A veces a la fuerza obligan. El Campus Universitario acogerá la tarde de este martes, a partir de las 19.30 horas, la presentación del informe ‘Ceuta y Melilla o cómo convertir una grave crisis en la mejor de las oportunidades’, documento que a su vez servirá para dar a conocer el Observatorio de las dos ciudades autónomas que se ha creado en el seno del Instituto de Seguridad y Cultura, una asociación sin ánimo de lucro, para “dar respuesta a una necesidad urgente de responder a los desafíos cada vez más importantes a los que ambas deben de hacer frente”.
El documento, firmado a cuatro manos por la consejera de Economía del Ejecutivo local, Kissy Chandiramani; y el economista, experto en Planificación Estratégica y exviceconsejero del Gobierno melillense Jaime Bustillo, disecciona la realidad a la que ha abocado a las dos ciudades la doble crisis generada por la asfixia económica que de ambas promueve Marruecos y el batacazo que a todos los niveles ha traído consigo la enfermedad del coronavirus.
En ese panorama negro oscuro casi opaco, el informe alumbra un horizonte de optimismo realista. En un escenario de cambio, una revolución obligada no debe ser necesariamente funesta, sino incluso todo lo contrario.
Si el contexto exige “cambiar” el tejido productivo y “someterse urgentemente a una reconversión empresarial”, toca, según las fuentes a las que ha tenido acceso este periódico, “convertir este momento en el que las cosas se ponen muy mal” para “encontrar la verdadera raíz del problema” y hacer de él “una oportunidad para salir más reforzados y sólidos y hacer de la necesidad virtud”, como apuntó el presidente de la Ciudad en febrero en la presentación del ‘Plan por un futuro más estable y seguro para Ceuta’, que el Ejecutivo local espera llevar a Pleno este mes con la ambición de concitar “la mayor unanimidad posible” tras sumar a sus 140 propuestas iniciales más de medio centenar de la oposición y los agentes sociales.
Dicho camino pasa, entiende la Ciudad, por las compañías tecnológicas, que tienen la ventaja de no necesitar el suelo del que no pueden prescindir las industrias tradicionales y del que carece Ceuta.
“Debemos apostar por un modelo alternativo, en el que la economía no dependa de Marruecos y donde la frontera funcione como tal, de manera eficaz para contener la inmigración irregular: es decir, un modelo económico y de ciudad basado en más España y más Europa”, resume la consejera de Hacienda.
Amparada por un marco fiscal al que en Servicios Tributarios no ven rival para operar en Europa, el Gobierno local prevé presentar al de la Nación varios proyectos como el de construcción de un edificio capaz de concentrar a las tecnológicas que se instalen en Ceuta (más de veinte ya) para recibir parte de los 140.000 millones de euros que España recibirá de la UE para orientar su economía hacia la sostenibilidad y las nuevas tecnologías.
“La propia gravedad de la situación la convierte en una oportunidad para, haciendo de la necesidad virtud, orientar la salida de la crisis en orden a configurar un nuevo modelo económico y de ciudad más seguro y estable”, contextualiza Chandiramani, que de entre todas las medidas “urgentes” barajadas para salvar la economía de la ciudad del naufragio prioriza “los programas de desarrollo sectorial que deben suponer la reactivación del comercio, la mejora de la conectividad con la Península, el fomento de la actividad turística, el desarrollo portuario, el incremento de la presencia de las administraciones y, sobre todo, la implantación de proyectos de base tecnológica y digital al amparo de nuestro Régimen Económico y Fiscal (REF) especial”.
Para la creación de un “ecosistema digital” de futuro la Ciudad Autónoma viene desarrollando una Estrategia de Implantación Digital que intenta desarrollar programas “innovadores en diferentes campos de forma que la futura unión de todos ellos haga considerar a Ceuta una ciudad amable digitalmente hablando”.
Para desarrollar esta estrategia, la Ciudad se está apoyando en el modelo de Málaga y su Polo Digital como socio tecnológico. En ese sentido, el Centro Digital de Ceuta se ha diseñado como “satélite” del malagueño y aspira a “adquirir su propia personalidad, verticalizando y especializando sus contenidos aprovechando la apuesta por el juego online”.
El plan de futuro del Gobierno de Vivas para Ceuta incluye diez medidas fundamentales para potenciar los servicios y la economía digital que empieza por “habilitar zonas especiales para la localización de empresas” como el que se va a proponer financiar con fondos europeos. También “promover la creación de un Centro Tecnológico” y el desarrollo de un Plan de Desarrollo impulsado por las administraciones públicas que implique a las empresas privadas locales para hacer de la ciudad “un laboratorio para el desarrollo y prueba de tecnologías turísticas, de seguridad y de la sociedad de la información”.
Igualmente recoge “fomentar el desarrollo de plataformas de emprendimiento, como ‘hubs’ y clústeres” o “promover y organizar jornadas y eventos para favorecer la innovación”. “Desarrollar un observatorio de ‘igaming’ y tecnologías vinculadas” o “difundir los incentivos fiscales a la I+D+i” son otras líneas de actuación contempladas al margen de “potenciar la preincubación de proyectos de base tecnológica”, “crear un programa de acompañamiento y lanzamiento de empresas digitales”, “impulsar la implementación de nuevos operadores de fibra” y “fomentar la llegada de empresas de ‘data center’, ‘call center’, formación online, agencias y otros servicios”.
Las restricciones al tránsito comercial por la frontera impuestas por Marruecos y el ‘efecto COVID’ han dejado efectos “demoledores” en las arcas de la ciudad, que ha perdido un 61% de la recaudación que en concepto de IPSI obtuvo en su mejor ejercicio contable. No obstante, en el Ejecutivo local existe la certeza de que “la influencia del coronavirus, un golpe adicional, no ha sido tan grave como el cierre unilateral de la frontera por Marruecos”. Por eso se quiere un futuro “que no dependa de decisiones de terceros no compatibles con los intereses de Ceuta”.
El programa de respuestas a esta coyuntura del Ejecutivo local también incluye pedir al Estado, entre otras medidas, meter a Ceuta en “la lista de territorios autorizados a la exportación al territorio aduanero común”; “abaratar y si es posible eliminar el coste del transporte marítimo de mercancías a la Península”; “reducir la presión fiscal que soporta el comercio”; “acometer un plan para la reactivación del sector pesquero” o “intensificar la lucha contra el fraude”.
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