Dominación vs Libertad, un combate a muerte

Es sin duda un signo de esencialidad humana, entre otras, la libertad. Y para quien pretende la dominación, la manera más efectiva de llevarla a efecto es recurrir a desvirtuar esta extraordinaria, necesaria y singular potencia que es la capacidad de ser libre.

En definitiva, tal capacidad de libertad tiene sentido cuando pueda ser ejercida sobre cualquier argumento que nos ofrezca aceptación o rechazo.

En cualquier caso no habrá dominados posibles si no aparece un dominador interesado que ponga en escena el argumento de la dominación, es decir, conseguir la supremacía en el poder, en cualquier tipo de autoridad o de fuerza; y cuando la vía de la coerción física o moral no es aconsejable por arriesgada, se intentará la dominación por medio de la astucia.

Siempre la manera más sutil de ejercer la dominación, para la explotación subsiguiente, ha sido poniendo trabas al conocimiento, obstaculizándolo a través de la ignorancia: si no se contemplan alternativas, no habrá libre albedrío y por tanto no hay posibilidad de elección. La decisión se ha canalizado en la dirección interesada por el dominador.

Si la ignorancia fue una circunstancia y etapa generalizada en el albor de la humanidad, la variedad de situaciones y experiencias provocó la selección de individuos más capaces que otros en la elaboración de las ideas y por tanto en la ampliación y maduración de la conciencia (conocimiento), apareciendo y concretándose la figura del líder, que ordena y domina. Hay que recordar que el rasgo egoísta es ya intrínseco en esos primeros compases y por tanto se manifiesta antes que el altruismo que es consecuencia de una moral posteriormente adquirida. Así es, de naturaleza, que cuando dos voluntades se enfrentan, enseguida aparece la necesidad de la dominación por ambas partes, y en cuanto se atisba el menor signo de debilidad en alguna de ellas, el conflicto está resuelto: ya se revela el perfil del dominador y el del dominado ….ya tenemos amo y esclavo. Esta situación se confirma en cualquier tipo de relación; en el trabajo entre los compañeros, en el colegio entre los niños, en el matrimonio entre la pareja …. En cualquier relación y de manera natural aparece el líder que destaca y domina. Siempre fue el más dotado: por fuerte, por hábil o por sabio …. Siempre hay un rasgo que suscita simpatía y confianza; el ya dominador ha ganado la batalla. A veces si esas capacidades no han sido evidentes es porque han sido sustituidas por la astucia.

Como se desprende de lo anterior, las palabras clave en la estrategia de la dominación son, por lo general, las antagónicas IGNORANCIA-CONOCIMIENTO. Poniendo en acción el conocimiento negamos y acabamos con la ignorancia; pero así el conocimiento quedaría estancado, lo mismo que quedó la ignorancia y eso no es posible en la condición humana; y así para que haya evolución en el conocimiento es necesaria la mediación de la duda, del análisis, de la crítica …. es decir, del juicio y su lógica que son los elementos que dan continuidad al proceso, que se prevé infinito, hacia el conocimiento absoluto.

"Las palabras clave en la estrategia de la dominación son, por lo general, las antagónicas IGNORANCIA-CONOCIMIENTO”

El dominador intenta con los medios a su alcance (y si no los tiene busca alianzas), para romper esa inercia de conocimiento que arruina su estrategia de dominación. Y en cuanto el posible dominado se sostiene, si no en la fuerza, en alguna moral, el dominador lo coacciona y lo chantajea hasta romper los pilares de esa moral que lo sostiene, de ese estado de rebelión que lo anima; y si no lo consigue con la fuerza, lo intentará con la astucia y la promesa que el previsto dominado admitirá, casi siempre, cuando permanezca en cierto grado de ambición o de ignorancia o de las dos cosas a la vez.

