El jefe de la Patronal de
Marruecos, la Confederación General de Empresas Marroquíes (CGEM), Salaheddine Mezouar, presentó este domingo su dimisión después de haber sido llamado al orden por su propio gobierno por unas declaraciones sobre Argelia. Mezouar mandó un correo electrónico a los miembros de la CGEM, que fue recogido por los medios locales del país, en el que se limitó a decir que su dimisión se dicta por "causas personales de fuerza mayor". Mezouar, de 62 años, encabezaba la Patronal marroquí desde mayo de 2018 y fue ministro de Exteriores entre 2013 y 2017. Esta dimisión ocurre tras la publicación de un comunicado del Ministerio de Exteriores marroquí en el que criticó la actitud "irresponsable, torpe e irreflexiva" de Mezouar por expresar su postura hacia la situación en Argelia en un foro en la ciudad de Marrakech. Durante su participación el sábado en el foro 'World Policy Conference', Mezouar dijo que las protestas pacíficas de Argelia son fuente de esperanza y añadió que la solución de la crisis argelina está en que "la autoridad militar acepte compartir el poder" con los civiles. Estas palabras le valieron las críticas del Ministerio de Exteriores que subrayó que la Patronal "no puede sustituir al gobierno de su Majestad el Rey en la toma de posiciones sobre asuntos internacionales, y concretamente la evolución de los acontecimientos en un país vecino". El Ministerio de Exteriores recordó que Marruecos está apegado a su actitud de "no injerencia respecto a los últimos acontecimientos en Argelia, y se abstiene de todo comentario sobre este tema". Marruecos y Argelia -que tienen la frontera terrestre cerrada desde 1994- mantienen una rivalidad histórica debido principalmente al conflicto del Sáhara Occidental, ya que Rabat acusa a Argel de financiar y armar al Frente Polisario. La política exterior en Marruecos es de dominio exclusivo del rey Mohamed VI y del Ministerio de Exteriores. En diciembre de 2016, la diplomacia marroquí criticó las declaraciones del exlíder del partido conservador Istiqlal, Hamid Chabat, que cuestionó la frontera de Mauritania. En el mismo mes de aquel año, el Ministerio de Exteriores criticó al expresidente del Gobierno, el islamista Abdelilah Benkirán, tras haber acusado entonces a Rusia de haber destruido Siria.