El Pleno de la Asamblea aprobó ayer inicialmente con un respaldo amplísimo, que hubiera alcanzado el de 18 diputados si no hubiera sido por la ausencia justificada de la socialista Cristina Pérez, el proyecto de Presupuestos Generales de la Ciudad para 2024, un documento clave para no bloquear la actividad de la administración y generar miles de damnificados directos e indirectos.
El PP logró concitar el apoyo para el expediente confeccionado por la consejera de Hacienda y su equipo con “pragmatismo” tanto del PSOE como del MDyC. Votaron en contra los diputados de Vox, cuyo portavoz recobró el tono faltón que los de Abascal parecían haber orillado esta legislatura, y los de Ceuta Ya!, que desde la discrepancia mantiene cauces de diálogo con el Ejecutivo a diferencia de la ultraderecha.
Casi todos los intervinientes en la Sesión Plenaria extraordinaria apelaron a principios que deberían compartir sin duda como la necesidad de apostar por el entendimiento para afrontar los retos a los que se enfrenta la ciudad a corto, medio y largo plazo. También a hacerlo con “compromiso”, primando el interés general sobre el partidista y sin poner por encima de todo cálculos electorales sobre el coste que la adopción de posturas institucionales tenga en las urnas en un tiempo en el que parece ser más rentable el enfrentamiento abierto y constante con la mayor virulencia posible.
El Gobierno de la Ciudad, el partido que lo sustenta y el resto de formaciones que comparten un mínimo común denominador alrededor de la defensa de pilares como la igualdad de todos los ceutíes deber seguir siendo capaces de entenderse por el bien general o, como mínimo, estar dispuestos de verdad a intentarlo.