Comisiones Obreras (CCOO) de Ceuta, la Facultad de Educación de la Universidad de Granada y el Grupo de Investigación HUM-840 ‘Conocimiento Abierto para la Acción Social’ de la institución nazarí abarrotaron por la tarde el Salón de Grados del Campus en una cita en la que, bajo el título ‘MENA: en el punto de mira’, reunieron a un elenco de ponentes tan plural como cualificado para hablar del fenómeno de los Menores Extranjeros No Acompañados, que parece haberse convertido en el mayor problema de Ceuta, a tenor de los vientos de prejuicios que agitan las calles.
La jefa del Área de Menores, Toñi Palomo; el sociólogo y vicesecretario general del PP Carlos Rontomé; Juan Luis Aróstegui, secretario general de CCOO, diputado de Caballas y veterano docente; y Mohamed Faitah, educador social curtido en el trabajo con ese tipo de menores en las calles a través de distintas oenegés compartieron opiniones durante más de dos horas de un debate moderado por el periodista Pablo Matés que comenzó con el que también fuera candidato de Podemos a las últimas elecciones generales exponiendo los reparos de las organizaciones no gubernamentales a las devoluciones exprés de migrantes, a la forma como se realizan las pruebas para determinar la edad de los jóvenes que llegan a territorio español o a la falta de recursos humanos y materiales para ofrecer a esos jóvenes itinerarios personalizados que les alumbren verdaderas alternativas vitales.
Palomo recogió el testigo en su intervención inicial alertando de que, con 315 chicos y 40 chicas actualmente bajo la tutela de la Ciudad, la Administración está “desbordada”. “El sistema no es capaz de controlar el acceso al territorio y el tema ya no es querer sino poder atender adecuadamente a esos niños que suelen tener 16 ó 17 años y cuyas necesidades y demandas no somos capaces de atender”, alertó Palomo, la primera defensora de un cambio “de ley y de modelo” que dé a luz “un sistema supranacional de protección de menores” y que acabe con las declaraciones de desamparo de niños “solo porque sus familias sean pobres”.
La cita, enmarcada en la segunda temporada de la agenda cultural de CCOO con el apoyo de la comunidad universitaria, se celebró ayer en el Campus
La funcionaria también aboga por que el Estado apruebe un plan de contingencia para Ceuta, Melilla y Andalucía que contemple una respuesta a un caso verosímil como que en un salto masivo de la valla acceda a la ciudad “un centenar” de menores a los que “no habría dónde acoger”.
Evitando la política partidista, Rontomé adoptó una mirada más académica que del PP para destacar que es tanto la pobreza como “la ruptura extendida de estructuras familiares” la que desencadena grandes éxodos juveniles en distintos puntos del mundo (Palomo vinculó el de Marruecos con la imposición del servicio militar obligatorio) y lamentó que el Reino alauita invierta mucho más en Defensa que en Infancia.
Además, mientras persista el diferencial económico inigualable en ninguna otra frontera del mundo, alertó, el Estado del Bienestar seguirá siendo un poderoso imán aunque cono el tiempo frustre las expectativas de muchos MENA.
Aróstegui se esforzó por llevar al auditorio a una reflexión “ética” sobre “qué le está pasando” a una Ceuta que ve cada vez más cerca de renunciar desde la conciencia colectiva a “principios fundamentales” como la supremacía de la protección de los menores. “La Biblia dice ‘dejad que los niños se acerquen a mí’ y no matiza que ‘salvo los extranjeros’, por lo que supongo que la población de misa lo estará pasando mal con esta ola que desmonta nuestro modelo de convivencia”, ha ejemplificado sobre un doble “fracaso social”, por lo que sucede con esos niños y por lo que hace la sociedad ante su tragedia, que “convierte en verdad que los MENA son una amenaza y criminaliza a todo un colectivo como no soportaríamos que se hiciese con todos los ceutíes porque uno fuese pillado con droga en la Costa del Sol”, comparó estigmas.
Para el sindicalista, la marea que asume que “el MENA delinque, nos amarga la vida y hay que evacuarlo” supone renunciar a un marco ético. “En política, el que no está para defender principios sobra”, resumió Aróstegui, a quien Palomo agradeció su posición sobre este mea aunque la población parezca impermeable al “ejemplo” que dan los niños de ‘La Esperanza’ en multitud de actividades.
“Quizá de donde estamos solo nos gustan las naranjas baratas, las playas de Marruecos y el servicio doméstico asequible”, lamentó la jefa de Menores, que sobre las tasas de delincuencia apuntó que un tercio de los 33 niños privados en libertad en Punta Blanca son MENA y un 66% niños y niñas de Ceuta. Rontomé dijo, aunque asumió que es lógico, que la tasa de delincuencia de los primeros es más alta”.
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