La vida se reduce en el fondo a una pura carambola, a que haya personas en el momento oportuno para proteger a otras en peligro. Y esto es lo que ha sucedido esta tarde en Ceuta,
en la playa del Chorrillo, a la altura del segundo espigón.
Dos chicos marroquíes acogidos por la Fundación Samu no han dudado en arrojarse al agua para atender a un ceutí de unos 16 años de edad, que se encontraba en apuros. Ha sido sobre las seis y media de la tarde y todos los protagonistas de esta historia se encuentran ahora a salvo.
Los dos menores están acogidos en uno de los recursos destinados por la Ciudad Autónoma para los chicos procedentes de Marruecos que llegan hasta Ceuta y que gestiona
Samu en la zona de Piniers.
Un servicio rápido para salvar una vida
Ambos se encontraban con personal de la entidad realizando una actividad cuando se dieron cuenta de que una persona, también menor de edad, estaba en apuros. Se lanzaron al agua y le ayudaron a llegar hasta la orilla, llamando después al 112 (teléfono único
de emergencias) que desvió de inmediato a la
Policía Local y a una ambulancia. Hasta la llegada de los servicios médicos y policiales, los chicos junto a otros menores y la monitora que les acompañaba se quedaron en el lugar.
La lucha contra los prejuicios
Historias como esta deben ser contadas en unos momentos en los que las crónicas tendenciosas y críticas abundan teniendo siempre como objetivo a los menores extranjeros no acompañados. Se les etiqueta, marca y cosifica posicionándolos como culpables de todo y atribuyéndoles acciones de las que no son responsables. Los estereotipos pesan y combatirlos es tarea complicada e incluso en muchos casos inútil ante una sociedad que no quiere cambiar su forma de pensar.