Diálogo mejor que movilización

El pasado 28 de septiembre la Junta Directiva Nacional de AUGC mantuvo una reunión de corte estratégico, con el fin de analizar la actual situación en nuestro ámbito tras la manifestación del 18-S, así como las nuevas iniciativas que desde AUGC y la unidad de acción con la Unión de Oficiales, se llevarán a efecto para la consecución de nuestros intereses. La reclamación de unas concretas mejoras laborales y profesionales fue el detonante de un conflicto, cuyo último suceso ha sido la histórica manifestación del 18 de septiembre. Desde AUGC hemos empujado muy fuerte para conseguir una jornada laboral digna, en igualdad de condiciones de guardias civiles con nuestros compañeros del Cuerpo Nacional de Policía.
De esta tacada no lo hemos conseguido. Desde luego, no estamos satisfechos, y no nos conformamos. Pero también es preciso decir que sí se han logrado mejoras con la actual normativa -cambios reflejados en la nueva Orden General y la posterior regulación de los turnos que se establecerán- es justo como decimos, decir que ha sido gracias a AUGC que ha peleado y conseguido cada pequeño avance desde el primer e infumable borrador que nos ofrecieron en la Dirección General.
También hay que decir alto y claro, que pedimos ayuda de los mandos que forman el Consejo de la Guardia Civil, y a los integrantes del Grupo de trabajo creado para redactar esta nueva normativa, pero no se nos prestó; lo contrario, se obstaculizaron nuestras propuestas de mejora. Lo más lamentable fue que algunos formaban parte de una asociación a la que se supone defensora de los derechos de todos los guardias civiles, incluidos sus afiliados de la escala de suboficiales del Cuerpo. No todos se han comportado así, porque el vocal el Consejo y Presidente de la Unión de Oficiales –Francisco García- ha peleado por estas mejoras como si de un vocal de AUGC se tratara.
Pero si ese fue el origen del desencuentro entre asociaciones y Administración. La situación se tornó crítica cuando desde el Ministerio del Interior se asumen las tesis de los altos mandos del Cuerpo, en el sentido de que había que poner freno a la actividad de las asociaciones profesionales. En concreto, parar a AUGC y UO, pues se han señalado por su beligerancia en la defensa de los derechos de los guardas civiles. De manera que se ha tratado de coartar derechos fundamentales a los integrantes de la Guardia Civil, tales como el de reunión, prohibiendo sin ningún pudor, una manifestación pacífica; o el derecho de expresión, expedientando a representantes asociativos por declaraciones públicas en la que se denuncian estas circunstancias, y que en absoluto menoscaban la dignidad de ninguna autoridad o institución.
Ha tenido que ser el poder judicial, el que le enmendara la plana al Ministerio, y pusiera, con sentido común, las cosas en su sitio, con la sentencia 847/2010 del TSJ de Madrid, pero no van a acabar aquí las cosas. Ahora el ataque es frontal contra el derecho que tenemos los guardias civiles a agruparnos en asociaciones profesionales. Y así, los intentos de lo más reaccionario del Cuerpo siguen y continúan los intentos de criminalizarnos; todo vale en su obsesión hasta acusarnos de querer destruir la Institución en la que trabajamos.
El Ministerio del Interior, con su cerrazón y mutismo frente a nuestras peticiones, les está haciendo el juego a los que llaman al miedo y la alarma social en la sociedad civil. Incluso determinados medios de comunicación se prestan a hacer de voceros de estas espurias maniobras. Porque lo decimos alto y claro. En efecto queremos acabar con algunas cuestiones instaladas en la Guardia Civil. Queremos terminar con aquellas condiciones que amparan y permiten el que un guardia civil siga discriminado y sufra unas condiciones laborales, profesionales y económicas peores que el resto de policías españoles.
Desde AUGC por más impedimentos que quieran ponernos, vamos a seguir luchando por conseguir estas mejoras para todos los guardias civiles. Seguiremos pidiendo al Gobierno que cree el adecuado marco de diálogo para encarrilar hasta su resolución, el actual conflicto existente en el Cuerpo. Esperemos que nos hagan caso, porque el malestar y la tensión interna continúan y es probable que aumente, si siguen sin escucharnos los responsables gubernamentales.
En breve comenzaremos a trabajar para y todos nos implicaremos para que nos escuchen a todas las Instituciones del país; a cada despacho relacionado con la Guardia Civil. Y por supuesto, realizaremos actos públicos, para seguir consiguiendo el apoyo de la sociedad. Haremos también labor pedagógica para convencer a aquellos que desconfían de nuestras legítimas aspiraciones de mejorar nuestro trabajo. En este sentido, ya hemos mantenido algunas reuniones, y tendremos contactos con todos los grupos políticos, para que a través de su actividad ejerzan el control parlamentario al Gobierno, en aras a que se atiendan y se vayan solucionando los agravios comparativos que padecemos los guardias civiles en nuestras condiciones profesionales. En suma, que se desarrollen de una vez, los derechos contemplados en la Ley Orgánica 11/07, de derechos y deberes.
Nuestra protesta ha sido oída en todo el país y ha traspasado nuestras fronteras y con el esfuerzo de todos hemos conseguido llevar a cabo un hito histórico, como ha sido congregar a más de 20.000 guardias civiles y familiares alrededor de la Dirección General. Ellos nos necesitan, y confían en nosotros. Y no podemos fallarles, porque  tenemos fuerza y capacidad de influencia. Y lo vamos a volver a demostrar.