Duelo por la filosofía

De la biografía de los filósofos no se ha tenido en cuenta más que aquello que parecía aclarar su pensamiento. ¿Dónde empieza la filosofía y dónde tiene sus límites? ¿Quién es filósofo?. El escritor François Aubral, en su obra “Los Filósofos”, se deja guiar en sus decisiones por la idea de que la filosofía, en sentido estricto, nace en Grecia y se interroga necesariamente sobre el logos (lenguaje, en la facultad de calcular, razón), en su relación esencial con el problema de la verdad y el de la libertad. (…) Muchos son los filósofos a quienes les gusta utilizar títulos explicativos y, a veces, una atenta y cronológica lectura de los títulos constituye una especie de introducción a su pensamiento; una introducción a veces más valiosa que otras al uso. La importancia filosófica de las ciencias y en el siglo XX la de las ciencias humanas, no es algo que vaya a ponerse en duda (…).
¿Podríamos acercar la filosofía a la expresión demagógica que se utiliza en estos tiempos? Exceptuando la política por su dudosa transparencia, utilizar un pleonasmo para calificar el desarrollo de una Asamblea que hablaba de fútbol y de gestión deportiva, parece poco relevante lo que de ella se puede entresacar. Ni la aparición asamblearia del Sr. Muñoz, presidente del club AD. Ceuta, ni la posterior rueda de prensa de Felipe Escane, resultaron explicativas. Desde el punto de vista que me ofrece la prensa escrita de la ciudad, debido a la primicia informativa de mi destacada inasistencia, no significa un problema reconocer que me fue imposible comprender muchos puntos que, al parecer, se tocaron. Subyace en lo habitual que los temas económicos nunca tengan una resolución convincente. Aunque no me refiero a este caso en particular,  la explicación por alusiones de Escane y su junta directiva, llega tarde y es sorpresiva. Se denuncia la falta de un ordenador con datos… alguien expone que al llegar al club, solo existían cinco folios… las deudas generadas en estos años… lo que yo me encontré y lo que tu me dejaste. Un batiburrillo de persecuciones, manos negras, satélites y estrellitas de mar que, posiblemente, hayan de buscar un foro más adecuado.
Me llena de satisfacción saber que el Sr. Muñoz reconoce errores en la toma de decisiones mal asesoradas que, a lo largo de la pasada temporada, fui exponiendo en mis escritos. Durante este recorrido maquiavélico al que me expuse por entresacar ideas y reflexiones unicamente deportivas y desde el punto de vista que tienen los que caminan solos, más me alegro de no haber caído en la trampa del insulto. No hay explicación para observar una actitud tan beligerante e insultante por cualquier clase de crítica que, en su contra, se pueda plasmar en un papel. Tampoco necesité apoyos para exponer mis criterios que, como se ha demostrado, estaban encaminados y delimitados al ámbito puramente deportivo. Y de esa realidad que exponía cada martes sobre la paupérrima imagen del equipo por Usted configurado, en el medio de comunicación de la que es Editor, se polarizó una estrategia hacia mi persona que, por su especificidad, debería de haber retratado sentido común y delicadeza. Psiquiatras, pastillas, tonto, loco, cara rayada con los años… y por sentido común, le digo que no creo que nadie hubiese deseado que me faltaran las piernas, los dedos, los ojos o, en definitiva, que hubiese muerto. Si así fuese y ya mirase desde los balcones de la gloria, podría observar con tristeza que cierto día… cierto día, su director Antonio Gómez me dedicó un editorial que, nunca, me hubiese esperado de él. Antonio, partiendo de ti, ¡fue decepcionante!… con mis buscados momentos de soledad, utilizo el lema e himno del Liverpool “You’ll never walk alone”… es decir “nunca caminarás solo”. Será que a mi quieren hasta los que me odian.
Invito al lector a ir a las fuentes, a los textos originales; si eso se consiguiera alguna vez, sería un motivo real de satisfacción. En la filosofía, sería concertar un acercamiento directo al artículo correspondiente con el fin de aclarar una filiación o una relación.
¿Qué sería del espíritu de seriedad sin un poco de humor y hasta de una pizca de ironía? El lector está en su derecho de criticar lo que lee o lo que ve… ¡siempre que lo haga con filosofía!