Duelo de banquillos

Recuerdo a aquel jugador de mi equipo que, desesperado por su suplencia y sin importarle lo que pensaran sus compañeros, se dirigió efusivamente a su entrenador al que suplicó: “Mister, Mister… sáqueme que hoy ¡meto dos goles!”. Mediatizado por su interés, el entrenador dio cancha al peticionario que, por cierto, no tocó una pelota en todo el partido. Pero aquel entrenador de entonces, no tenía segundo, ni entrenador de porteros, ni técnicos en fisioterapia, ni psicólogos, ni asesores deportivos, ni director deportivo, etc… Era una persona que trabajaba de forma individual y con el “curriculum” bajo el brazo. Se le presentaba un conjunto de jugadores y de ese molde, confeccionaba un equipo.
Hoy se ha establecido la figura del segundo entrenador que, normalmente, sigue la línea de su jefe. Es decir, ambos creen en el sistema que se debe aplicar. Viven con la sensación de buscar lo mejor para el equipo y no hay por qué dudar de ello. Pero… no sería más lógico elegir a un segundo con el que debatir o discutir las exigencias o los sistemas, antes que hacerlo con una persona que no va a discrepar de cualquier decisión que adopte el principal.
Cierto es que el actual entrenador de la AD. Ceuta, Sr. Goicoechea, asumió la dirección de un equipo elaborado para otro “Trainer” que, antes de su llegada, ya contaba con un auto sentenciatorio. Joao de Deus, una persona educada y amable, aceptó su cese de una forma sencilla… su juventud no le impidió graduar la realidad.
El mercado de invierno trajo a varios jugadores de cierto nivel que, decididamente, deberían haber supuesto un revulsivo para el equipo. El juego de Manolo Pérez ya se conocía. Desplaza muy bien el balón, la juega y distribuye con precisión… pero éste jugador no está para más de sesenta minutos… creo que esto se viene demostrando a lo largo de los partidos. En esta ocasión y entre algodones durante la semana, hoy fue titular contra el conjunto gaditano… y esto es más de lo mismo. A pesar de su poco entrenamiento semanal, el entrenador confía en su juego y no duda en darle la titularidad. Cosa de los entrenadores ¿no?
En mis anteriores escritos, comenté la necesidad de fichar un delantero centro nato. No es justo mantener en ese puesto a Javi Navarro, condenado a enfrentarse contra los centrales contrarios, en un puesto que le aleja de donde puede demostrar sus cualidades. Navarro es un jugador que se vacía juegue donde juegue, pero cuando lo hace como segundo delantero o entre líneas, es reconocida y nos demuestra su facilidad de cara al gol… es posible que Añete, expuesta su profesionalidad y el color de la camiseta que defiende, se pueda reconstituir en ese hombre de área que el conjunto necesita.
El duelo de hoy tuvo más vida en los despropósitos que nos ofrecieron los dos entrenadores, Jose González por el Cádiz y Goicoechea por el Ceuta, que el juego desarrollado en la hierba. Por un lado, González se encuentra con un gol y dos o tres ocasiones claras. Pero su error está en conformarse con el resultado. Sacar del equipo a Pachón es hacerle un favor al contrario, porque su sola  presencia y su brega, fija a los defensores. Parece que el entrenador gaditano se fija en su DNI y no en su peligrosidad dentro del área.
El mister ceutí se equivoca, nuevamente, con el equipo de salida. Vitor Moreno no ha demostrado la calidad suficiente para gozar de la titularidad. El centro de la defensa con Mansilla y Aridane no ofrece el mínimo de seguridad. Con Raoul Loe apoyando el juego de Manolo Pérez, éste se ve necesitado de un jugador de corte zurdo y habilidoso, que bien podría haberlo sido Juan Seguro y que desgraciadamente, no ha podido ser. Es incomprensible que el entrenador ceutí elimine la creación en el centro del campo y su única solución pase por mandar “balones a la olla”. Por último, no contar para la banda derecha con un joven de 21 años como Modeste y con ello perder la posibilidad de abrir el juego a las bandas con velocidad, me hace pensar que todo esto tiene otra lectura.
La lectura se mantiene “in secular seculorum”. Como aquel mi compañero de equipo, que un día decidió pedirle al entrenador saltar al campo para marcar dos goles y que, aunque no lo consiguió, su petición si tenía una lectura:-No sea caprichoso con los jugadores y ponga en el equipo al que lo merece-.
Desde ahora, en mis paseos acompañado o en soledad, recordaré con cariño a un amigo al que siempre saludé con un CARMELO… Orúe, Garay, Canito; Mauri, Maguregui; Arteche, Marcaida, Arieta, Uribe y Gainza… ¡a la gloria!...