Buenos días a todos. Ayer por la tarde, treinta de julio, salimos mi cuñada Isabel, mi hija Esther y yo, en helicóptero hasta Málaga. Esta mañana vamos en AVE hacia Madrid, para unirnos en el aeropuerto, a un grupo de peregrinación camino a Medjugorje, en Bosnia Herzegovina, donde se aparece la Virgen María desde hace cuarenta años. Este es nuestro objetivo: el encuentro con nuestra Madre.
Estoy segura que vendremos cargadas de regalos del Cielo, que podremos repartir luego en casa. Apoyamos con la oración este importante encuentro. “Os llevo en mi corazón”, como diría la Madre. Muchos besos.
Son ahora las diez de la noche y acabamos de pasar la frontera de Croacia, y entrado en Bosnia Herzegovina. Ha sido un día duro, pues las esperas en el aeropuerto se hacen interminables, pero yo me aparté del grupo durante un tiempo, y recé intensamente, porque le tengo pedidas muchas cosas a la Virgen María. Ella las traslada a Dios y todo es fácil de conseguir. Aún no hemos llegado a nuestro destino. Aquí tenemos la misma hora que en España. Estamos hambrientas y con sueño. Necesitamos descansar para afrontar la ardua jornada que tendremos mañana.
Creo que el silencio y la sencillez son dos cualidades que más le gustan a nuestra Madre vernos practicar. Estamos preparadas para todo lo que acontezca. Mañana seguiré contando. A primera hora, hemos asistido a una Misa en la capilla de san Juan Pablo II. Después decidimos separarnos. Yo me quedé con un grupito de amigos canarios y de Guadalajara tomando un café. Fuimos a la tienda de los franciscanos, de compras. Ellas dos se han marchado al Podbordo, con otro grupo del que vienen contando maravillas. Es una de las anécdotas que desea nuestra querida Madre de nosotros. El hermanarnos. Luego subimos en taxi al castillo de Nancy y Patrik, un matrimonio canadiense afincado allí, con un testimonio conmovedor. Llevan en la zona veintisiete años. Vendieron sus pertenencias, que eran muchas, y ahora se dedican a la Evangelización contando sus experiencias.
Alucinante… Cuántos jóvenes. Cuántos sacerdotes. ¡Y a pesar del calor!. Han llegado Isabel y Esther del Podbordo contando experiencias que han vivido en aquel monte de las Apariciones. Un taxi nos ha traído al hotel. Contentísimas las tres.
Esta tarde, después de un ligero descanso, iremos a confesar, pues este pueblo es llamado el “Confesionario del Mundo”. Ya os contaré cómo finaliza el día. Ojalá el mundo se hiciese mejor con nuestras oraciones…Tuvimos la oportunidad de participar en una Adoración Eucarística multitudinaria. Es importante decir que para los cristianos, nuestro Señor está Vivo en el Santísimo Sacramento, por lo que se producen hechos insólitos, milagrosos, en el encuentro del Cielo con los hombres, hijos de Dios.
Hemos echado un vistazo a las tiendas de ropa, y salimos con bolsas, pues queremos ayudar en esta crisis económica mundial, que aún azota a la humanidad. Luego fuimos a comprar artículos religiosos. Los precios son muy asequibles y pagamos con euros. Contribuimos con creces con nuestras compras.
Es emocionante encontrar en la explanada a tantos matrimonios jóvenes con sus hijitos, participando de los eventos religiosos, todos en silencio, como insiste nuestra querida Madre que hagamos. A continuación, fuimos a ver el Cristo que exhumaba agua del muslo derecho, y que los fieles recogían en pañuelos, porque a veces se producían sanaciones inexplicables.
Lo contrario es el odio, la envidia, el rencor, o la venganza sin motivo alguno”. Eso es de satanás, que pongo en minúscula para quitarle protagonismo
Ya no ocurre, por lo que pensamos que tenga que ver con que ya falta poco para la marcha definitiva de la Virgen María, toda vez que los hechos profetizados, están llegando a su fin. Después de cenar, incansables, aunque con algo de sueño, nos unimos al grupo que bajaba al Cristo de las velas encendidas día y noche, para decirle al Señor con canciones, lo felices que estamos en Casa de la Gospa. No os podéis imaginar cuánto gozo en el alma. Esto es el Cielo, la antítesis del odio, la violencia o el terror. Hoy es día dos de agosto. Ayer se celebró el cumpleaños de Esther a bombo y platillo. Le hicieron una enorme tarta en el hotel y todos participamos de ella. Son detalles de una Buena Madre, como la Virgen María.
