En el mes de octubre Hamás lanzó un ataque sorpresa contra Israel, matando a más de 1.400 personas, la mayoría civiles y secuestrando a más de 230.
Todas las instituciones internacionales condenaron los hechos en distintos foros. El apoyo fue incondicional, sin paliativos; nadie discutió la masacre de Hamás.
Estamos hablando de Hamás, no hablamos de Palestina, no hablamos de Gaza, no hablamos de países árabes: hablamos de Hamás.
Israel decidió tomarse la justicia por su mano y trazó una venganza ciega, una aniquilación indiscriminada de magnitudes insospechadas, una hecatombe, un genocidio y un holocausto.
Los medios de comunicación nos hicieron llegar las imágenes atroces de la muerte, de las bombas, de los misiles, del hambre, de la enfermedad, de la destrucción indiscriminada, del dolor, de la impotencia, de los gritos descarnados.
Calles, hospitales, mercados, escuelas, seres humanos buscando comida.
Israel lanzó sus armas contra todos y contra todas. Consideró que Gaza era sospechosa de esconder terroristas, de ser cómplices activos. Gaza tendría que morir, tendría que desaparecer.
La comunidad internacional encabezada por EE.UU. se parapetó en el ataque de Hamás pero habló con tibieza de la reacción de Israel.
Naciones unidas ordenó una serie de “medidas provisionales” que Israel debe tomar para impedir la matanza de más civiles en Gaza y prevenir actos de genocidio en ese territorio palestino, pero Israel no hizo caso de la resolución.
La pasada semana el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas votó a favor de un alto el fuego en Gaza. El texto reclama el cese de las hostilidades, la liberación de todos los rehenes y trabajar en pos de una resolución definitiva del conflicto. Estados Unidos decidió abstenerse e Israel puso en marcha al cuerpo diplomático para recriminar esa decisión.
¿Quién detiene a Israel? ¿ Quién es capaz de sujetarle las manos a Rusia? Rusia acusa a Ucrania del atentado terrorista que causó 144 muertos es una sala de conciertos. ¿Se prepara otra venganza?
En 100 días Gaza ha tenido que enterrar a más de 24.000 muertos. 31.000 muertos en Ucrania. Putin amenazando con una guerra mundial.
Actualmente, hay casi 6,5 millones de refugiados de Ucrania que han buscado protección en todo el mundo, mientras que alrededor de 3,7 millones de personas siguen desplazadas forzosamente dentro del país.
Alrededor de 238.000 personas perdieron la vida el pasado año en alguno de los conflictos armados que están teniendo lugar en el mundo.
El Cañonazo no puede cruzarse de brazos, no vale pensar que no hay nada que hacer, no somos sordos, mudos, ciegos. Todo tiene que ver con cada uno de nosotros: cada acción, cada gesto, cada palabra suman.
¿Guerras para parar la guerra? ¿Buenos y malos? ¿ Vencedores y vencidos?
La dimensión ética más revolucionaria para ponerse en pie de paz es concienciarnos, implicarnos en todo lo que podamos.
8.000 millones de seres humanos es nuestra fuerza. Tú eres uno de ellos, querido lector.
No nos bajemos del planeta, no tendremos donde huir. No podemos esperar a Dios, que siempre está callado.