El capítulo que se reproduce a continuación forma parte del número 8 de la "Revista Transfretana titulada Estrategias para el futuro de Ceuta", editada por el Instituto de Estudios Ceutíes y cuyos ejemplares están a disposición del público. Los artículos han sido escritos por especialistas en cada tema y en este caso se presenta el primero de los trabajos mencionados.
Ceuta ha sido desde siempre una ciudad distinta. Se diferencia del resto de regiones españolas por estar situada en África y separada de la Península por el estrecho de Gibraltar, tener entre su población cuatro culturas diferentes, estar reivindicada por Marruecos, ser lo que en la creencia popular se llama una plaza fuerte y con fama de albergar inmigrantes ilegales, ser paso de drogas junto a otras actividades negativas que los medios de comunicación le adjudican, sin una respuesta adecuada por parte de las autoridades ceutíes.
Todo ello hace que Ceuta sea la gran desconocida, ya que muchos españoles ignoran su cercanía de la Península, el ambiente europeo que se advierte en ella y, desde luego, la belleza de sus monumentos y paisajes, hasta el punto que los nuevos visitantes suelen repetir al marcharse la conocida frase no me esperaba a Ceuta así. Por todo ello y más circunstancias que iremos descubriendo, la ciudad norte africana atraviesa una difícil situación en el aspecto nacional que abordaremos en el presente trabajo.
El tema base es que los sucesivos gobiernos centrales no han entendido las peculiaridades de una ciudad diferente y evitaron dotarla de las medidas necesarias para que aportara numerosas facetas positivas al conjunto del país. Los Delegados y Delegadas del Gobierno en Ceuta se encuentran con que en Madrid se pretende tan solo mantener el statu quo, en parte para no molestar a Marruecos y también porque desconocen la realidad local y no emplean tiempo en comprenderla.
Lo primero que es necesario apuntar es que, con una realidad tan compleja y especial, Ceuta debería contar desde hace años con un Plan Estratégico para definir su futuro, escogiendo las alternativas más eficaces, a fin de conseguir un desarrollo sostenible que atrajera población de la Unión Europea y también para establecer un régimen económico basado en el sector privado. Y ello sin renunciar al sector público existente en la ciudad. Además de estudiar el retrasado tema de la Unión Aduanera tomando una decisión al respecto que no puede ser otra que la plena integración. Por tanto, las carencias que se irán describiendo deberían ser el objetivo de ese eternamente esperado Plan Estratégico de Ceuta.
Y desde luego y muy esencial, debe contener ese Plan Estratégico el desarrollo y perfeccionamiento del régimen autonómico que precisa de un detenido estudio por especialistas. Por supuesto, Ceuta necesita abrir un debate interno alejado de estamentos oficiales, en el que sindicatos, empresarios, asociaciones de vecinos, ciudadanos en general puedan meditar juntos y debatir sobre el próximo futuro de Ceuta.
Y dentro de ese plan estratégico deben tener cabida la conexión con los ceutíes en la distancia, aquellos que pasaron por Ceuta y siempre la recuerdan con simpatía, porque al estar repartidos por toda España, pueden ayudar en caso de conflicto manifestando sus opiniones en apoyo de las reivindicaciones de la Ciudad Autónoma o ayudando en caso de conflicto con Marruecos.
Por tanto, las carencias que se irán describiendo deberían ser el objetivo de ese esperado Plan Estratégico de Ceuta.
Y no cabe duda que Ceuta recibe importantes fondos europeos y de la Administración Central, por lo que sería preciso hacer continuas gestiones para aprovechar al máximo relaciones y contactos personales. Sin embargo, aunque parezca mentira, no se dispone de representación en Madrid y Bruselas por modesta que estas sean. Lo cierto es que la Ciudad debía contar con sedes en ambas capitales confiadas a despachos profesionales influyentes, para la realización de todo tipo de gestiones con urgencia y directamente. Se podría contar, a través de la Confederación de Empresarios de Ceuta (CECE), con la posible colaboración de la representación de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) en Bruselas. En este ámbito hay que citar el caso de la imposibilidad de uso de determinados billetes de curso legal, lo que significa un incumplimiento de hecho de las normas comunitarias al respecto; o la anómala situación de las Aduanas de la Península respecto a Ceuta. Igualmente, las ayudas comunitarias de cualquier tipo deben ir dirigidas a proyectos que incentiven la vida económica de la Ciudad. Y sobre todo la representación en Madrid estaría en contacto próximo y continuo con los Ministerios
responsables de competencias no transferidas, para garantizar la eficacia de las mismas respecto al caso concreto de Ceuta, sobre todo en lo que se refiere a Educación y otras, con especial referencia al caso de Sanidad, tema en que se podría mantener un diálogo continuo con el Ministerio, siguiendo las indicaciones de la Ciudad Autónoma.