Considero que nos ha traído hasta aquí, para impregnarnos de alegría y evadirnos de problemas diarios. Es extraordinaria. Os comento que hoy nos hemos levantado tempranito para ir a Misa antes del desayuno, pero estábamos equivocadas en cuanto a los horarios. De regreso, en la iglesia de Santiago se celebraba una en croato. Entramos. Estaba llena, hacía fresquito y pudimos comulgar. ¿Qué más se puede pedir? A la salida estaba el padre Pablo, un joven sacerdote peruano, destinado en Asturias, estaba meditando en un banco. Y pudimos confesar con él. ¡Qué amable! Eran las nueve treinta de la mañana, íbamos al hotel y ya estábamos felices. Como quiere nuestra Madre.
Ella nunca nos abandona. De nuevo, en la explanada y participando en la programación del Festival. El Cardenal Sarah nos habla de un mundo en crisis, sin valores. Es el diagnóstico de siempre, y la receta: oración, adoración y Eucaristía. Cuando la sociedad despierte y vuelva sus ojtos a Dios, todo estará solucionado. Esta tarde nos esperan acontecimientos maravillosos. Cada día un poco más…
No iba a escribir nada esta noche, pero ha sido tan precioso lo vivido, que considero una obligación hacerlo. Después de la siesta, fuimos a tomar un café donde más gente venida de todas partes del mundo concurre. Y no es una exageración. Ojalá en Ceuta se hubiese recibido a la Virgen María cuando nos visitó a comienzos de los ochenta. Nos iría de otra manera. A continuación, nos sentamos en los bancos de la iglesia de Santiago, refrigerada, pues en la explanada ya no cabía un alma y hacía calor. “Dios es amor”, decía el conferenciante.
“Todo lo hace por amor a los hombres. Quiere que todos nos salvemos. Lo contrario es el odio, la envidia, el rencor, o la venganza sin motivo alguno”. Eso es de satanás, que pongo en minúscula para quitarle protagonismo. Por tanto, mucho cuidado con dejarse atrapar en sus garras malignas, que hace demasiado daño y es muy sibilino. Me quedo con esto. No me explico cómo hemos conseguido asientos en la explanada, ya de noche, con todo a oscuras y el inmenso gentío. Pero así fue.
Encendimos las velas al final de la Adoración. Dije a ambas que debíamos salir de allí antes de que se produjese “la marabunta”. Fue un triunfo conseguirlo y llegar al hotel sobre las diez y media de la noche, y con la cena esperándonos. Mucha gente ha llegado a este lugar con cicatrices en el corazón y a medio sanar. Porque la sociedad que hemos dejado atrás causa mucho daño a los mejores. ¿ Por qué será? No quiero pasar por alto la visita que hicimos al Cenáculo, un centro que ha ido creciendo con los años, creado por sor Elvira, para atender a chicos llegados con problemas de droga y otros. Dos jóvenes nos dieron su testimonio personal, cómo la droga y el alcohol destruyen la vida. Y cómo la Virgen María ha cuidado este problema social, para atajarlo. Ha sido un día intenso, de grandes emociones. Hasta mañana, que iremos en autocar a Tihalina, muy tempanito, y tenemos que madrugar. Ya os contaré… Vuelve a impactarme este impresionante lugar, enclavado entre montañas. El jesuita padre Ángel, por ejemplo, vio cómo los ojos de la Virgen se humanizaban ante él, y se pasó toda la tarde llorando y adorando a Dios. Otros sanan milagrosamente.
En fin… Después del almuerzo Esther e Isabel, han marchado a las cascadas de Kravice, un lugar muy bonito aunque de difícil acceso. Yo me quedé, necesitaba descansar y meditar a solas. Buenos días. Me gustaría comentar que ayer asistieron a la Eucaristía trescientos treinta y dos sacerdotes, hecho insólito y maravilloso, además de obispos y cardenal, pues en España existe bastante precariedad, dado que en nuestra sociedad se han olvidado de los valores esenciales en el plano familiar, de donde parte todo.
Quiero dar testimonio de lo que Isabel y Esther vieron en el cielo. En la oscuridad de la noche, me dijeron que mirase hacia arriba, un cielo cuajado de estrellas. Miré, pero yo no veía nada extraordinario. Estas percepciones que ocurren, unos las ven y otros no. Ellas estaban sorprendidas. Lo consideramos como un regalo del más allá, sin objeciones.
Lo importante es el cambio que se va produciendo en el alma, sales de aquel entorno maravilloso siendo una persona nueva. Jesús le decía a Nicodemo, en el Evangelio que “hay que volver a nacer”. Lo que en nuestro mundo nos parece trascendental y necesario, en los lugares marianos, sólo es pura apariencia y superficialidad.
