Pasadas las 11.30 horas y después de una madrugada de registros, detenciones, vigilancias y controles, la Guardia Civil daba con lo que estaba buscando: un zulo en el que había ocultas tres armas blancas tipo machetes y un subfusil de asalto AK-47. Buscaban más armas, tienen sospechas de que, de hecho, hay más armamento oculto en Ceuta, pero ayer, tras registrar al detalle un descampado de Arcos Quebrados propiedad de uno de los dos detenidos, marcaron un único zulo que, ya de por sí, es relevante por cuanto supone la confirmación de las líneas de investigación trabajadas hasta la fecha.
Mientras componentes de la Jefatura de Información de la Guardia Civil desplazados desde Madrid y del Grupo de Información de Ceuta peinaban todo el descampado, cavando, revisando huecos y chatarra o pasando detectores de metales por todos los puntos posibles, los dos detenidos en la ya denominada Operación Jabato permanecían custodiados en el interior de vehículos del Cuerpo. Tenían que estar presentes en este registro que se extendió durante toda la mañana. No hubo altercados, salvo un niño que lanzó una piedra sin mayores consecuencias. El descampado que escondía el zulo está precisamente en el entorno donde se han producido los apedreamientos a Bomberos.
El Ministerio del Interior avanzó anoche que no descarta la práctica de más detenciones relacionadas con esta operación, “de largo recorrido”. Y es que la Guardia Civil lleva tiempo trabajando esta línea, controlando a los dos detenidos así como las zonas frecuentadas. Han sido muchos meses de seguimientos, indagaciones y conexión directa y constante entre los componentes del Servicio de Información de Ceuta (que han llevado un peso importante de la investigación) y los de Madrid.
Dice Interior que los detenidos, ambos de nacionalidad española, “habían experimentado un largo proceso de radicalización y formaban parte un grupo cohesionado que había llegado a un nivel muy alto de determinación para el desarrollo de actividades terroristas”, explicó en un comunicado oficial, calificando a los dos de “afines a la organización terrorista Daesh”. Se les conoce con los apodos de ‘Stilike’ y ‘Barbarroja’.
El trabajo de la Benemérita comenzaba ya el jueves con la preparación de un despliegue que se puso en práctica de madrugada en dos puntos de la ciudad distintos: Villajovita y la calle San Daniel del Príncipe Alfonso, residencias de los arrestados.
En la primera, situada en la parte baja de la barriada, la Benemérita entró en torno a las 4.00 horas. Al grito de ‘¡Guardia Civil!’, reventaron la puerta de entrada al hogar, situado en el bloque número 2.
Allí detuvieron al primero de los sospechosos, ‘Stilike’, un hombre con parálisis en las extremidades lo que le obliga a utilizar silla de ruedas. Quedó en estas condiciones después de ser disparado hace unos años por otro individuo, ya en prisión, tras una disputa por un garaje de las antiguas caracolas. La bala le causó lesiones de gravedad, quedando postrado para siempre. Durante poco más de dos horas se registró su vivienda, a la búsqueda de material que pudiera comprometerle en la investigación que contra el terrorismo estaba desarrollando la Guardia Civil en esos momentos. Detenido en varias ocasiones por otros hechos enmarcados en la delincuencia común, hasta la fecha ha quedado absuelto por los distintos tribunales que le enjuiciaron. Ahora se le vuelve a detener, pero por razones de mucho más peso, ya que se le considera “afín a la organización terrorista Daesh”.
Los agentes abandonaron Villajovita pasadas las 6.30 horas, cargando el material hallado en su casa, llevándose al detenido y dejando una vivienda que, visualmente, con la puerta reventada, venía a ser el reflejo de la compleja madrugada vivida. En el Príncipe, mientras, otros compañeros hacían lo mismo en la vivienda ocupada por el segundo de los detenidos, al que lo identifican como ‘Barbarroja’. La barriada estaba completamente blindada por agentes de GRS; casi coincidiendo con la llamada al rezo y después de que Trace hubiera hecho su recogida de basuras sin escolta y sin protestas, se sacó al segundo de los presuntos implicados. Se escucharon algunos gritos de apoyo.
El tercer escenario: San Amaro. Allí, en torno a las 7.00 horas, llegaron vehículos de los Grupos Rurales de Seguridad, de Información y Cinológico con el objetivo de registrar una barraca situada en la playa. Fue la intervención más corta ya que permanecieron pocos minutos, comprobando básicamente la titularidad y estado, acompañados no obstante de perros de búsqueda de explosivos.
El colofón del operativo se situaba en Arcos Quebrados, pero había que esperar que hubiera luz. Se procedió al registro de una vivienda garaje en la zona de las antiguas caracolas, residencia de uno de los dos arrestados, amén del descampado que ocultaba un zulo, también bajo control del mismo.
Las labores de registro de la zona se extendieron hasta prácticamente las 16.00 horas, porque no cesaron en su intento por dar con todas las posibles armas que podían haber estado ocultas en el lugar. Y de allí hasta el helipuerto, desde el que, en torno a las 16.30 horas, partieron los dos detenidos dirección a Madrid para ser puestos a disposición del Juzgado Central de Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional que les tomará declaración.
Este es el resultado de prácticamente 24 horas ininterrumpidas de trabajo, con escenarios variados que fueron captados, todos ellos, por las cámaras de FAROTV.
Desde 2015, año en el que el Ministerio del Interior elevó a 4 el Nivel de Alerta Antiterrorista (NAA-4), las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad han detenido a un total de 180 personas acusadas de vinculaciones terroristas.
En el caso de marras Interior insiste en que los detenidos están vinculados con actuaciones radicales enmarcadas en los delitos de terrorismo. “Habían experimentado un largo proceso de radicalización y formaban parte de un grupo cohesionado que había llegado a un nivel muy alto de determinación para el desarrollo de actividades terroristas”, expuso el Ministerio.
La investigación, centrada en los entornos extremistas de Ceuta, llevó al descubrimiento de un grupo de individuos que estaría en una fase avanzada de radicalización en esta ideología.
El zulo encontrado ayer es el segundo que localiza la Guardia Civil en un año, ya que en 2016 se halló en el monte, por la zona de García Aldave, otro depósito con armas, un pen drive con documentos, además de una bandera con simbología del Daesh. Esta documentación todavía se sigue analizando, viendo las conexiones y orígenes del material que se encontró. Ahora toca hacerlo con este nuevo, así como con todo lo aprehendido en el interior de las viviendas que fueron objeto de registro.
La clave de la Operación Jabato radica sin duda en el hallazgo del zulo, con material guardado en perfectas condiciones y en una zona que aunque parezca a simple vista abandonada está plena y constamente vigilada. La búsqueda de armas como el subfusil encontrado es la obsesión de las fuerzas de seguridad, al poder ser empleadas en asaltos erigiéndose en la actual amenaza.
En las próximas horas los detenidos serán puestos a disposición de la Audiencia Nacional para responder de las acusaciones de radicalidad con las que se les relacionan. Se mantienen abiertas más investigaciones relacionadas todas ellas con el mismo ámbito, tanto por parte del Instituto Armado como por la Policía Nacional, trabajando cada una por su lado.
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