Timur Fayziev es riguroso y exigente y, quizá, haya sido una de las claves de que la compañía que fundó y dirige desde hace casi tres décadas se sitúe en lo más alto del ballet clásico, el Ballet de Moscú. Todos los espectáculos de su compañía llevan su sello y están construidos a partir de las leyes de la escena dramática, investigando la psicología de cada uno de los personajes y formando a los bailarines como verdaderos actores que bucean en unos sentimientos que luego proyectan. Son más de 3.000 representaciones las que ha paseado por todo el mundo y con uno de los clásicos de su repertorio, El Cascanueces, vuelve a recaer un año más tarde en Ceuta. Este tradicional cuento navideño llenará de magia y espectáculo el Auditorio del Revellín esta noche a las 21.00 horas.
–¿Cómo se mantiene el prestigio tan alto y durante tantos años? –Pienso que cuando vives tu trabajo con pasión, cuando tu meta diaria es superarte, dando lo mejor de ti cada día, el público lo nota.
El rigor, la técnica y la tenacidad han hecho que el público nos tenga un cariño especial”
Aprecia que eres una compañía que no le defraudará y recompensa todo ese esfuerzo situándote en sus críticas de manera positiva, convirtiendo poco a poco tu compañía en una compañía de primer nivel. El rigor, la técnica y la tenacidad han hecho que el público nos tenga un cariño especial.
–¿Que tiene el Ballet de Moscú que no tengan otras compañías? –No sé si será la diferencia, pero el valor humano en nuestra compañía, nuestra gran familia, es muy importante. Trabajar codo con codo en el escenario, en los montajes, la sinceridad a la hora de interpretar, la confianza en el resto del equipo. Trabajar muy juntos para llevar ese proyecto común, que es contar historias mediante la danza a un público que tienes que emocionar.
–¿Por qué escogió el método de interpretación Stanislavsky? –El público, desde el patio de butacas, ha de poder entender la historia. De ahí que, además de buenos bailarines, tengamos que ser buenos actores. No se puede salir al escenario vacío. Es por ello por lo que es importantísimo tener también una buena base actoral.
Fundar la compañía o seguir como bailarín ha sido la decisión más importante que he adoptado en mi carrera”
Con este método logramos una mejor comunicación y credibilidad, contando también con que nosotros solo utilizamos la danza para expresarnos. El movimiento ha de ser cercano, sincero.
–¿Cuál ha sido el reparto como solista que más le ha llenado el tener que interpretarlo? –Birbanto, de ‘El Corsario’.
–¿Cuál ha sido la decisión más importante que ha tenido que tomar? –Tuve que elegir entre seguir como profesor en el teatro o arriesgarme creando el Ballet de Moscú. Fue muy complicado, había demasiadas cosas en contra, pero finalmente acabó todo bien.
–¿Qué no volvería a hacer en su gran trayectoria profesional? –Aunque suene a clásico, no me arrepiento de ninguna de mis decisiones. Ellas me han llevado a donde me encuentro ahora. Y ahora estoy cumpliendo un sueño.
–¿Qué considera que se necesitaría para que el ballet ganara más adeptos? –Ya son muchos los adeptos al ballet. Tal y como se refleja en nuestras giras. No obstante, creo que la labor de cada uno de nosotros, y hablo de bailarines, coreógrafos, iluminadores, promotores, ya está haciendo que cada vez venga más gente al ballet. Las academias, con las que colaboramos siempre, ilusionan mucho a esas nuevas generaciones de espectadores de ballet. Y, aunque es poca, la aportación de las instituciones también ayuda.
–Llegan con El Cascanueces. ¿Chaikovski nunca pasa de moda? –Y sigue gustando como el primer día. El Cascanueces, El Lago de los Cisnes, La Bella Bella Durmiente son obras eternas.
–¿Qué versión va a presentar en Ceuta? –Si bien revisamos algunas partes para dar un poco más de fluidez a la historia principal, nuestra versión respeta la obra original. Y el público, además, es lo que quiere ver.
–En su opinión, ¿qué aspectos son los que más van a sorprender? –El Cascanueces es una obra muy rica en coreografía. Tenemos movimientos muy corales, como los copos de nieve o el famoso vals de las flores, y luego todos los pasos a dos de los personajes que se van encontrando en su viaje nuestros protagonistas. Por otro lado, cuenta con un gran colorido tanto en vestuario como en decorados que llenan de magia y color el escenario.