El hecho de continuar fuera de la Unión Aduanera, sin estar bajo el paraguas protector de la OTAN y careciendo de influencia en áreas trascendentales, demuestra que es preciso salir a Madrid y sobre todo a Bruselas, a plantear los problemas y carencias con razonamientos eficaces y presencia física en organismos nacionales e internacionales. Así lo han hecho otras regiones de España hasta el punto que están presentes en Bruselas 17 Representaciones de las Comunidades Autónomas. Es fácil deducir cuales son las que faltan.
La ciudad cuenta con unos 80.000 habitantes y en ese número se integran cuatro culturas distintas, así que la Educación debería estar adaptada a estas circunstancias y, en cambio, se aplica el mismo sistema formativo que en el resto de España, lo que proporciona un porcentaje de fracaso escolar importante. Un alumno, incluso de país europeo, cuya lengua materna no es el español, debería recibir una atención especial para que ese escolar no se encuentre en inferioridad de condiciones respecto al resto de sus compañeros.
Y dentro de las conversaciones con el Ministerio de Educación, debería considerarse la posibilidad de ampliar progresivamente los estudios en Ceuta que, dependientes de la Universidad de Granada, la conviertan en la institución de este tipo clave en el norte de África, lo que permitiría la formación de estudiantes, también marroquíes, que en la actualidad se dirigen a centros de la Península o el extranjero, dando a conocer de paso la realidad de Ceuta.
Pero mientras se amplía el radio de acción de la Universidad de Granada en Ceuta, sus estudios deben estar adaptados a las necesidades de la ciudad, porque si se forman más profesionales en una especialidad de los que se necesitan, se estará fomentando la salida de jóvenes ceutíes y esto no es aconsejable.
Puede ocurrir que miembros de las distintas comunidades que residen en Ceuta desconozcan la Constitución Española o instituciones como la Corona o la Unión Euro pea, junto a la organización territorial y otras materias. Por ello, sería imprescindible la puesta en marcha de un Estudio que detecte las necesidades de las distintas culturas presentes en la ciudad y se establezcan cursos impartidos por universitarios y licencia- dos de la cultura de que se trate, para ofrecer igualdad de oportunidades, exponiendo las posibilidades que ofrece España o la Unión Europea y aportando facilidades para el acceso de todos a la Universidad u otros estudios. El resumen es que Ceuta necesita un sistema educativo y de información adaptado a las circunstancias y a la realidad. Siguiendo este criterio, es preciso conseguir que en los alumnos no se produzca un abandono educativo temprano y, en cambio, terminen titulándose en Educación Secundaria, accediendo así una Formación Profesional de Grado Medio y posteriormente de Grado Superior, todo orientado al mercado laboral y relacionado estrechamente con el mundo empresarial. Sería materia a negociar con el Gobierno, dentro del apartado de Educación.
En definitiva, Ceuta precisa además un plan para fomentar aún más la convivencia entre las distintas culturas presentes en la ciudad e informar debidamente sobre España, informando sobre las salidas laborales y de estudios sobre todo para los jóvenes.
En la Sanidad, por ejemplo, los contratos temporales y la falta de facilidades para instalarse los médicos en Ceuta, hace que exista un continuo trasvase de especialistas, lo que no aporta a la ciudad una red sanitaria eficaz. Este sector debe adaptarse a las características locales, teniendo en cuenta las carencia que deberían ser superadas.
Desde luego los presupuestos y plantillas no contemplan que la Sanidad de Ceuta debe hacer frente en situaciones fronterizas normales a una importante población del norte de Marruecos e inmigrantes, sobre lo que tampoco existe un plan de actuación para compensar debidamente esta aportación complementaria, a Marruecos sobre todo, datos de lo que le cuesta a España atender a sus ciudadanos en la ciudad de Ceuta, aunque solo sea para que conste y a efectos estadísticos.