La Historia está plagada de episodios de esta naturaleza; en todas las épocas y en todos los territorios se ejerció, y se ejerce, hasta estadios que provocan la náusea. Y enseguida aparece la pregunta:

¿Es la dominación consustancial e inseparable de la naturaleza humana? Pues parece que sí: Ya desde las primeras luces de la humanidad es el líder el que ordena y domina.

En las civilizaciones más antiguas, mesopotámicas y egipcias ya se contemplan ejemplos de dominación: En el siglo VI a.c. los babilonios tuvieron cautivos y esclavizados a los habitantes del Reino de Judá durante 50 años. Otro ejemplo notable es del pueblo de Israel, cautivo y esclavizado por los egipcios durante 400 años….

En paralelo, en la Grecia antigua, la esclavitud fue lo que hoy llamaríamos la fuerza de trabajo, el sostén de la economía griega, hasta el punto en que Aristóteles la concibe naturalizada, es decir, que se es esclavo por naturaleza.

Fue escalofriante la esclavitud en la Roma Imperial: aunque una parte de los esclavos eran botín de guerra, el mayor volumen de ellos los producía la propia sociedad romana (hijos de esclavos o personas que cedían su ciudadanía y se vendían), y niños que eran abandonados por sus padres que se depositaban en los peldaños de las “Columnas Lactarias” de donde eran recogidos ya con la condición de esclavos. Toda una cruenta organización comercial de carne humana dedicada al trabajo y a satisfacer el vicio y el ocio del pueblo en los circos romanos, de patricios y plebeyos. La mayor atrocidad organizada de la Historia. Habría que preguntarse si resulta “digno” ser descendientes de esas culturas.

No se puede dejar de mencionar, o mejor de significar la conquista y colonización del continente americano, del llamado Nuevo Mundo, como signo y símbolo de la dominación humana, del abuso, esclavización y explotación del hombre por el hombre….eso que se ha querido maquillar con el nombre de evangelización (auténtica falacia). Fue el hecho más indignante del Imperialismo Europeo durante los siglos del XVI al XIX. Parece una contradicción en una sociedad en pleno Renacimiento, al amparo de la Ilustración e iluminada ya por la razón. Pues a pesar de eso se cometió el crimen de la esclavitud hasta desbordar el límite de la maldad: el abuso sistemático y deliberado del pueblo nativo americano y el horror del esclavismo de los negros africanos. El hombre objeto de comercio y negocio; anulación completa de su esencia fundamental, de su libertad ….”La esclavitud es el conjunto de todos los crímenes”.

La causa, como objetivo, de los ricos y de los propietarios, es decir, de la burguesía, tuvo naturalmente a su servicio a la Iglesia. Así dice la Biblia: “ los esclavos en última instancia, son responsables ante Dios, su amo celestial y les recomienda trabajar duro para sus amos ; les exhorta a que se sujeten a sus amos, que agraden en todo, que no sean respondones; no defraudando, sino mostrándose fieles en todo, para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro salvador” (Tito 2: 9-10). Y en Colosenses (3: 22) dice: “ Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios”. Y el nuevo Ejército de la Iglesia creado para la defensa de la fe, el Jesuitismo, se sumó complacido a la “conquista” de las almas. Así vemos cómo la Biblia y no menos el Nuevo Testamento declaran la propiedad del hombre tan sagrada como todas las demás ….

Hubo, al principio dudas y escrúpulos, pero después de admitir esas confirmaciones de las Sagradas Escrituras, los reparos se diluyeron: “Ahora nuestra conciencia queda tranquila y nuestra resolución es firme y serena”. Son frases pronunciadas en las Cortes de las monarquías Española y Portuguesa de la época. En boca del obispo anglicano Berkeley, artífice religioso de la colonización inglesa de las tierras americanas del Norte: “ Los esclavos negros al ser bautizados serán mejores esclavos” …. Y en el Congreso Americano se oyeron afirmaciones como: “La esclavitud es la base más segura y más estable de las instituciones libres del mundo”.

