Cuatro días “sin saber nada” de su madre, ingresada por coronavirus

“¿Qué tengo que estar llorando esperando a que me llamen para decirme que mi madre ha fallecido?”, así comienza la denuncia de Inmaculada, cuya madre de 89 años lleva ingresada en el Hospital Universitario de Ceuta desde el miércoles por la noche tras decirle que era positivo en Covid-19.

Desde entonces esta vecina de 56 años no duerme “en condiciones” dándole vueltas a la cabeza pensado cómo estará su madre. Inmaculada no se esconde y es contundente en sus palabras. Las cosas, bajo su opinión, no se están haciendo nada bien y más aún con los enfermos de coronavirus. “Estoy muy indignada con el sistema, con la coordinación o con quién corresponda porque no sé si la culpa es de Ingesa o de Sanidad, pero no tienen vergüenza”, criticó.

Su madre cumplirá “si todo sale bien” los 90 en marzo, pero Inmaculada a principios de esta semana ve que “tiene muy poca fuerza, le costaba orinar y le estaba observando y digo esto puede ser infección de orina porque ya la había tenido antes”. Pero va empeorando y cada vez la ve con menos fuerzas, “le costaba ya hablar, tenía discordancia y la tensión muy baja”, por lo que rápidamente llama al 061.

Ese mismo día, el martes “vinieron en seguida el equipo completo, le tomaron la tensión y comprobaron todo lo que yo les había dicho, pero tenía la tensión más estable y parecía que estaba mejor”. Entonces, el médico le dice que puede ser un ictus, derrame cerebral o subida de tensión “por la edad”, pero en ningún momento tuvo síntomas de Covid-19 y por precaución “nos aconsejan dejarla en casa tal y como estaba el ambiente en el hospital para que no corriera más riesgo”.

Al día siguiente, estaba muy bien, cenó y todo, “pero por la tarde dio un bajón muy grande y la teníamos que arrastrar para llevarla al baño”. Inmaculada llama de nuevo al 061 y dicen que lo más coherente era ingresarla. “Ya en el hospital el médico que la vio me dijo que pintaba mal, que tenía una deshidratación enorme y que iba a ser infección de orina, pero que la iban a dejar en observación”, relató.

En ese momento, le hacen la prueba PCR por protocolo y da negativo en un principio, “pero teníamos que esperarnos a la analítica”. “Nuestra mala sorpresa viene porque en la analítica da positivo, se activa el protocolo y nos toman los datos de todos los que habíamos estado con ella y que mañana mismo nos hacían la prueba en casa, pero que teníamos que estar confinados en casa 14 días. Nos venimos y ya no nos dejan despedirnos de mi madre”, prosiguió.

Entonces, les llaman desde Sanidad y Prevención para decirles que este pasado sábado les hacían las pruebas, pero “cuando se dieron cuenta que tenemos un seguro privado, nos dijeron que no nos podían hacer las pruebas por el periodo de incubación y empezaron a darnos largas”.

Sin saber nada desde el miércoles

“Llevamos desde el miércoles sin saber nada de mi madre, salvo el jueves sobre las 5 que nos avisan de que mi madre pasaba a planta porque estaba estable y comía. Quitando eso hasta hoy (refiriéndose a este sábado) no nos han llamado en ningún momento”, continuó Inmaculada. Desde entonces, no ha vuelto a tener noticias sobre su madre.

Sin embargo, los hijos de esta mujer de 89 años sabe que está mejor “por los profesionales que conozco que amablemente han querido contestar el teléfono y decirnos cómo está mi madre, pero por parte del hospital no tenemos ninguna información”. Eso es lo que más le duele a Inmaculada, que su madre tiene 89 años y tiene infección de orina y neumonía acarreada por el Covid-19.

“¿No tengo derecho a saber cómo está mi madre? Además, no me hacen las pruebas porque tengo sanidad privada. Necesito un volante de mi médico de cabecera que diga que me hagan la prueba y con eso mi seguro autorice que me hagan la prueba en la sanidad pública. Además, ¿cómo voy a dar todos estos pasos si estoy confinada y toda mi familia igual sin poder salir de casa?”, lamentó.

La queja de Inmaculada no termina aquí. “Si mi madre puede con esto y le dan el alta, ¿a dónde va mi madre? Porque nosotros no sabemos si somos positivos. Va pasando el tiempo y nadie nos hace la prueba. Pero el foco del virus está en mi casa porque mi madre está impedida y lleva cinco años sin salir, o sea que alguno de nosotros somos asintomáticos y se lo hemos pegado”, comentó emocionada.

“Lo suyo sería hacérnoslas a todos y ver de dónde viene el foco porque de seguir así mi madre volvería a ir a un sitio con Covid y ahí ya si que nos la cargamos. Si no se ha muerto ahora, nos la cargamos. ¿Tiene esto lógica? De esta manera no acabaremos nunca con la pandemia. Tengo que creer que está allí y con muy buenos profesionales porque no me dicen nada”, concluyó.