Nuevamente una amenaza de huelga de limpieza pende sobre nuestras cabezas. Han sido muchas las que se han convocado en los últimos años y luego se han eliminado de un plumazo porque, a última hora, se llegó a un acuerdo. Sin embargo, en esta ocasión, se dan algunas circunstancias que hacen la mencionada convocatoria distinta.
En primer lugar, que las diferencias entre patronal y sindicatos parecen insalvables a día de hoy, a pesar que, por lo visto, van a continuar hablando en los próximos días. Luego, que la Ciudad Autónoma no tiene previsto realizar ningún tipo de intermediación, de manera principal, porque no va a poner ni un euro encima de la mesa para justificar el incremento de sueldo de los trabajadores. En esta ocasión, pintan bastos.
De todas maneras, confiemos en que las dos partes, patronal y sindicatos, hagan un esfuerzo hasta el último segundo para que los ceutíes, al final, no sean los paganos de una huelga que cuando comienza nunca se sabe cuando podrá acabar. Es un llamamiento a la propia cordura, pero también a posturas no enfrentadas hasta extremos totalmente insospechados.