Ceuta que junto a Melilla son las únicas autonomías donde la asistencia sanitaria, con su Hospital Universitario dependen del Gobierno central al no estar transferida, debería ser un ejemplo para el resto de España y, en cambio, ha ido a veces a la cola en la pandemia en cuanto a eficacia, a pesar de la competencia de sus profesionales.
Como colofón, es preciso añadir que Ceuta dispone en 2021, además del Universitario que se encuentra activo, dos hospitales más, la Cruz Roja y el Militar, prácticamente ambos fuera de uso a pesar de las circunstancias que estamos atravesando. Empresas de sanidad podrían montar en Ceuta lo que sería el hospital privado de referencia en el norte de África, pero no han recibido oferta de incentivos para utilizar uno de esas instalaciones sin uso.
Y debemos referirnos al Ministerio de Defensa que mantiene en Ceuta una eficaz guarnición y es también otro de los pilares de la economía local. En este apartado cabría citar la gran cantidad de terreno que depende de dicho departamento, sin que se establezca por fin un plan dotado económicamente, para contar en Ceuta con una Base Militar, donde se agrupen estratégicamente las unidades, poniendo a disposición de este modo el suelo e instalaciones disponibles en la actualidad para destinos productivos, no para el aban- dono como tenemos algún ejemplo. La presencia del Ejército no solo aporta tranquilidad por la amenazante postura de Marruecos, sino que realiza importantes contribuciones como en el resto de España a la vida ciudadana como incremento considerable del PIB, rastreadores, transporte de vacunas o esterilizaciones durante la pandemia, e incluso apoyo en caso de incendios forestales, y otros. Todo aparte de su decisiva actuación en los grave sucesos de mayo 2021.
Porque considerando la actitud de Marruecos respecto a Ceuta y Melilla y su política de inversiones en armamento, es imprescindible, como medida necesaria y disuasoria, reforzar la presencia de las Fuerzas Armadas, sus instalaciones y equipamiento en las dos ciudades, no solo en el Ejército de Tierra, sino también con la presencia continua de más unidades de la Marina con base en Ceuta y Melilla.
Y desde luego la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) es imprescindible que cubra las ciudades de Ceuta y Melilla, por lo que estamos ante un tema trascendental que debe ser objeto de estudio y negociación en el seno de la OTAN, porque Ceuta y Melilla son ciudades con posiciones estratégicas que no deben permanecer por más tiempo fuera de la estructura de defensa de la Alianza.
Respecto a la cerrada Frontera con Marruecos, hay que reconocer que la zona limítrofe de dicho país dispone de mejores infraestructuras e instalaciones que Ceuta, como carretera de dos carriles por sentido, floridas rotondas, iluminación eficaz, paso fronterizo moderno y otros adelantos. Al cruzar dicha frontera hacia la ciudad española, parece que pasamos de un Marruecos más presentable a un país en vías de desarrollo, no a la Unión Europea. Cierto que Ceuta tiene ahora una amplia vía de acceso, pero pronto se convierte en una tercermundista carretera que cruza por una barriada, la Almadraba, abandonada a su suerte y sin control, desde tiempos inmemoriales.
Y a pesar de todo lo dicho y de la política económicamente agresiva de Marruecos, es necesario fomentar las buenas relaciones con los habitantes sobre todo del norte de Marruecos y siempre respetando el empleo transfronterizo, porque con ello tendrá Ceuta un vínculo con personas próximas y favorables a esta Ciudad. Respecto a Marruecos y a las relaciones fronterizas, sería necesario que las decisiones estuvieran a cargo de expertos españoles en las relaciones con dicho país y considerando, si es posible, que pudieran mantenerse encuentros incluso privados porque es preciso distinguir entre autoridades marroquíes y ciudadanos marroquíes, ya que ambos mantienen actitudes distintas respecto a Ceuta.
