Varios ciudadanos muestran su malestar por el impacto visual provocado por el desbroce realizado además en un Monte de Utilidad Pública como denunciaron asociaciones ecologistas.
Dragados ha comenzado el proyecto del traslado y sellado de Santa Catalina con la tala de toda la vegetación de la vaguada de las Cuevas, que ayer tapizaba el barranco del Monte Hacho, formada por eucaliptos de más de 40 años de edad. Varios ciudadanos mostraron ayer su malestar por el estado en el que ha quedado el pequeño desnivel situado junto a la Planta de Transferencia de la Ciudad. En la amplia zona se creará el nuevo vertedero donde irán destinados unos 240.000 metros cúbicos de basuras procedentes de Santa Catalina.
Al ser consultada, la asociación ecologista Septem Nostra recordó las alegaciones presentadas al proyecto para formar el nuevo vertedero. Si el informe de impacto medioambiental habla de una zona “degradada” y sin ningún tipo de figura de protección, los ecologistas sostuvieron en su escrito que la vaguada se localiza en un espacio protegido por la Ley 43/2003 bajo la figura de Monte de Utilidad Pública. Para Septem Nostra el desbroce supone un incumplimiento de la Ley de Montes cuyo artículo 40 prevé que “el cambio de uso forestal de un monte cuando no venga motivado por razones de interés general, tendrá carácter excepcional y requerirá informe favorable del órgano forestal competente y, en su caso, del titular del monte”. Además tras ser consultada la titularidad de los montes de Benzú y el Hacho por la asociación ecologista, el Ministerio de Medio Ambiente adujo que “cualquier acción que los afecte deberá contar con un informe favorable del Ministerio de Defensa”.
“Ahora se plasma los que en el papel no se podía ver y es el impacto que producen las obras que suponen una transformación del terreno”, manifestaron desde la asociación que criticó también en sus alegaciones el impacto paisajístico que produciría el proyecto: “La disminución de la cota del vertedero se va a hacer a costa de una pérdida de territorio y una afección paisajística en el propio Monte Hacho”.