Recibidas con un clavel rojo en el Salón Moruno del cuartel de
Regulares en Hadú, las viudas de regulares han cobrado, después de cuatro años, la gratificación que la Hermandad de Regulares les otorga a través de una subvención que reciben del Ministerio de
Defensa. Jesús Palop Galán, coronel de Regulares y presidente de la Hermandad de Regulares,
reconocen que no es mucho lo que se les da, pero confiesan que es lo que la Dirección de Personal les otorga, una ayuda que ya apenas es de 8.000 euros para cubrir las necesidades de todas estas mujeres. Desde que el Diario Oficial de 1962 reconociese que tras la muerte de un soldado regular su viuda percibiría 30.000 pesetas y nada más, esa es la ayuda que siguen cobrando estas mujeres tras la muerte de sus maridos, ninguna subvención ni paga. “Yo llevo 20 años en la hermandad y estuvimos diez años con los comandantes generales de Ceuta pidiendo a Madrid que les diera una paga a las viudas, igual que se le da a los retirados o a otras viudas cuando nos morimos. No conseguimos nada, ni con el PSOE ni con el PP, pese a hacer montones de peticiones oficialmente a través de la Comandancia General y de Capitanía, pero ya desistimos porque no nos hacen ni puñetero caso”, lamenta Palop. Esta gratificación, por tanto, es la única prestación que reciben, pese a que sus maridos, ya difuntos, lucharan en el lado español y defendieran nuestra bandera. Con esta subvención apenas pueden cubrir la gratificación de las 85 viudas que viven en Ceuta, sin poder atender a todas las que están repartidas en varios puntos de Marruecos.
Gracias a un enlace en Tetuán, intentan enviar medicinas a todas las viudas que allí residen y que tienen localizadas, pero admiten que es poco lo que se les puede dar, reivindicando que el Estado Español ha dejado en el olvido a todas estas mujeres, un agravio comparativo si se asemeja con cualquier otra viuda de un militar. Sin embargo, el mal tiempo no ha impedido que un buen número de viudas se dieran cita en este primer día de pago, muchas de ellas acompañadas de hijas o nietos, que también se han quejado de ese abandono al que están sometidas estas mujeres. Aunque sea una ayuda de apenas 80 euros, muchas de ellas acuden por el simple hecho de que se siga recordando la labor que llevaron a cabo sus maridos y que, pese a los años, sigue sin reconocerse. “Después de cuatro años ya era hora”, expresa la hija de un antiguo militar. Muchas de estas mujeres apenas sobreviven con una pensión de 300 euros, ya que por parte de Regulares no perciben nada, ninguna pensión, pese a que sus maridos dieron su vida por España, un reconocimiento que nunca han tenido. Se trata de un detalle que la Hermandad de Regulares siempre ha querido prestar, ya que que junto a la Asociación de Vecinos de Poblado Regulares, son los únicos que se han preocupado y luchado para no dejar en el desamparo absoluto a estas mujeres. Es un orgullo para estas viudas percibir algo por la labor que sus maridos hicieron por el estado español, aunque luego Franco los empujara al ostracismo al terminar la Guerra. Esperan que esta compensación que entrega la Hermandad perdure en el tiempo, que no vuelva a cortarse, pero lo que realmente anhelan es que el Estado le otorgue el reconocimiento que merecen y las traten como a las viudas del resto de militares, recordando la entrega que sus maridos tuvieron para defender España.