Dónde está Bin Laden

Cuando un buzo estadunidense se apresura a buscar a Bin Laden bajo el mar, porque le dieron el famoso matarile de la guerra civil española, tomándoselo muy a pecho, Antonio López prepara una exposición retrospectiva, de toda su obra, comentando, en una entrevista que aún cree en el género humano y que el futuro está en dejar a un lado lo superfluo.                                                                                                                 
Muchos por creer, creerían en cualquier cosa, hasta que esta sociedad nuestra en que los niños poseen móvil y cartera de amigos para invitar a sus cumpleaños, pueden dejar aparte lo superfluo, sin que haya cámara por medio, ni dinero de supervivientes.                          
Por mi parte, de las pocas cosas en las que creo firmemente, amén de los míos, es en mis perros, que siempre están ahí, con la lengua fuera y el rabo mecido, a mi encuentro.                              
Fíense si no en lo que les rodea , con gente que les apuñala, traperamente, a la mínima que no hagas lo que ellos quieran o que te sonsacan o te adulan, para luego dejarte tirado a la mínima de cambio, como la viuda negra americana, que despachó a cinco maridos y que se ha ido a la tumba, invicta de juicios y penas, porque parece que la suerte, esa que es calva y hay que cogerla por los pelos del moño, la respetó, como no hace con mujeres valientes de medio mundo, doblegándolas a palos secos, a humillaciones y vejaciones a cientos.                                                                                         
Los maestros de medio país se preparan para hacer las maletas y tienes que escuchar en boca de uno, que lleva años en la brecha , que es muy duro bregar con niños de poco más de cuatro y que por eso nadie quiere esos curros tan ingratos, sin que se dé cuenta el muy primado, que se te cierra el estomago y se te agrian los sentidos, porque sabes cuantos jóvenes -y no tan jóvenes- darían piel a tiras por tener esa oportunidad,  opositando, año tras año, para una plaza que torean los curtidos, para hacer lo menos posible y no vocacionar, como se merece,  lo que es la enseñanza.
Ahora quieren que tras las oposiciones hagan más pruebas, un año de preparatoria y un examen final con director, jefe de estudios y demás tutores, a lo que, amigos míos que están cursando la carrera, dicen que sí, que es porque hay muchos que la hacen como cualquier otra, por sacar unas oposiciones cuanto antes, porque es fácil y de poco tiempo y después les faltan las ganas.
Pero en realidad- díganmelo, si no ustedes- como el valor en el soldado,  las ganas deberían darse por añadidura,  porque si no se tienen cuando empiezas una carrera, a los veinte años o cuando te van a dar tu primer sueldo, cuándo las vas a tener, criatura. Lo difícil es conservar las ganas, cuando han pasado veinte o treinta y vienen a decirte que en vez de sesenta , que es la edad en que se están jubilando algunos profesores, deberás quedarte unos añitos más soportando a mamás , fiestas veraniegas y tutorías y jornadas” inaguantables” de cinco horas , no seguidas, que ya sería demasiado,  sino partidas por el recreo.
Muchos querrían esas condiciones de trabajo y también esas vacaciones y ese sueldo, que regateándolo por las horas de trabajo sale pero que muy bien adobado, pero al parecer muchos que ya lo tienen asegurado no y se quejan encima,  que para eso- en esa asignatura de la quejanza- en este país sacamos cada verano, matrícula de honor, de la practica que tenemos.                                                                                                         
Supongo que al buzo que les auspician marinos que estaban en el barquito- sin vela- que arrojó a los mares el cuerpo de Bin Laden, no le corroen ni las dudas, ni la fatiga, tras arduos años de búsqueda de tesoros , ni nada de nada, a éste lo que le va son las fotos y ya se ve con la bolsa de los sil, en la que dice que embutieron al árabe, en la portada de todos los mejores rotativos , del mundo mundial, como diría Elvira Lindo. Y esa es la pena, que ya no tenemos sueños, ni ganas de futuro,  ni de nada, lo único , de partirnos la boca y desbarrar, de propios y extraños, del que sea, que por eso en esta España nuestra de pandereta desfondada y soga al cuello, gustan tanto los realitys, los debates y la prensa rosa.