Algunos opinan que Ceuta debe conseguir que el Tratado de Schengen se aplique íntegramente, dada la radical estrategia puesta en marcha por Marruecos, de forma que sea necesario contar con visado para entrar en la ciudad, unificando las normas con las del resto de la Europa firmante del citado acuerdo. De esta forma, los controles estarían en el Tarajal y no en el Puerto, dejando de ser Ceuta la ciudad de los cinco controles, como escribí hace tiempo. Otros opinan que debe mantenerse la excepción del Tratado en vigor aduciendo los problemas económicos que la supresión podría acarrear como imposibilidad de visita de familiares a Ceuta, trabajadores transfronterizos sin posibilidades y otros temas. Parece que lo lógico sería conocer por escrito todas las opiniones de partidos políticos, asociaciones interesadas, organizaciones sindicales y patronales y, en general, de los ciudadanos que quieran pronunciarse brevemente. Dichos informes de valoraciones razonadas podrían remitirse por la Ciudad Autónoma al Ministerio de Asuntos Exteriores y éste, a la vista de la documentación aportada y su propia privilegiada información, tomara la decisión que más convenga a Ceuta y, en su caso, a Melilla.
Marruecos ejerce un control efectivo sobre el paso de inmigrantes a Ceuta y, cuando sus circunstancias estratégicas lo requieren, la presión aumenta sobre la línea fronteriza, como se ha podido comprobar recientemente. Esos inmigrantes no pretenden quedarse en la ciudad, sino pasar a la Península u otros países de Europa. Y las competencias en inmigración son del Gobierno central, aunque por ejemplo en el tema de menores no acompañados (MENA) la Ciudad recibe subvenciones para que atienda a este colectivo. El resultado es que se ha creado una estructura administrativa local importante que no puede afrontar el tema con eficacia y los menores citados carecen de un estricto horario formativo, sino que están ociosos y dispersos por las calles. Cuando un niño español dispone de poco tiempo al día para ocio, los menores extranjeros están libres casi toda la jornada. La Ciudad Autónoma no debería gestionar ningún tema relacionado con la inmigración ilegal, sino simplemente orientar a Madrid sobre las medidas que pueden resultar más eficaces. Además, Ceuta es utilizada como muro de contención de Europa en el Norte de África, sin reconocimiento ni contraprestaciones.
Por tanto, es imprescindible realizar las gestiones oportunas a todos los niveles para que la Ciudad Autónoma no intervenga en modo alguno en el tema de la inmigración, tanto de mayores como de menores, abandonando sus implicaciones actuales en este campo. Este capítulo debe estar en exclusiva en manos del Estado.
Y la realidad creada por los pasados sucesos de mayo de 2021 ha demostrado que la solidaridad peninsular anunciada para acoger inmigrantes se está retrasando demasiado, poniendo a la ciudad en una situación muy difícil, así que debe ser el Gobierno central el que asuma toda la responsabilidad. Y valdría la pena estudiar, como expliqué hace tiempo, si la excepción española al Tratado de Schengen permite impedir el paso a inmigrantes que no sean marroquíes sin visado.
En lo que se refiere al Puerto y sus posibilidades, debemos reconocer que, como dijo un conferenciante en su momento que “Ceuta es un puerto a ninguna parte”. No cabe duda que se refería a que dichas instalaciones tenían su razón de ser cuando existía el Protectorado y a través del mismo salían o llegaban mercancías y personas que se repartían por todo el norte de Marruecos o regresaban a la Península. Sin embargo, cuando Marruecos, tras su independencia instaló una frontera sin aduana comercial, el puerto de Ceuta quedó relegado al tránsito de la propia ciudad, careciendo de hinterland al que atender y debiendo buscar su futuro de cara al exterior.
Descartado el abastecimiento privilegiado de buques, sobre todo combustibles, tras la entrada de España en la Unión Europea, en este aspecto exterior la competencia de Algeciras, Gibraltar y Tánger ha sido determinante. Incluso en pasajeros, la presencia del puerto marroquí ampliado con Tangermed, es cada vez mayor por falta de reacción desde Puertos del Estado, a través de su política global. Y ello sin tratar de la situación creada por el boicot marroquí a la Operación Paso del Estrecho, lo que requiere una res- puesta adecuada que salga de la aplicación del sentido común, ampliado por un estudio del caso.
El puerto de Ceuta, además de la pujante zona comercial creada en el Muelle Cañonero Dato y alrededores que es preciso potenciar, le quedan los grandes cruceros después del inexplicable rechazo de la OTAN a la armada rusa y es preciso conservar y fortalecer ambos tráficos, porque además producen beneficios a la ciudad en su conjunto, así que sería indispensable contar con un plan estratégico que asegure toda la eficacia que sea posible.
