Con aspiraciones a que la cartelera mejore con el comienzo del curso cinematográfico (de lo único bueno que tiene el fin de las vacaciones), claudicamos a echarnos a la retina, viendo el panorama parece de lo más potable, la secuela de la película de animación Mascotas; contaba la historia de Max, un perro que adora a su dueña Katie y la vida que llevan juntos, pero que tiene que aprender a lidiar con la nueva mascota de la casa. En esta segunda parte la vida de Max no para de cambiar y se convierte en una montaña rusa. Siempre se ha dicho que cuando tienes un bebé te entra el miedo y nunca más se va. Pues bien, Katie, la dueña de Max, no sólo se ha casado, sino que también ha sido madre por primera vez. En un viaje familiar al campo conoce a un perro granjero llamado Rooster, con el que aprenderá a dominar los susodichos miedos. Mientras tanto, Gidget trata de recuperar el juguete favorito de Max de un apartamento repleto de gatos y Snowball, por otro lado, se embarca en una peligrosa misión para liberar a un tigre blanco de un circo.
La película cuenta con los personajes que tuvieron bastante aceptación anteriormente y presenta alguno que otro que aporta a la trama su carisma. La fórmula “perretes/gatetes/bebés supone una mezcla a la que difícilmente puede uno resistirse. O cómo ir a lo seguro…
El proyecto claramente destinado a público infantil sin mayor pretensión, pero tratando al mismo con el respeto y dignidad que se merece (pequeños, pero no imbéciles), no es capaz de escapar a su propia condición, pero se antoja un entretenimiento efectivo que gustará claramente al público al que se encamina que a los sufridores adultos que en este caso no llegarán al sopor y no tendrán excusa para la queja facilona por pasar un ratito (algo menos de hora y media) de cine en familia.
Entre los responsables de esta cinta tenemos a grandes especialistas en taquillazos de animación (quizá por ello podría haberse esperado un poquito más si cabe y a priori era la película a seguir), como el caso de su director, Chris Renaud, firmante también de Gru: Mi villano favorito y Brian Lynch, guionista de El gato con botas y también del célebre spin-off de Los minions y Ken Daurio nombre tras Gru, mi villano favorito y la primera parte de Mascotas.
Milagro de Hollywood, podemos sacar de debajo de una piedra algo que medianamente destacar, bajando el listón a límites de emergencia internacional, para poner, espero, el candado a un verano lamentable en lo cinematográfico que ha hecho de Quentin Tarantino El Llanero Solitario.
Dirección: Chris Renaud, Jonathan del Val.
Duración: 98 minutos.
Género: Animación. Comedia. Secuela.
País: USA
Intérpretes: Personajes de animación.
Guión: Brian Lynch.
Música: Alexandre Desplat.
Fotografía: Animación.
Productora: Illumination Entertainment / Universal Pictures.
Estreno: 9 agosto de 2019.
Puntuación: 5.
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