Distintas varas de medir

Ha sido una de las imágenes que más crispación ha generado en las redes sociales: la del escáner del puerto de Algeciras apagado y sin vigilante alguno en la zona. Una fotografía que choca frontalmente con la cantidad de controles a los que se nos somete para embarcar desde Ceuta a la península pero que no se cumplen a la inversa. Es como si no importaran las consecuencias que pueden tener para nosotros pero, al contrario, sí que se tuvieran muy en cuenta las que pueden repercutir en el ciudadano peninsular.

No. No es serio. Que teniendo un nivel de alerta 4 con posibilidad de fijarse el 5; que habiendo pasado varios atentados en distintos países; que vendiéndonos unos controles garantistas... tengamos que ser testigos de este tipo de imágenes. Y lo triste es que no es la primera vez que sucede. Arrastramos años de denuncias por los nulos controles existentes en el puerto, por los fallos en el escáner, por la inexistencia de agentes... pero no se adoptan medidas. Ahora, de forma más sangrante, ocurre en la época en la que la seguridad se ha convertido objeto de marketing. Sin duda.
Ceuta se transforma en una isla en la que los problemas solo nos interesan y preocupan a los ciudadanos. Y de éstos, solo a algunos. Las medidas de control se aplican siempre de cara al exterior, sin mirar los efectos que pueden tener en nuestros hijos. Ya hace años que una asociación de la Guardia Civil puso más que nervioso a un delegado del Gobierno al recriminarle que los controles antidroga estaban más orientados a impedir el tráfico de la mercancía a la península pero no interesaba la que entraba a Ceuta. Y no se refería solo al hachís que pasaba por el Tarajal sino a la cocaína y pastillas que nos llegan directamente de la península y que perjudican directamente a nuestros hijos.
Tenían toda la razón. Así ha sido y así sigue siendo. Los hechos nos lo demuestran. ¿En qué cabeza cabe que en la situación actual se cometan este tipo de barbaridades?, ¿por qué hacia una dirección se adoptan todo tipo de medidas pero hacia la otra, la que nos afecta directamente, no? Y lo grave es que no contestan. Nunca lo hacen.