Todo sin olvidar el puerto deportivo ya que, mientras Tánger se ha dotado de instalaciones envidiables en este aspecto, Ceuta no se preocupa de atraer tráfico de buques de recreo desde Sotogrande, Puerto Banús y otros. En realidad, se perdió la gran oportunidad cuando algunos propusimos al construir el Pueblo Marinero, integrarlo en el puerto deportivo incluso con apartamentos, restaurantes y tiendas de calidad al estilo Puerto Banús. El resultado de no atender estas propuestas está a la vista.
Y en este apartado de las comunicaciones, es necesario hacer una referencia al tráfico de pasajeros ya que los ceutíes permanecen en silencio tolerante ante el alto precio de dicho transporte, porque gozan de un 75% de bonificación. Lo chocante del sistema es que, al tratarse de un porcentaje sobre el precio de venta, cuanto mayor sea este, más bonificación perciben las compañías. Así, lo lógico sería que la cantidad bonificada fuera por algún sistema a los propios residentes que son los bonificados Y ello porque es preciso tener en cuenta que los turistas y visitantes peninsulares deben pagar un alto precio si quieren venir a Ceuta y es preciso disponer de tarifas que promocionen el turismo: un fin de semana en Ceuta, tiene un coste que no puede competir con otros destinos y este tema reiteradamente expuesto, parece que va a tener una posible solución. En lo que se refiere a las comunicaciones aéreas, estas deben recibir todo tipo de apoyos para diversificar las conexiones hacia Melilla, Marruecos si es posible a otras ciudades, además de contar con la posibilidad de realizar vuelos turísticos sobre Ceuta.
Y desde luego el sector pesquero debe ser reactivado. Ceuta siempre contó con una flota que ha ido desapareciendo, al igual que el negocio de abastecimiento de barcos de pesca. Es preciso por tanto estudiar la Política Pesquera Común de la Unión Europea y tomar decisiones al respecto, en colaboración con las oficinas de Ceuta en Madrid y Bruselas. Es un tema básico para el futuro Plan Estratégico.
Hay determinados partidos políticos que podrían no creer en la españolidad de Ceuta e influyen en la falta de soluciones como las enunciadas en este trabajo o promueven conflictos con Marruecos. Cuando se da el caso de que un partido, el que sea, nombra al responsable de la Delegación del Gobierno y, sin embargo, la Ciudad Autónoma está a cargo de otra formación política, mantienen una evidente divergencia de criterios. Esto en las Comunidades de la Península casi no se advierte, pero en Ceuta ello influye en la marcha de la economía y la vida cotidiana, porque ambos tienen competencias importantes. No olvidemos que, aparte del orden público, la Delegación del Gobierno controla la Educación, parte de la Sanidad, Urbanismo, Seguridad y otras parcelas de la Administración.
Y desde su área de influencia, la mencionada Delegación del Gobierno debe con- seguir que Ceuta deje de ser una ciudad sospechosa donde no pueden circular billetes de curso legal o controles duplicados en los viajes.
Es preciso hacer constar que, según datos quizás ya superados, el sector público en Ceuta aporta el 50,34% de Producto Interior Bruto (PIB) mientras que en el resto de España la media es del 17,13%. Esto da una idea de la importancia de dicho sector público en Ceuta, ya que en una ciudad de unos 20 Km2 dispone de una administración local, otra autonómica y la representación del Estado que es mucho mayor comparativamente que en otras partes de España, decidiendo sobre temas capitales que no están transferidos.
Para que los funcionarios públicos sean estos civiles o militares, quieran ser destinados a Ceuta, existen unas ventajas en los ingresos, en el régimen fiscal y en el transporte marítimo o aéreo. Pero evidentemente falta algo, porque existen determinados casos en que las personas afectadas viven solas en Ceuta y sus familias en la Península, por lo que este es un tema que será necesario abordar, estudiando si el causante de esta anómala situación es la vivienda, la educación u otros condicionantes que es preciso solucionar para que los funcionarios destinados en Ceuta, vivan voluntariamente en esta ciudad con sus respectivos familiares.
