y el comandante general fue saludando a sus respectivos mandos.
La celebración del DIFAS en Ceuta contó con una amplia representación de responsables políticos, encabezados por el presidente Vivas y el delegado del Gobierno. También asistieron parlamentarios nacionales, el presidente de la Autoridad Portuaria, consejeros del Ejecutivo local, junto a diputados de la Asamblea y miembros de diferentes formaciones políticas, así como mandos de los distintos Cuerpos y Fuerzas de Seguridad. Ocuparon un lugar destacado los veteranos de las distintas unidades destinadas en Ceuta.
En esta ocasión, el número de personas que asistieron tanto al homenaje a los militares que dieron su vida por España como al posterior desfile por la Gran Vía fue mayor que el año pasado. Destacó la gran cantidad de niños presentes que acompañados por sus padres u otros familiares agitaban banderas de España, una asistencia habitual en una ciudad tan vinculada a lo largo de su historia al mundo castrense como Ceuta.