La Asamblea de Ceuta acogió ayer el primer Debate sobre el Estado de la Ciudad de una legislatura que, como la anterior, estará marcada por la existencia de un Gobierno local en minoría que depende de alcanzar acuerdos con una oposición muy fragmentada para que la institución no caiga en el bloqueo, con el consiguiente perjuicio para el conjunto de la ciudadanía.
La discusión parlamentaria ha ganado tras las elecciones de mayo del año pasado en tono. Haber pasado página de los lamentables espectáculos que el Pleno de la Ciudad proyectó al conjunto del país los cuatro años anteriores con cruces de insultos vergonzantes y amagos de llegar al enfrentamiento físico es una buena noticia para todos.
Superada al menos aparentemente esa página, el Ejecutivo local del PP sigue enfrentado al desafío de alcanzar acuerdos lo más amplios que sea posible en un momento clave para las próximas décadas. En ese reto ayer tanto el PSOE como el MDyC renovaron su disposición a seguir llegando a pactos sobre lo fundamental, una disposición plausible desde el punto de vista del interés general, tanto como su advertencia de que esa posición no puede interpretarse como un cheque en blanco, sino como una voluntad a la que el Gobierno debe responder también con vocación de entendimiento y compromiso para cumplir lo acordado.
El resto de la Cámara, Vox y Ceuta Ya!, no deben enrocarse en el no sistemático y tienen que, aunque sea desde la discrepancia, aportar ideas y propuestas para mejorar las políticas de la institución sumando al debate democrático con talante constructivo.