El genio se compone del dos por ciento de talento y del noventa y ocho por ciento de perseverante aplicación”. Ludwig van Beethoven.
Hace poco que han abierto sus puertas los colegios, institutos y recientemente la universidad. Ha comenzado un nuevo curso escolar. Toda la Comunidad Educativa está inmersa en el nuevo reto que supone mirar al futuro buscando la excelencia y mejorar nuestros pobres resultados académicos.
Se ha producido un cambio educativo que, si todos remamos juntos y en la misma dirección, nos devolverá a los puestos de cabeza en los índices de resultados académicos de nuestro entorno. Ahora cuando el rumbo está fijado, vuelve el PSOE a hablar de política de pactos en educación. Y a ello dedico este artículo para pedir al primer partido de la oposición su apoyo y a la vez que cambie su errático rumbo populista dejando de mirar al pasado.
No se puede pedir un pacto educativo, cuando no aceptan nada que no sea la vuelta a la Ley Orgánica de Educación (LOE) y la Ley Orgánica General del Sistema Educativo (LOGSE), leyes que tan poco han contribuido al éxito de nuestros alumnos. Para el PSOE pactar es volver a los errores que han llevado a España a ser unos de los últimos países en comprensión lectora y matemáticas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), entidad que agrupa a 34 países desarrollados, entre ellos Alemania, Francia, Portugal, Italia, Reino Unido, EEUU, Canadá, Japón México..., y cuya misión es promover políticas que mejoren el bienestar económico y social de las personas en todo el mundo. Exactamente ocupamos el lugar 26 entre los 34 países evaluados, muy por debajo de la media de la Unión Europea 21, como hemos visto tras la publicación de los resultados del Programa PISA 2009 y 2012.
Nuestra izquierda tiene como única solución la inversión en educación, ciega a los indicadores de las evaluaciones internacionales que cifran nuestro gasto por alumno en 9.800 dólares (medido en paridades de poder de compra), un 6% superior a los 9.252 de la OCDE y un 7% por encima de los 9.122 de la UE-21 (Extracto de la Tabla B1.1a de Education at a Glance. OCDE. 2012). Como bien ha señalado Sandra Moneo portavoz del Partido Popular en el Congreso "no existe correlación entre inversión y abandono educativo temprano" y, como han puesto de manifiesto los presupuestos expansivos en la primera legislatura de Rodríguez Zapatero, no han logrado mejorar los resultados en el sistema educativo español.
Siempre hemos estado y estaremos prestos a pactar en los temas de Estado. La educación es, sin lugar a dudas, uno de los más importantes temas. Pero sepan que para pactar en temas de Estado, sea modificar la Constitución de 1978, o fijar un modelo educativo hay que sentarse a hablar sabiendo, antes de nada, que es lo que se quiere hacer y cumplir con dos premisas: la primera el absoluto respeto a las leyes, y segundo, que todas las partes implicadas en ese acuerdo tienen que ceder para lograr un punto de encuentro donde se potencie lo que nos une y sea mejor para España. Sirva precisamente como ejemplo el artículo 27 de nuestra Carta Magna relativo a la educación, máximo exponente del consenso, que ha permitido y debe de seguir permitiendo gobernar en educación sin rupturas ni sobresaltos, independientemente del gobierno de turno.
Ninguna de las dos premisas anteriores están en la mente de los actuales dirigentes del PSOE, que dirige el ocurrente Pedro Sánchez (sí hombre, el de la eliminación del Ministerio de Defensa entre sus últimas ideas, por no citar su segunda salida de tono en Europa al pedir a sus eurodiputados no hacer lo mismo que el grupo socialista europeo y votar contra el candidato español alineándose con la extrema izquierda y extrema derecha europea).
En palabras de la ya citada Sandra Moneo: “La credibilidad del PSOE a la hora de ofrecer un pacto (en educación) es nula porque lo fundamentan en un único modelo, el suyo”, así lo han demostrado con la LOCE a la que no dieron oportunidad de aplicarse en el año 2004, o el pacto vergonzante (tal y como dije y así queda recogido en el Diario de Sesiones del Senado) que los retrata con los nacionalistas ayer, hoy separatistas, IU, la izquierda más radical ERC y Amaiur (el lector puede ponerle otro calificativo, menos suave que izquierda radical, a esta última formación política) para derogar la LOMCE .
Señores dirigentes del PSOE, su modelo educativo es el modelo socialista de educación comprensiva, que ha quedado caduco. Confunden igualdad de oportunidades con igualitarismo de base, es decir, igualar por abajo, cercenando el esfuerzo, la capacidad y la superación, consiguiendo que la tasa de abandono educativo temprano en España sea del 24 % -uno de cada cuatro alumnos se va sin titulación terciaria del sistema educativo-, el doble que la media europea.
Sus aportaciones a la mejora de España es siempre la misma: hace falta más dinero, hay que aumentar el presupuesto. A ser posible en forma de subvenciones indiscriminadas, sin tener en cuenta el nivel de renta de las familias, o el esfuerzo de los alumnos. Y cuando se les pregunta donde ocultan la máquina de hacer dinero para pagar esos incrementos, dicen que se financiarán con la subida de impuestos. Y eso es lo único que nos sobra en España, impuestos para financiar la tremenda deuda que estamos pagando, y seguirán haciéndolo nuestros hijos, pues todavía tendrán que pasar muchos años hasta que devolvamos todo lo que debemos con sus correspondientes intereses.
Ahora dicen que hay que subir el porcentaje dedicado a educación al 7% (lo mismo podían decir el 20 %). Saben que eso no es posible, pues cuando gobernaron con bonanza económica, y entonces si podían, no lo hicieron. ¡Si no fueron capaces de construir ni un sólo centro educativo en ocho años en Ceuta! Eso sí, nadie protestaba. No había contestación social por parte de los de siempre. Las quejas para cuando gobierne el Partido Popular.
Ustedes nos recriminan por haber salvados las becas y ayudas al estudio, pues dejaron un sistema quebrado. Ahora el gobierno de Mariano Rajoy ha enderezado la economía española y volvemos a crecer en riqueza y empleo y elevando la cuantía de las becas hasta alcanzar los 1.469 millones de euros, siendo el mayor impacto presupuestario en este concepto. Pero dinero de verdad, del comprometido y ejecutado, no como los de hace unos años que con argucias contables se aumentaba la partida de becas y ayudas computando, en el presupuesto siguiente, el dinero que se gastaba en el ejercicio anterior.
Nos recriminan por construir un modelo donde estudiar Bachillerato o Formación Profesional sean dos caminos igual de importantes, donde todos alumnos, familias y docentes tengan los mismos derechos y obligaciones en todo el territorio nacional. Un modelo basado en la defensa de nuestra lengua común: el castellano, sin menoscabo de la riqueza de otras lenguas cooficiales, donde el esfuerzo y la constancia sean reconocidos. No aceptan que haya sido el Partido Popular el que haya conseguido reflejar en la ley que el profesorado tiene la consideración de "autoridad pública”.
En cambio, nosotros estamos orgullosos de esta política educativa que con el esfuerzo y la ayuda de toda la comunidad educativa, familia, padres y alumnos, logrará ofrecer a nuestra juventud una mejor y mayor formación y, con ello un futuro menos incierto.
José Luis Sastre (*) Senador por Ceuta.