Eduardo Benítez, 50 años de dedicación al baloncesto

50 años son los que Eduardo Benítez lleva dedicado al baloncesto. Una cifra que se dice rápido pero que supone casi toda su vida de entrega que ha marcado Ceuta. Desde los quince años hasta ahora, Eduardo Benitez ha estado relacionado con la que considera su pasión. Y eso a pesar de que nunca se habría visto donde está, ya que “jugaba al fútbol y no había jugado al baloncesto jamás”.

Pero un día como otro cualquiera en el instituto, “alguien me vio jugar en el patio y me dijo que si quería estar en un equipo de baloncesto”. Eduardo no dudó en apuntarse a ese equipo que recibía el nombre de Santa Teresa y en el que finalmente estuvo un año jugando. Al siguiente “me fichó la UA Ceutí” y ahí fue donde comenzó su carrera a nivel de jugador.

Una carrera que le hizo llegar a liga nacional para acabar poco a poco “en un equipo mítico que eran Los Ángeles Nocturnos”, que estaba formado por un gran grupo de amigos. Volviendo a sus primeros años dentro de una cancha de baloncesto, Benítez recuerda esos tiempos por su buen ambiente.

“Las cosas han cambiado mucho y ya no se ve el deporte de la misma manera. Éramos amigos, jugábamos en equipos diferentes y luego salíamos juntos”, señaló el exjugador. Pasados ya unos años y con más experiencia en este deporte, Eduardo Benítez conoció ese baloncesto “semiprofesional”, a pesar de que entrenaban como profesionales.

En aquel momento en Ceuta había dos equipos que se encontraban en Tercera División. Por un lado estaba San José y por el otro Villajovita. En este último fue donde Eduardo Benítez debutó y en donde además “fueron cinco o seis años de un baloncesto de muy alto nivel.

Uno de los mejores que se han visto aquí en Ceuta”. En el momento en el que decidió dejar la categoría nacional “fundamos un club que llamamos el CBC Ceuta”. Al cabo de un par de años, con los jugadores que habían tenido por debajo de la cantera, el equipo “subió a jugar a categoría nacional”. Fue en ese momento en el que “tuve un poco de ruptura y el resto de los jugadores en el colegio San Agustín creamos un equipo que se llamaban Los Ángeles Nocturnos”. Un nuevo conjunto en el que “estuvimos mucho tiempo” y en el que “empezamos a retirarnos poco a poco”.

Tras retirarse, aunque Eduardo dejó claro que “si por mí fuera seguía jugando”, se centró en ver el baloncesto desde otra perspectiva donde ya lleva 40 años. Mientras era jugador en categoría nacional estudió la carrera de Magisterio y comenzó a entrenar de prácticas.

En el año 84, “hago el curso de nacional en Sant Cugat del Vallés”. En ese momento eran alrededor de 50 personas, “uno por provincia” y había una amplia gama de equipos. Por lo que siempre “había necesidad”. Sin embargo hoy en día “es más complicado dedicarse profesionalmente”. Equipos de grandes divisiones necesitaban de esos entrenadores como Eduardo Benítez. Pero él “tampoco me había planteado dedicarme de forma profesional.

Siempre me he dedicado a la formación que es lo que me ha hecho feliz”. El haber podido tener esa etapa de jugador hace que en su faceta como entrenador pueda compartir los valores que él mismo tenía dentro del terreno de juego. De hecho, Camoens “comienza con la historia del valorcesto”. Una historia en la que implican a los niños y a las familias en que todas las competiciones y los entrenamientos “tengan un fundamento basado en los valores generales”.

Es más, el club sigue un lema “que se llama Ubuntu” y que significa que “yo soy porque somos, es decir, somos un equipo y tenemos que ser felices si queremos conseguir algo. Vamos todos de la mano y si uno no es feliz, los demás no podemos ser felices. Vamos todos juntos”.

Club Baloncesto Camoens

Después de obtener su plaza de profesor en el instituto Camoens, “yo venía del Lope de Vega, donde también teníamos un club deportivo. Allí no entrenaba mucho pero tenía la labor de presidente”. Una vez asentado en su nuevo centro consigue librarse un poco de esos cargos que tenía y “fundamos el CB Camoens”. Desde entonces hasta día de hoy el club continúa en activo llevando ya “aproximadamente 20 años”. Como todo comienzo “empezamos con poca gente”, pero poco a poco ha ido creciendo y “ha tenido etapas muy buenas donde había hasta 180 jugadores”. Actualmente esa cifra se ha reducido y cuentan con un total de 150 niños a partir de los 4-5 años hasta la categoría cadete de segundo año que la forman chicos de 2º de Bachiller. Pero la gran satisfacción del Camoens es que dentro del club cuentan con un total de 20 entrenadores, algo que “es casi una utopia en Ceuta”. Según Eduardo Benítez, tener esa gran cantidad de entrenadores implica que “vienen, se implican, se forman y eso es una alegría por que significa que dentro del club estamos formando una gran familia entre todos”.

Parte solidaria del club

Algo que también caracteriza al Camoens es su parte más solidaria. Además de formar parte de eventos federativos o que se convocan en la ciudad, el club siempre ha creado actividades internas, “específicamente torneos”. Pero su torneo estrella es el que realizan todos los años antes de Navidad, el torneo de la leche “donde hacemos una captación de ese producto para personas necesitadas”. El centro, el claustro de profesores, el club deportivo y los padres se implican en una semana solidaria en el instituto, donde realmente “estamos consiguiendo grandes cantidades de productos. Eso nos hace estar muy contentos porque por lo menos tenemos ese valor solidario de ayuda a los demás”. En cuanto al futuro del baloncesto, Eduardo Benitez cree que “la federación tiene un nuevo presidente con ideas buenas y que está trabajando en una línea correcta”. Aunque también añadió que “hay mucho margen de mejora. Necesitamos mejorar la promoción deportiva y hacer un poco más de masa de gente que practique el baloncesto”.