Los resultados del Informe elaborado por el Consejo Escolar sobre el estado del sistema educativo no dejan en buen lugar a nuestra ciudad. Tampoco es un dato que nos sorprenda, desgraciadamente se ha convertido en un grave problema con consecuencias igual de graves. Entre los datos más llamativos figuran varios titulares: “El 53,1% del alumnado ceutí ha repetido al menos un curso al cumplir 15 años”. Otro: “El 21% del alumnado acaba Primaria sin un nivel mínimo de español”. Y un tercero: “Solo el 55,4% del alumnado es capaz de terminar Secundaria sin materias suspensas”. El mal diagnosticado es sabido en una Ceuta que tiene una asignatura educativa suspensa, que no consigue superar las barreras del fracaso escolar, que arrastra un déficit que termina generando daños en las distintas generaciones. Y esto es un problema grave, muy grave, porque debe existir un acuerdo político unánime y de primer orden para evitar que quienes en un futuro inmediato deben llevar las riendas de esta ciudad no sean unos fracasados, no sean hombres y mujeres con mala base, no sean personas que no han sido lo suficientemente formadas. Y aquí no caben enfrentamientos políticos, solo puede entenderse la unidad para que el futuro no lo tengamos perdido ya en el presente.