El primero, de nueve años, regresa al colegio ‘Juan Carlos I’, y la segunda, de once, va a otro en Madrid. Vivir con una discapacidad visual grave requiere de unas habilidades especiales que deben enseñarse. La ONCE dispone de una red de equipos que apoyan esta labor en los centros ordinarios y, hasta ahora, contaba con un centro específico que, de manera intensiva, preparaba a aquellos alumnos que requerían de una intervención más especializada.
Cuando ocurre una “pérdida visual repentina o cuando los apoyos ordinarios no eran suficientes”, argumenta en una recogida de firmas virtual en la plataforma www.avaaz.org; “los niños y jóvenes de Andalucía, Extremadura, Ceuta y Melilla disponen de un centro que les habilita psicológica y educativamente para reincorporarse en el menor plazo posible a su colegio y su barrio.
Según confirmó ayer la Delegación Territorial de la ONCE en Sevilla, este centro específico estará cerrado en el próximo curso y los dos menores ceutíes que residían en el mismo dejarán de hacerlo. El más joven, de nueve años, vuelve a Ceuta y cursará sus estudios en el colegio Juan Carlos I. Este organismo en Andalucía aclaró que esta decisión se adoptó antes del anuncio de clausura de las instalaciones especializadas de Sevilla.
A quien sí ha afectado este recorte en los servicios de la ONCE ha sido a una joven de 11 años, también de la ciudad, que ha sido trasladada a un centro de similares características en Madrid con el consentimiento de sus padres.
No se trata del cese de la acción educativa de la ONCE en su totalidad en esas demarcaciones, sino la desaparición del centro específico que acogía en régimen de estancia completa o transitoria a alumnos internos de Ceuta y Melilla que, por razones de índole académica o sociofamiliar, no podían realizar con garantías su escolarización en régimen integrado, que es hoy el habitual para alumnos con ceguera o deficiencia visual grave.