Las oficinas de la
Policía Nacional en Ceuta para la tramitación del asilo en la
frontera del Tarajal han vuelto a llenarse desde primera hora de la mañana con cerca de un centenar de personas, sobre todo hombres, pero también mujeres con bebés y mayores. Muchos con su cita, pero otros muchos esperando y haciendo cola para poder pedirla. Esto ha hecho que los agentes de la Policía Nacional hayan tenido que desalojar las inmediaciones del
Tarajal para no repetir las imágenes de aglomeraciones en los accesos a la frontera de hace unos días. A la gran mayoría les pedían que se marchasen porque hoy ya no quedaban más citas disponibles y les explicaban que tenían que volver el lunes a primera hora, cuando de nuevo reabra la oficina y cuente con nuevas citas.
Por su parte, a los que sí tenían su cita y salían con su documentación, los agentes también les pedían que se marchasen. Son muchas horas de espera juntos y todos aplauden a los que por fin consiguen tener su asilo para “coger el barco” y moverse por todo el país sin problemas. Un asilo al que se aferran todos los que no quieren volver a
Marruecos. Por eso mismo, los inmigrantes que se encuentran en las naves como Omar quieren que se dé preferencia a los que están en allí y “haciendo todo bien”, antes que a los que están en la calle. “La gente de aquí no hace números ni nada. No tenemos cita y pasamos toda la noche en la cola. Cuando estamos esperando, vienen personas que están durmiendo en el monte y se meten entre la gente, nos roban y se ponen primero. Pero también hay gente buena, que tiene sus hijos y toda su familia que la han dejado allí en Marruecos y han venido aquí por una vida mejor. Nosotros solo pedimos hacer un orden de números para que los que dormimos en las naves podamos entrar primero”, ha explicado a FaroTV Omar Abdi, un marroquí de 35 años de los que cruzó a nado el pasado 17 de mayo. Explican que esperan todos los días para entrar en la Oficina de Asilo, pero que solo están cogiendo a unas 40 personas diarias cuando llegan muchas más. Quieren probar suerte como otros amigos suyos, que a través de la solicitud de asilo han sido trasladados a la Península. “Todo está bien con Cruz Roja porque tenemos comida y nos podemos duchar, pero el problema es que nosotros no tenemos un número y normalmente vienen 150 o 200 personas al día y no podemos pasar”. A muchos de los que están haciendo cola, no les queda nada. Y es que, aunque tengan a su familia al otro lado de la frontera, volver no es una opción. Eso hace que su desesperación se agrave aún más: “La Policía no tiene culpa porque ellos están haciendo su trabajo, pero hay gente mala que quiere adelantarse y se ponen en el sitio de otro porque no hay números. Venimos aquí para pedir el asilo y todo está bien. La mayoría de la gente saca sus papeles, pero el problema es que como nosotros dormimos en las naves no tenemos derecho aquí en la cola. Por eso pedimos que cojan a la gente de los almacenes y nos traigan directamente a la frontera”. Cerca de las 12:00 horas, la Policía Nacional les informa que ya no van a seguir dando turnos hasta el lunes. Muchos de los que esperan se van con la idea de volver para seguir intentándolo.