Álvaro Mur Rodríguez y Susana Gómez Vázquez han sumido al
Teatro del Revellín de Ceuta en una danza delirante de teclas durante esta tarde, en el recital a dos pianos ‘Bailando contra el tiempo’. Un
concierto de alrededor de una hora y veinte de duración en el que han guiado a los 98 asistentes en
un viaje repleto de contrastes. El recital ha constituido “un milagro” después de un año marcado por la pandemia, aseguró Mur ante los asistentes antes de empezar. El músico se refirió a los sucesos de los últimos días en Ceuta y dijo que el concierto en medio de esta situación “cobra más importancia”. Por este mismo motivo, el músico dedicó el concierto “a todos los ceutíes” y a sus amigos y familiares, a quienes invitó a “bailar contra la adversidad”.
Los jóvenes pianistas —el ceutí Mur nació en 1993 y la madrileña Gómez en 1995— han presentado al público un diálogo enérgico con una puesta en escena más acorde con su edad. Los dos pianos de cola se complementaban, también en su disposición espacial sobre el escenario. Además, la interpretación se ha acompañado de unas proyecciones de videoarte con un concepto casi futurista para los ‘Movimientos para dos pianos’ del compositor Philip Glass. También se han visto grabaciones de hojas, ciudades, un pañuelo anudado en un árbol… que en la sucesión y superposición de clips, junto a los valses, tangos y milongas, han conseguido un efecto hipnótico para remitir a lugares profundos del alma humana, con partituras de Astor Piazzolla, Witold Lutoslawski y Maurice Ravel. Los pianistas han entrado en un debate furioso y han danzado con cada pieza compenetrados, con miradas cómplices y retadoras, implicándose con todo el torso, porque el concierto se ha basado en la alternación de periodos de calma y de frenesí.