Y respecto a la Policía Nacional y la Guardia Civil es necesario que se establezcan para la ciudad plantillas como las de otras ciudades de similar población y problemática. Aparte, ambos Cuerpos deben contar con otras unidades dedicadas a la frontera, con- trol de la zona portuaria de embarque y aduana, de forma que aumentará seguramente el número de efectivos al establecer misiones diferentes. Y ello porque Ceuta tiene un status especial de ciudad fronteriza, no perteneciente a la Unión Aduanera y con altos porcentajes de inmigración que no deben confundirse con el orden público del propio núcleo urbano.
Y el sector público local, a través de al menos diez sociedades municipales participa activamente en temas hoteleros, en aparcamientos, turísticos, inmobiliarios, de medio ambiente, obras y otros. La situación empresarial está intervenida hasta el punto que alguien comentaba que disponíamos de una economía casi a la cubana, propiciada por un partido conservador. Hasta las obras públicas las desarrolla una sociedad estatal en vez de empresarios locales o nacionales. Hay que potenciar el sector público que se dedica a lo que es propio del mismo, pero igualmente el privado, para fijar residentes en la ciudad y que esta pueda vivir con independencia. Por tanto, falta que dicho sector público local se dedique a su parcela y deje la actividad empresarial precisamente a los empresarios. Y desde luego con un sistema de contratación pública que prime a las empresas que tengan establecimiento en Ceuta, empleados y certificado de calidad, por encima en exclusiva del factor costo porque además resulta ineficaz.
Ceuta debe salir de la política de la subvención para crear riqueza propia que la haga independiente económicamente y, entre esas medidas, está la reforma o sustitución del Impuesto sobre la Producción, los Servicios y la Importación (IPSI) para que no precise de las referidas subvenciones.
El protagonista del sector privado es sin duda el Comercio, restauración y otros servicios y el 92% son pequeñas empresas. De ellas la mitad no tienen trabajadores y el resto menos de cinco. En lo que respecta al comercio transfronterizo, también llamado atípico, es un tema que es preciso dar por cancelado y ello ha producido importantes distorsiones económicas en Ceuta y sobre todo en Marruecos, pues era el sostén de miles de familias, por lo que es preciso potenciar otros sectores como el turístico, puerto, etc Alguien dijo que Ceuta y Melilla eran dos polos de desarrollo en el norte de Marruecos y tenía razón.
Para fortalecer el sector comercial de cara al turismo, sería necesario establecer una conexión rápida entre las distintas zonas comerciales existentes en Ceuta: el puerto y sus tiendas, el hipermercado/Sardinero y el mismo centro de la ciudad. Igualmente deberían organizarse cursos para comerciantes sobre la forma de competir con las grandes superficies a través de especialización, franquicias y otros sistemas.
Ceuta no puede seguir siendo una isla energética por la inoperancia de gobiernos nacionales y locales cuando se tendió un cable submarino a Marruecos y no hicieron nada respecto a dicha ciudad que podía haberse beneficiado de un ramal del mismo. Acometer el proyecto urgente de unir Ceuta en esta materia a la Península mediante un cable submarino es un tema imprescindible, aparte de otras medidas que se proponen en el interior de la misma ciudad, aunque siempre conservando en reserva la actual planta diésel por razones estratégicas y sobre todo por la vulnerabilidad que puede tener el propuesto cable submarino.
A veces, como se apuntaba, se identifica a Ceuta con narcotráfico, inmigración y blanqueo de capitales al quedar sobre el ciudadano la influencia de lo que divulgan insistentemente algunos medios de comunicación y todo ello sin respuesta oficial alguna. Por ello, es imprescindible la puesta en servicio de un Gabinete de Imagen que en todo momento informe a nivel nacional e internacional por redes sociales y medios de comunicación, de la realidad de Ceuta y desmonte las noticias negativas que se producen a menudo sobre terrorismo, contrabando, blanqueo de capitales y otros temas. Igualmente, este departamento gestionaría las visitas a la ciudad de periodistas y líderes de opinión a fin de que conocieran y divulgaran la situación exacta de Ceuta y sus potencialidades. Es ilógico que una fundación privada tenga que realizar en parte esta tares, sin apoyo oficial alguno.
Para tener en cuenta respecto al turismo y otras facetas, es imprescindible añadir que Ceuta goza de una situación geográfica privilegiada con un clima magnífico, paisajes irrepetibles y unas costas envidiables, complementadas con el Parque del Mediterráneo, tan impresionante como desaprovechado, por no utilizar un estudio existente sobre las posibilidades de estas instalaciones.
