No saben dónde pueden estar. Desde el 7 de octubre no hay rastro. Son 12 argelinos, entre ellos dos mujeres. La Asociación Marroquí de Derechos Humanos pide colaboración para obtener cualquier dato sobre su paradero. Sus familias desconocen si pudieron emprender rumbo a Ceuta o se han desviado hacia otras rutas.
Los 12 salieron ese 7 de octubre de las playas del municipio de Ain Témouchent en una embarcación. Sus familias siguen buscándolos, desesperados piden cualquier tipo de apoyo, si pueden verificar hospitales, centros de inmigrantes o incluso cárceles por si pudieran haber sido detenidos.
Debido a la proximidad de Ain Témouchent a las costas marroquíes, se sospecha que su embarcación pudo haberse desviado hacia la zona de Saïdia, o que hayan sido interceptados y recluidos en algún centro. Desde ese día no hay rastro ni comunicación con ellos.
La sección de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos de Nador lanza un llamamiento para su búsqueda, deseando que se establezca la cooperación necesaria entre las autoridades marroquíes y el Consulado de Argelia en Oujda para localizar a estos jóvenes.
Identidades de los desaparecidos
Sus nombres son Tazir Smehan, Tazir Abdelrahman, Kamal Ben Hamou, Ben Jidi Zouawi, Ben Jidi Ahmed, Kandouzi Abdelali, Belmokhtar Osama, Allam Ali, Saadallah Nasrine, Kadouj Osama, Ben Othman y Rabah Abdelmalek.
Se facilitan por si hay algún tipo de registro en el que se hayan incluido, al objeto de conseguir algo de luz en toda esta historia asociada al lado más trágico de la inmigración.
Han pasado más de dos meses sin tener conocimiento de lo ocurrido, desesperados reclaman ayuda. Cualquier dato, ante el vacío de información, es válido. Sobre todo, cuando hay padres, madres, hermanos que no saben absolutamente nada y que solo reclaman ayuda.
El vacío informativo es lo peor. Esa ruta emprendida terminó por perderse del todo el pasado 7 de octubre.
La comunidad argelina busca el pase a Ceuta a la desesperada, al igual que intenta alcanzar las costas peninsulares. Desde hace años se ha notado un repunte en las llegadas de inmigrantes de esta nacionalidad, al igual que las salidas directamente de embarcaciones que buscan llegar a la Península.
En este caso las familias están sufriendo porque no hay datos del paradero de todos ellos, desconocen si ocurrió algo en esa marcha o si fueron interceptados y se encuentran privados de libertad sin poder ponerse en contacto con ellos.