Pero para explicar el mayor éxito de la astucia humana hay que retroceder al Imperio Romano, y es desde el seno de los oprimidos, de los miserables, de los despreciados que necesitan un aliento de esperanza para aliviar su mísera existencia; son ellos los primeros que ponen oído al rumor venido del oriente del Imperio, la nueva doctrina de la promesa, del Dios encarnado en Cristo…. un crucificado como ellos mismos, pero hacedor de milagros; una creencia que asegura el bienestar que aquí se les niega, pero después de la muerte. No importa el riesgo de la aventura cuando la necesidad empuja hasta la desesperación, hasta el límite.

Es el Cristianismo que se divorcia violentamente del Judaísmo, el origen de la mayor y más efectiva estrategia de dominación que consiste en esclavizar, no solamente el cuerpo sino también la mente …. Hay que abandonar la naturaleza y la coherencia de la razón y dar el salto a la fe; a creer en aquello que no se explica y que por lo tanto no se entiende….

Al comienzo una pléyade de los seguidores más cercanos al Crucificado conjugan un apostolado que más tarde se ampliaría a un clero constituido que se ocupa de introducir la nueva Doctrina en el caos del paganismo y se dispone a interpretar las cosas del mundo conforme a sus intereses. La unidad de la fe había sido proclamada: “ Un solo Dios en tres personas”.

Fue la religión de aquellos desgraciados ignorantes rebeldes la más licenciosa variación de la moral a la que la humanidad ha tenido que poner oídos. Y todo a cambio de una simple promesa: la de una vida digna y anhelada en un paraíso después de la muerte ….. y aquellas pobres criaturas necesitaban creérselo.

"La Iglesia, aunque decadente, no se resigna y alardea con viajes papales extravagantes, con el mismo Credo y la misma fe inoperante”

Es la más peligrosa y ominosa forma posible de “voluntad de ocaso”; es un signo de fatiga, de abatimiento y empobrecimiento vital; Así la vida, a la luz de la moral cristiana tiene que carecer de razón de modo constante e indefectible …. Sólo fe. Se acabó la libertad, se anula la voluntad, desaparece el libre albedrío….. ya no es necesario: la fe en su engañoso ideario coloca a la humanidad en un flanco, apartada de lo “horrible” de la vida, alejada del dolor, del abatimiento y la tristeza, apartada de la angustia de la duda y de la incertidumbre, ajena a la tristeza, lejos del fracaso y del insultante imperio del azar ….. La nueva Doctrina es un pretendido aviso “sobre la malignidad del mundo y de la existencia”; fue el señuelo para la conversión ….

PUES NO. El ideario que deducimos de la naturaleza y que confirmamos a través de la razón es que la vida es única, aquí, a este lado de las nubes, y que es una evidente realidad, y que nosotros creamos nuestros símbolos de vida transformándonos así en creadores de las esencias de nuestro ser viviente, con cuyo placer procreador estamos fundidos y pretendemos ser todo lo felices posible.

A pesar de todo la dominación persiste: el grado de libertad, por esa tendencia hacia el “poder”, está limitado por el Estado de Derecho; y si es cierto que en los Parlamentos democráticos se generan Leyes que pretenden ser justas y solidarias, su aplicación resulta más que sospechosa de clasismo: los resultados están ahí; una sociedad de clases donde la riqueza, y sobre todo el bienestar está muy mal repartido: existen bolsas de ignorancia y de pobreza que escandalizan y encogen el alma.

Pero parece que a nadie importa. La Iglesia, aunque decadente, no se resigna y alardea con viajes papales extravagantes, con el mismo Credo y la misma fe inoperante de siempre. Y la sociedad civil con sus gobiernos territoriales intentando mitigar la desesperanza con lucernarios artificiales por doquier, que nos deslumbren y nos aparten, aunque sea por breves instantes, de la realidad que nos entristece, que nos inquieta ….. que nos agobia.

¡¡Hasta cuando tal contradicción….!!