Pocos territorios lindan con un país en vía rápida de desarrollo que está necesitado de gozar de compras y diversión de calidad en un ambiente cosmopolita, porque eso es precisamente lo que busca el visitante marroquí, contando con que además Ceuta está integrada precisamente en la Unión Europea. Por tanto, se puede ofrecer al vecino del sur multitud de servicios y oportunidades que convertirían a Ceuta en imprescindible en el norte de Marruecos, siempre que este país se normalice.
El comercio respecto a turistas marroquíes que viajarían a Ceuta para comprar y pasar unas horas de ocio cuando se abra la frontera, produce unos ingresos importantes y no valorados aún que, a su vez, genera empleos y mayor beneficio que las transacciones que se realizaban por porteadores. Se trata de familias que llegan por autopistas de todas las ciudades de Marruecos y sobre todo de Tánger, Tetuán, Casablanca, Fez o Rabat. Y también, para no depender en exclusiva del país vecino, es preciso, como queda dicho, abaratar el transporte con la Península para atraer visitantes, al menos de la Costa del Sol y del resto de Andalucía.
Y luego están los servicios de restauración y otros que podrían aumentar su cifra de negocio si realmente existiera un paso regulado de viajeros marroquíes hacia Ceuta y un transporte económico con la Península. Además, la falta de una oferta hotelera apoyada por el departamento de Turismo de la Ciudad, podría generar un número importante de pernoctaciones en Ceuta e incluir visitas a monumentos y museos, desconocidos en el resto de España y en Marruecos.
Todo esto estaría contemplado en ese futuro Plan Estratégico de Ceuta, pero dada la urgencia del tema, debería redactarse un plan estratégico específico de turismo para seguir unas pautas que ya son utilizadas en otras regiones de España y podrían adaptarse a la ciudad de Ceuta
Pero es preciso mejorar la imagen de la ciudad prestando especial atención al ornato público dedicando especialistas a su vigilancia para evitar muebles viejos en terrazas invasoras, desorden, ropas tendidas en fachadas, dormitorios ambulantes, cables sueltos en las fachadas, colores inadecuados y otros defectos.
Respecto al patrimonio histórico y monumental, un limitado número de ciudades pueden ofrecer un inventario como el de Ceuta: vestigios fenicios, árabes, romanos, portugueses y desde luego españoles, algunos bien conservados aunque poco expuestos al visitante, junto a museos susceptibles de ser potenciados en cualquier momento. Y una presencia militar con uniformes y tradición diferente, que expone su historia y su presente a través de los citados museos y edificios emblemáticos.
Lo primero que es necesario apuntar es que, con una realidad tan compleja y especial, Ceuta debería contar desde hace años con un Plan Estratégico para definir su futuro, escogiendo las alternativas más eficaces
Se trata de una ciudad donde, como queda dicho, conviven al menos cuatro comunidades con culturas y religiones distintas y esa convivencia es una realidad que podría perfeccionarse, incluso con un plan específico de desarrollo y formación de ciertas zonas y colectivos.
De todo esto se desprende que podrían existir en Ceuta más circuitos turísticos distintos que en cualquier otra ciudad. Estos circuitos, quizás de fin de semana, podrían ser Ceuta submarina, Ceuta monumental, Ceuta militar, Ceuta marinera, Ceuta desde el aire, Ceuta senderista, Ceuta histórica, Ceuta deportiva, Ceuta y las civilizaciones... Y cada uno de estos apartados estarían integrados por docenas de posibilidades.
Ello requiere una APP que contemple todas las circunstancias de Ceuta, desde el trasporte aéreo o marítimo con posibles ofertas, hoteles, visitas guiadas, los distintos circuitos ya enunciados y en su caso las posibles visitas a Marruecos.
Tenemos por tanto a la Ciudad Autónoma-Ayuntamiento con un elevado presupuesto de más de 300 millones de euros y que mantiene paralizado además el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) desde 2008 (trece años), lo que inmoviliza en la práctica a un sector de tanta trascendencia como el inmobiliario. Todo ello sin contar con la dantesca situación de algunas zonas como la Almadraba en donde se sigue sin poder realizar obras legales -las otras continúan- desde 1994, más de un cuarto de siglo de espera y ello por desidia de la Administración municipal
Es imprescindible también la creación de una Zona Franca que permita la importación y exportación de productos o manipulación de los mismos, sin pasar controles aduaneros ni pagar impuestos hasta su salida al mercado local, estudiando el caso de las Islas Canarias. Y desde luego modificando el funcionamiento de las Aduanas de Ceuta y Algeciras que están regidas por funcionarios nacionales y sobre lo que existe un planteamiento previo de origen privado.