Mucho cuidado con dejarse atrapar en sus garras malignas, que hace demasiado daño y es muy sibilino
En la explanada escuchábamos lo que decía el ponente sobre San Maximiliano Kolbe, en Austwich, dedecidió morir sustituyendo a un padre de familia que pedía seguir viviendo. Otro ejemplo se refería a la pureza que ha de seguir durante la vida un cristiano. Es necesario evitar todo acto impuro en el hombre y en la mujer. El cristiano debe observar unas normas para ser perfecto ante los Ojos de Dios. Después de este mensaje, no salí en algunas horas, necesitaba un rato de soledad y meditación, si quería seguir adelante. Esta vez, yo venía con este cometido. Por la tarde visitamos el convento donde se encuentra sor Emmanuel, que nos hablaba de la importancia de la Confesión, como nos insiste nuestra Madre. He leído varios libros de ella y tuve la ocasión de adquirir otros, que tienen una lectura fácil. Luego, nos dio tiempo a todo, ya que después de asistir a Misa, fuimos a la procesión de la Virgen Reina de la Paz, y la Adoración en la explanada. Nadie habla. Los pequeños participan en el silencio. Nuestra Madre ha dicho últimamente que oremos por aquellos que no oran…
Hoy es domingo, cuatro de agosto y estoy súper contenta. Resulta que al final decidí ir con ellas y Mari Jose, al Podbordo. Yo me quedaría rezando en la falda de la montaña, que es a lo que había ido, como reitero, mientras ellas subían a la escarpada montaña, lugar donde la Virgen se les apareció por primera vez a los chicos hace ahora cuarenta años. Después de hora y media de espera, bajaron muy contentas.
Parecía como si un velo les hubiera impedido ver el lugar donde está la estatua de la Virgen y la multitud de gente que ora, por lo que subieron hasta la cima, justo donde nuestra Señora había saludado a los jóvenes desde lejos la primera vez que la vieron. Al bajar se les apareció de repente el sitio donde había además mucha gente orando. Venían alegres. Sabían que algo inexplicable tuvo lugar en esa subida. Han pensado subir otro día al Kritcheva, muy peligroso, de varias horas entre subida y bajada.
Queremos agotar todos nuestros recursos económicos y paliar un poco lo que sufrieron con todo cerrado en la pandemia. Y así lo hacemos.. Hoy hemos escuchado explicaciones basadas en s. Mateo, acerca de un compromiso espiritual: “Si quieres seguirme, déjalo todo y sígueme”. Nos decían que hay gente con mucho dinero, pero se encuentran vacíos por dentro. Debemos poner todo en manos de Dios y aceptar Su Voluntad. Él nos ama a todos sin medida. Nos quiere decididos, sin titubeos, valientes. Esther ha recibido dos mensajes entrañables del Cielo, que ha aceptado como un regalo de cumpleaños de la Virgen: “Tú has sido elegida para llevar alegría y paz, porque eres Mía”. “Por eso, sé humilde, ora y deja todo en manos del Altísimo, que te ha creado”. Lo necesitaba, después de los sufrimientos de la vida diaria… Hoy día cinco es el cumpleaños de nuestra Madre y día de la Patrona de Ceuta. Y nosotros “en capilla”, pues mañana salimos de madrugada hacia Dubrodnik, en Croacia. De allí, el avión a Madrid. Luego un Ave a Málaga. Por último, helicóptero a Ceuta.
Ya tendremos tiempo de descansar. Traemos absoluta confianza en el Señor. En el libro Números, Moisés no confió en Dios, cuando le dijo que tocase la roca con su vara y saldría agua, pues se morían de sed en el desierto. La desconfianza le valió no entrar en la Tierra Prometida. Jesús aparenta estar dormido en la popa de la barca, que se hunde con la tempestad. “¡Sálvanos Señor, que perecemos!” Jesús calma la tempestad, pero les amonesta por su falta de fe. S. Juan Pablo II nos dice: ”¡No tengáis miedo, abrid vuestras puertas a Jesús!”… La Fiesta se termina. Volvemos a casa y nos encontramos la mochila llena de problemas. Esther ha ayunado varios días, que el ayuno arranca piedras. Nos hemos reído mucho. Sabemos que la confianza no nos puede faltar en el desierto que atravesamos hoy. La Virgen María nos protege. El Papa Francisco ha pedido que hablemos al mundo de este Encuentro increíble.
El mundo está cambiando, pero Dios quiere que no tengamos miedo. Él es nuestro Pastor. Él nos guía.