Tras varios meses de arduo trabajo, la Real Hermandad del Rocío de Ceuta ya se encuentra en la aldea almonteña desde el pasado miércoles con un grupo de 32 niños y niñas. El propósito es pasar unos días en familia con estos pequeños, donde 10 monitores se encargarán de ofrecerles una gran variedad de actividades y talleres. Además, este equipo cuenta con nueve voluntarios de la propia Hermandad que se encargan de las labores de limpieza, cocina y que quede todo en orden. No obstante, en caso de emergencia, cuentan con una enfermera.
Cruzado el ecuador de estas colonias, la diversión no cesa en ningún momento. Este año, el programa lleva por bandera la temática de ‘Jumanji’. Y esto tiene su explicación, la cual ofrece el Hermano Mayor, Eduardo Ayala: “todo va relacionado con el mundo natural, el entorno de Doñana. Además, intentamos inculcarles algunos valores medioambientales”. Jóvenes adentrándose en una educación ecológica y sostenible, pero de una forma lúdica. Esta se refleja en las actividades que desarrollan a modo de talleres y gymkana.
Cada día, a las nueve de la mañana se levantan y, posteriormente, dan paso al desayuno. Una vez que han recargado pilas, arranca una intensa jornada. El propósito está claro y es el de aprovechar el tiempo todo lo posible. Por ejemplo, en el día de ayer llevaron a cabo la gymkana de agua. Una forma de sobrellevar las altas temperaturas de los últimos días. Además, dentro del día de “la competición”, realizaron otros ejercicios y, ya por la tarde, tuvo lugar uno de los momentos más emocionante de estas colonias.
“La valoración es positiva porque se está desarrollando tal y como lo teníamos planteado”
A las 20.00 horas, la treintena de niños acudieron a la ermita de la Virgen del Rocío, acompañados de sus monitores y el Vicario de Ceuta. Todos celebraron la misa delante de la Blanca Paloma. Emotiva y musical, ya que los más pequeños cantaron en esta celebración litúrgica. Después, y como es tradición en estas noches de colonias, se celebró una velada. Esta vez, el tema principal fue “el miedo”. El terror estuvo servido, pero del que los jóvenes disfrutaron juntos a sus fieles monitores.
Las colonias de verano llegaron tras dos años de ausencia debido a la pandemia del Covid-19. Larga espera que ha llegado a su final. Los encargados de este trabajo, en su mayoría maestros o monitores de TAFAD, están más que satisfechos. “La valoración que hacemos es positiva porque se está desarrollando tal y como lo teníamos planteado”, sincera el Hermano Mayor.
Unos deberes bien hecho y con el propósito de hacer reír a los menores. Además, cabe destacar que este ejercicio de cinco días se encuentra dentro del Proyecto Fraternidad, “un programa que desarrolla la Hermandad con el objetivo de luchar contra la pobreza infantil y la exclusión social”, explica Eduardo Ayala. Igualmente, añade que “las Colonias es lo más gratificante que desarrollamos, las caras de felicidad de estos niños es lo que más nos congratula”.
Cuarto día, casi rozando el final de las colonias. En esta jornada se realizarán actividades deportivas durante la mañana y la tarde, así como la celebración de ‘La Gran Gala’. Un acto en el que los protagonistas pasan a ser los pequeños. Actuaciones, donde la música es la banda sonora. Y para poner el broche de oro, el cielo nocturno se iluminará con fuegos artificiales.
Así se pone el cierre a unas colonias de verano, que dicen adiós este domingo, puesto que regresan de vuelta con vista a pisar la ciudad autónoma a partir de las 15.30 horas.
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