Debemos citar y reconocer que la industria es casi inexistente en Ceuta, ya que el fracaso de las Reglas de Origen por falta de una defensa propia eficaz, impidió el desarrollo de este sector hacia Europa y el mundo, sin contar además con un estudio alternativo de las posibilidades de Ceuta. Y algo parecido ocurrió con el alquiler de embarcaciones de recreo. Por tanto, resulta imprescindible la confección y puesta en marcha de un estudio, dentro del Plan Estratégico, sobre el citado desarrollo industrial de Ceuta con base en el Sistema de Reglas de Origen, cuya efectividad debe ser garantizada por la Unión Europa y el Reino de España.
El régimen fiscal de Ceuta que es casi el único incentivo importante con que cuenta la ciudad, está en declive por falta de reacción concertada para explicar al Gobierno las necesidades reales y frenar las interpretaciones restrictivas que se están produciendo. Además, se hace imprescindible salir y dar a conocer fuera de Ceuta las ventajas en materia tributaria, porque ni las publicaciones especializadas ni los profesionales españoles conocen a fondo dichas ventajas.
En base a lo anterior, es preciso constituir un Observatorio Fiscal Independiente que, mediante los correspondientes estudios, detecte las debilidades del Régimen Económico Fiscal, aconsejando sobre las medidas a tomar y que la Ciudad Autónoma con las representaciones en Madrid y Bruselas, debe gestionar inmediatamente ante las autoridades correspondientes. Todo ello en defensa del Régimen económico-fiscal de Ceuta que sufre continuos recortes. Este Observatorio que será independiente de las Admi nistraciones Públicas y formado por el Colegio de Abogados, de Economistas, asesores fiscales, contribuyentes y Ciudad Autónoma, debe proponer las medidas a adoptar para reformar, como se decía, el Impuesto sobre la Producción, los Servicios y la Importación (IPSI) y hacerlo un tributo moderno, proporcionado y sin subvenciones. Igualmente, dicho Observatorio debe difundir las ventajas fiscales de Ceuta ante los ciudadanos del resto de la Unión Europea y ante las editoras de temas tributarios.
Cuando un empresario, un estudioso o un político desean obtener datos que justifiquen llegadas de compañías empresariales a Ceuta o sirvan para proponer soluciones, se encuentran con falta de esos datos estadísticos y transparencia, lo que impide saber lo que realmente ocurre en la Ciudad Autónoma.
Con algunas excepciones, cuando se quieren estudiar dichos datos sobre Educación, Sanidad, Justicia, Seguridad, Defensa y otros, el observador tropieza con que no existen o lo publicado es insuficiente, porque en el mejor de los casos están agrupados a Melilla. Incluso el Plan de Empleo no aporta cifras, con lo que este importante apartado aparece en la sombra.
Al no publicarse desde hace años la Memoria anual de la Cámara de Comercio, la Guía para invertir en Ceuta y eliminar de forma incomprensible el Consejo Económico y Social que aportaba debates y valiosos informes estadísticos de todo tipo, Ceuta necesita contar con un eficaz y bien dotado Servicio de Estadística que no solo publique datos locales, sino que exija a los distintos ministerios que faciliten al Instituto Nacional de Estadística resultados recientes y sin agrupar de Ceuta que permitan al menos saber dónde estamos.
Ceuta carece de información estadística completa respecto su vida económica y social. Ni siquiera el Producto Interior Bruto (PIB) se puede disgregar para saber cómo se forma y cuanto aportan los sectores público y privado a la citada economía de la Ciudad Autónoma.
En realidad este es un catálogo incompleto de temas tan viejos como inexplicables que requieren un análisis por parte de los partidos políticos y de los ciudadanos. De los partidos porque deben aportar soluciones en sus programas electorales y de los ciuda- danos que, con su estudio, comprenderán las posibilidades no utilizadas que tiene una gran ciudad como es Ceuta.
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