La Asociación del Centro Comercial Abierto de nuestra ciudad se quejaba ayer amargamente de los puestos de venta que se ubican, cada Navidad, en el paseo de la Marina, pues hacen competencia desleal al resto de comercio. Su queja es razonable. En unas fechas tan señaladas y características en el calendario lo lógico sería pensar que en estos puestos pudieran encontrarse productos relacionados con la Navidad. Pero no es así. Más allá de la imagen que pueda proyectar de Ceuta estos puestos de venta al ciudadano caballa como a los turistas, ciertamente se han convertido estos puestos en una oferta tan variada y a precios que hacen efectiva y material la queja de los comerciantes locales. Mientras el sector sobrevive a duras penas a estos años de crisis en los que el consumo local se ha visto tan afectado, nos encontramos con estos ‘empresarios’ eventuales que aprovechan estas fechas para dar salida a una mercancía que no está relacionada con la Navidad en sí. De hecho, si se vendieran productos navideños o no con un valor añadido, en tanto a como proponen, esto es, que sean artesanales, no supondrían una ‘amenaza’ al comercio local en estas fechas. Es más, si es el caso de que en estos puestos se venden productos de todo tipo, que también se pueden encontrar en los comercios de la ciudad, es lógico pensar, como así opinan en el Centro Comercial Abierto que a estos vendedores se les exija lo mismo que a los empresarios con un local permanente durante todo el año. Sin embargo, denuncian que estas licencias se conceden sin la opinión de los empresarios locales, lo cual, ‘calienta’ un poco más al gremio comercial de nuestra ciudad.